Conformidad con la Voluntad de Dios, Prédica 3.
(Domingo 16 de mayo de 2021) P. Altamira.
(Introducción)
Queridos hijos:
Domingo después de la Ascensión. Es curioso que la Santa Iglesia Católica, para este domingo, que también es el previo a la Fiesta de Pentecostés, haya querido, en la espera de la venida del Espíritu Santo, insistirnos en las profecías finales. Las aquí aludidas tuvieron su “tipo” en lo que les ocurrió a los Apóstoles, pero tal vez tendrán su plena realización en los finales, que parecen nuestros tiempos:
–“cum vénerit Paráclitus, quem Ego mittam vobis a Patre, Spíritum Veritatis1: cuando venga el Paráclito, que Yo enviaré a vosotros del Padre, el Espíritu de la Verdad” [son tantos otros nombres del Espíritu Santo: Paráclito, Espíritu de la Verdad]… et vos testimonim perhibébitis: vosotros también daréis testimonio… Absque synagogis facient vos: Os expulsarán de las sinagogas [os expulsarán de las iglesias]: Sed venit hora: Ahora bien, llega la hora, ut omnis, qui intérficit vos: en que todo el que os mate, arbitretur obsequium se praestare Deo: piense que él hace un obsequio a Dios… Sed haec locutus sum vobis: Estas cosas os he dicho, ut, cum vénerit hora eórum: para que cuando venga la hora de ellos, reminiscámini quia Ego dixi vobis: recordéis que Yo lo dije a vosotros”.
La plena realización del tipo allí narrado puede ser para los tiempos finales: Está profetizada la “tribulatio magna: la gran tribulación” y la peor persecución de todas, la del Anticristo y del Falso Profeta. Miren, si para estas cosas de los finales no hace falta la gracia; miren, si no hace falta “La Perfecta Conformidad” con lo que Dios disponga según su Voluntad que nos ocurra. Y parece que lo que traen entre manos es enorme, el Nuevo Orden Mundial, el “reseteo”; pues jamás en la Historia de la Humanidad se ha mantenido semejante esfuerzo sostenido (en los medios, en la televisión, en el internet, censura, etc), con ningún otro tema: “Lo que traen entre manos debe ser inmenso”. Miren, otra vez, si para estas cosas no es necesaria la Conformidad con la Voluntad Divina. Habíamos dicho de hacer una trilogía sobre “La Conformidad con la Voluntad de Dios”; ésta sería la Prédica n° 3.
(Cuerpo)
[ 1 ] Para comenzar recordemos cuatro puntos ya enseñados:2
–Primero: Todo nuestro aprovechamiento y santificación consiste en la Conformidad con la Voluntad de Dios, y cuanto ésta fuera mayor, tanto más nos santificaremos.
La santidad es la Caridad máxima, en el sentido del máximo amor a Dios.
Pero lo más alto del EJERCICIO de esa Caridad es conformarse en todo con la Voluntad de Él. Cuanto más conforme con la Voluntad de Dios estemos, tanto más Caridad tendremos, y tanto mayor santidad.
–Segundo: Ninguna cosa puede suceder en el mundo, si no es por voluntad o permisión de Dios, todas las cosas: buenas y malas, trabajos, penas, castigos, etc.
–Tercero: Estas cosas, aunque vengan por medio de causas segundas, sea por medio de seres irracionales, sea por medio de otras personas, todo viene registrado por la mano y Providencia de Dios.
Y así debemos tomar todas las cosas que nos ocurren, como venidas de su mano, de Dios, que sin duda lo son.
Y no debemos pensarlas como venidas de mano de los hombres, que eso es lo que suele dar mucha pena y congoja.
–Cuarto: El hombre no puede tener verdadero descanso ni contento en esta vida si no logra conformarse con la Voluntad de Dios.
[ 2 ] En un segundo punto, tratemos de profundizar enseñanzas sobre la Conformidad con la Voluntad de Dios. Veamos un resumen que hemos hechos del Capítulo III de la obra que ya referenciamos en la prédica anterior.
“[ Capítulo III ] La suma de la santidad consiste en atribuir la causa de todas las cosas que ocurren a Dios y conformarnos en ellas con su Santísima Voluntad. Ésta es la Perfecta Conformidad, raíz y principio de toda nuestra quietud y paz; porque ella pone al hombre todo en las manos de Dios, para que Dios haga de él todo lo que quisiere.
Por medio de ella, el hombre ya no quiere más ser de sí propio, ni vivir para sí, ni comer, ni dormir, ni trabajar para sí, sino todo por Dios y para Dios, ya no desea cosa alguna sino que en él se cumpla perfectamente la Voluntad Dios, tanto en lo que el hombre va a realizar, como en lo que a él le va a acontecer, cosas prósperas o cosas adversas.3
El que alcance esta Perfecta Conformidad con la Voluntad de Dios, tendría por lo mismo perfecta mortificación, y ella es el medio para alcanzar la Perfecta Conformidad. Es el medio, porque lo que nos impide dicha unión y Conformidad es NUESTRA VOLUNTAD PROPIA. Cuanto más uno negare su voluntad propia tanto más se unirá con Dios”.4
1 Allí sigue la expresión “qui a Patre procedit: que del Padre procede”, que da pie a la herejía de los mal llamados ortodoxos; la cual herejía queda en descubierto con toda la Revelación de Dios, la cual incluye toda la Sagrada Escritura y no sólo ese versículo (la analogía de la Fe), y con toda la Revelación Oral, e inclusive con las palabras previas que allí figuran ya que Cristo dice “quem EGO mittam: que YO enviaré”, pues sabemos, y así se agregó y lo rezamos en el Credo, que el Dogma Católico nos enseña que el Espíritu Santo “ex Patre, Fiioque, procedit: del Padre, y del Hijo, procede”. Es muy interesante ver, hasta históricamente, las refutaciones de los teólogos católicos a esta herejía del Oriente.
2 Repetimos: Nuestro autor es el Padre Alonso Rodríguez, nacido en Valladolid el 15 de abril de 1538, y muerto en Sevilla el 21 de febrero de 1616, Jesuita (SI), escritor. Su obra “Ejercicio de Perfección y Virtudes Cristianas”, Tomo II, Barcelona, Imprenta y Librería de Subirana Hnos, año 1896, Capítulo I, páginas 223 y siguientes.
3 Esto agrada tanto a Dios, que por eso dijo del Rey David: “He hallado a David, varón según mi corazón, el cual cumplirá todas mis voluntades: Inveni… virum secundum cor meum, qui faciet omnes voluntates meas” (I Reyes 13,14). David tenía su corazón tan rendido y sujeto al corazón de Dios, y tan pronto y dispuesto para cualquier cosa que Él le quisiere mandar, sea en el trabajo, sea en el alivio, que por eso decía “Paratum cor meum, Deus, paratum cor meum: Oh Dios, mi corazón está preparado, mi corazón está preparado” (Ps 56 y ps 107).
4 Por eso la Perfecta Conformidad es el sacrificio más acepto a Dios, porque en los otros uno se mortifica en parte, y en éste uno se mortifica y ofrece todo entero, para que Dios haga con nosotros todo lo que quisiere. Eso pide Dios de nosotros, y por eso dice: « Hijo mío, dame tu corazón: Praebe, fili mi, cor tuum mihi » (Proverbios 23,26)”. Repetimos, quien tuviere esta Conformidad, tendrá cada vez más Caridad o amor a Dios, y cada vez crecerá más en su santidad personal, porque el amor a Dios no consiste en palabras sino en obras: Probatio dilectionis exhibitio est óperis, dice San Gregorio (homilía 30 in Evangelium).
[ 3 ] Como tercer punto, desarrollemos sobre el fruto más tangible de esta vida, que se consigue por tener la Perfecta Conformidad. Ese fruto es la paz; sí, la paz, aun en esta vida. Escuchemos un resumen:
“[Capítulo IV] El que llegare a tener La Conformidad Perfecta con Dios, tomando todas las cosas que le suceden como venidas de su mano, habrá alcanzado [+] una gran felicidad incluso aquí en el tierra, [+] gozará de una paz y tranquilidad muy grande, [+] tendrá siempre alegría y gozo en su alma.
El reino de Dios no es comer ni beber, sino justicia, y paz, y gozo, en el Espíritu Santo: Non est regnum Dei esca et potus, sed justitia, et pax, et gaudium in Spíritu Sancto (Romanos 14,17).
Así, aquí en la tierra, los que han llegado a esa Perfecta Conformidad, no se inquietan ni se turban con las mudanzas de esta vida, ni con los sucesos que les ocurren, porque su voluntad y corazón están tan unidos a la Voluntad de Dios, que ven que todo les viene de la mano de Dios, y en ello se cumple su Voluntad; y así llevan los trabajos en gozo, los desconsuelos en alegrías, porque más aman la Voluntad de Dios que la suya. No hay cosa que les pueda turbar, ni inquietar, ni quitar la tranquilidad del alma.
Por eso los santos andaban con esa paz y alegría perpetuas. ¿Carecían de trabajos; no tenían tentaciones; no padecían enfermedades; no les ocurría todo tipo de cosas? Sí ; y más difíciles que a nosotros, porque Dios a los más santos los suele probar más.
Y siendo así, ¿cómo los santos estaban siempre en un mismo ser, con un mismo semblante, con serenidad, con alegría exterior e interior? La respuesta es: Porque habían llegado a tener La Conformidad Perfecta con la Voluntad de Dios. « No entristecerá al justo cosa alguna que le acontezca: Non contristabit justum quidquid ei accíderit» (Proverbios 12, 21).
No se entiende cómo un corazón de carne esté quieto, pacífico y consolado, en medio de los torbellinos y tempestades de esta vida, y esto es lo que nos da La Perfecta Conformidad; el que la halle, ése tal ha encontrado el paraíso en la tierra5, gozo y descanso que nadie le podrá quitar6.
Qué dichosos seríamos si en todo lo que hacemos y padecemos, no viésemos más que el hecho de que estamos cumpliendo con la Voluntad de Dios”.
5 “su morada es en la paz, y su habitación en Sión: Factus est in pace locus eius, et habitatio eius in Sion” (Ps 75,3); dice San Bernardo: ése tal podrá decir el cántico del sabio: “En todas las cosas busqué
quietud y reposo, y en la heredad del Señor será mi morada: In his ómnibus réquiem quaesivi, et in haereditate Dómini morabor” (Eccli 24,11).
6 “Et gaudium vestrum nemo tollet a vobis” (Juan 16,22 y 24).
(Conclusión)
Para concluir utilizamos la Liturgia Católica, la de los días previos a la Ascensión, en las oraciones de “Las Rogativas”. Una de las que hemos escogido, hace alusión a que –¡quiera Dios!– sepamos Conformarnos con su Voluntad, con sus Mandatos. La otra al fruto más tangible, en esta vida, para los que han alcanzado la Perfecta Conformidad, que es tener paz, la paz, tener la paz de Dios.
-La primera oración, para tener la Perfecta Conformidad con la Voluntad de Dios, dice:
–“Actiones nostras, quaésumus, Dómine, aspirando praéveni, et adjuvando proséquere: Te pedimos, Señor, que prevengas nuestras acciones con tu inspiración [con tu gracia, dando tu inspiración], y que las continúes con tu ayuda [dando tu ayuda]”,
-Y ahora viene la parte que queremos recalcar, pues significa que nuestras acciones se conformen con su Voluntad: “ut cuncta nostra oratio et operatio, a te semper incípiat, et per te coepta finiatur: [danos lo anterior] para que toda nuestra oración y operación, siempre comience por ti, y comenzada por ti [así] acabe”. Que toda nuestra operación, que todas nuestras acciones, comiencen y acaben por Dios; i.e. que tengamos la Perfecta Conformidad.
-La segunda, para obtener el fruto más tangible en esta vida de esa Perfecta Conformidad, que es la paz, dice:
–“Deus, a quo sancta desideria, recta consilia, et justa sunt ópera: Oh Dios, de quien provienen los santos deseos, los consejos rectos, y las obras santas, da servis tuis ILLAM QUAM MUNDUM DARE NON POTEST PACEM: da a tu siervos AQUELLA PAZ QUE EL MUNDO NO PUEDE DAR, ut et corda nostra MANDATIS TUIS DÉDITA: para que nuestros corazones ENTREGADOS A TUS MANDATOS [AQUÍ TAMBIÉN ESTÁ LA PERFECTA CONFORMIDAD: estar entregados nuestros corazones a la Voluntad de Dios, estar entregados a los Mandatos de Dios], et hostium sublata formídinem: estén libres del temor de los enemigos [para que no temamos sufrir, ser atribulados, la Cruz, la mortificación], témpora sint tua protectione tranquilla: (y) los tiempos [la vida] con tu protección sean tranquillos [tener paz, tener la paz, la tranquilidad, en los tiempos, en nuestra vida; si tenemos y conseguimos la Perfecta Conformidad].
AVE MARÍA PURÍSIMA.