Precursor de la Segunda Venida de Cristo o Parusía.
(Domingo 18 de diciembre de 2016) P. Altamira.
Nota: Este BORRADOR está más imperfecto que en otras oportunidades, por la falta de tiempo que hemos tenido
(Introducción)
Queridos hijos:
Toda la liturgia de Adviento, que se dirige hacia la Primera Venida, hace un constante, muy constante, llamamiento a la Segunda Venida de Dios Nuestro Señor Jesucristo: En las lecciones, en las antífonas del Oficio Divino, en las Misas, en las Témporas (son impresionantes las lecciones de Isaías): En todo ello tenemos textos sobre la Parusía.
Hoy el Evangelio de este Domingo Cuarto de Adviento nos sigue hablando de San Juan Bautista, el precursor de la Primera Venida. Pero saltemos entonces hacia la Segunda Venida de Cristo, lo que parecen nuestros tiempos. Veamos qué ocurrirá con este tema de ser “precursor” de Cristo (parece habrá dos para la Parusía), y veamos otros temas más.
(Cuerpo)
Primero qué nos enseña la Sagrada Escritura con las profecías del final de los tiempos, y este tema del Precursor o los Precursores de la Parusía. No pondremos toda la cita completa, para abreviar:
“(Apo 11,3ss) Y daré LOS DOS TESTIGOS míos, y profetizarán mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio… Y si alguien quisiere dañarlos, fuego brotará de sus bocas, y devorará a sus enemigos, así debe morir. Éstos tienen potestad de trancar el cielo para que no llueva durante los días que profetizarán. Y éstos tienen potestad sobre las aguas, de volverlas sangre, y golpear la tierra con toda plaga, cualquiera que quisieren. Y cuando terminaren su testimonio, la Bestia que surgirá del abismo les moverá guerra, y los vencerá, y les dará muerte. Y sus cadáveres [estarán expuestos] en la plaza de la ciudad grande, la llamada espiritualmente Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue crucificado [Jerusalén]”. Y en otra traducción, la de Mons. Straubinger, se lee después: “(Apo 11,9ss) Y gentes de los pueblos y tribus y lenguas y naciones contemplarán sus cadáveres tres días y medio, y no permitirán que se dé sepultura a los cadáveres. Y los habitantes de la tierra se regocijarán a causa de ellos, hacen fiesta y se mandarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas fueron molestos a los moradores de la tierra”.
Ahora leemos un comentario sobre esta profecía del Apocalipsis, el tema de éstos, LOS DOS TESTIGOS, que parecen ser los Precursores de la Segunda Venida:
“LOS DOS TESTIGOS según algunos serán Enoch y Elías, que se cree no han muerto aún, los cuales vendrán a predicar o confortar a los Gentiles y a los Judíos; según otros, serán dos jefes religiosos eminentes que regirán a los dos grupos perseverantes de católicos fieles y judíos convertidos; quizás en el tiempo de EL SILENCIO POR MEDIA HORA… Yo no sé cuál de las dos es la buena. Otras no hay, razonables al menos” (Padre Leonardo Castellani, libro “El Apokalypsis de San Juan”, Visión Octava: LOS DOS TESTIGOS).
Nosotros nos animamos a decir que, en los Santos Padres, la interpretación más común ha sido afirmar que estos Dos Testigos son Elías y Enoch, quienes darían testimonio de Dios Nuestro Señor Jesucristo, predicarían, confortarían a nuestros pueblos en nuestro Catolicismo, e igualmente a los judíos tal vez en su conversión, por lo menos en la conversión de una parte de ellos. Pero un punto curiosísimo es que en la Tradición se ha guardado el dato de que estos dos, Enoch y Elías, no habrían muerto, y que Dios los tendría reservados vivos “desde siglos”, en algún lugar, para esta misión del final de los tiempos. Para el caso:
El Patriarca Enoch fue contemporáneo de Adán. Enoch vivió 600 años después de la creación de Adán y fue contemporáneo de él (recuerden que Dios dio a los Patriarcas una vida larguísima, Adán vivió 930 años, y Enoch fue el papá del famosísimo Matusalén, el hombre que más vivió sobre la tierra, Matusalén vivió 969 años, de allí el dicho “éste es más viejo que Matusalén”). En cuanto a Enoc, a la fecha, reservado vivo desde entonces por Dios, debe tener unos 5400 años de edad.
El Profeta Elías, a quién Dios también tendría “reservado” hace casi 3000 años1, ha de tener para el caso unos 2900 años de edad. Veamos algunos datos de ellos, datos que nos da la Sagrada Escritura:
Comencemos por Enoch, el más antiguo, y quién tal vez sea nuestro confortador, el confortador de los pueblos no judíos: –“(Eclesiástico 44,16) Enoc agradó a Dios y fue trasladado al Paraíso (et translatus est in paradisum), ut det gentibus poenitentiam: para que haga arrepentir (det poenitentiam) a las naciones (significa “a las naciones no judías”; ésa es la expresión en latín: “géntibus”)”. –“(Génesis 5,21-24) Enoc tenía 65 años cuando engendró a Matusalén… y fueron todos los días de Enoc 365 años. Y anduvo con Dios (ambulavitque cum Deo), y no apareció [más] (et non apparuit), porque Dios lo arrebató (quia tulit eum Deus)”. –“(Eclesiástico 49,16) No nació en la tierra hombre como Enoc (nemo natus est in terra qualis Henoch), el cual fue arrebatado de la tierra (nam et ipse receptus est a terra)”.
–El Apóstol San Judas Tadeo, en su epístola, habla –según parece para el final de los tiempos- (versículo 14ss) de los pecadores y de las personas que son hipócritas y pura apariencia: “nubes sin agua (nubes sine aqua), lascivos, árboles sin fruto”; y luego agrega: “sobre los que ya profetizó Enoc, el séptimo desde Adán, diciendo: He aquí que ha venido el Señor con las miríadas de sus santos, a hacer juicio contra todos y redargüir a todos los impíos de todas las obras inicuas que consintió su impiedad, y de todo lo duro que ellos, impíos pecadores, profirieron contra Dios”. Es tan poco conocida esta epístola de San Judas Tadeo que nos tentamos de extendernos en ella.
–Por último, la alusión que hace San Pablo sobre Enoch en la Epístola a los Hebreos. La cita comienza con la famosísima definición de él de la Fe: “(Hebreos, cap 11,1ss) Est autem fides sperandarum substantia rerum, argumentum non apparentium: La fe es la sustancia de las cosas que se esperan, la prueba de lo que no se ve”. Luego pone como ejemplos de Fe a Abel, a Enoch, a Noe; y de nuestro Enoc dice: “(11,5) Fide Henoch translatus est ne videret mortem, et non inveniebatur: Por la Fe Enoc fue trasladado para que no viese la muerte, Y NO FUE HALLADO, quia transtullit illum Deum: porque Dios le trasladó, ante translationem enim: pues antes de su traslación, testimonium habuit placuisse Deo: recibió el testimonio de que él agradaba a Dios”. El texto sigue con otra frase famosísima que no es de Enoc pero que la queremos poner: “(11,6) Sine Fide autem impossibile est placere Deo: Sin la Fe es imposible agradar a Dios [sin la Fe, se entiende: sin la Fe Católica, sin mantener y guardar la Fe Católica: es imposible agradar a Dios; otro motivo por el cual debemos rechazar la Religión Falsificada y modernizada que han hecho con el Concilio Vaticano II, cambiando y adulterando la Fe Católica de siempre]”.2
El encargado de los judíos, tal vez de la conversión de ellos, parece ser Elías. Veamos algunas citas:
–En la Sagrada Escritura al narrar su vida se nos dice: (IV Reyes 2, 1ss) Cuando quiso Dios arrebatar a Elías al cielo mediante un torbellino, partió Elías con Eliseo desde Gálgala… Bajaron pues a Betel. Los hijos de los profetas que había en Betel salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: ¿Sabes tú que Dios hoy va a arrebatar a tu señor (Elías) alzándolo sobre tu cabeza? Dijo él: Yo también lo sé, callad… (se fueron luego hacia el Río Jordán… Elías y Eliseo cruzaron a la otra orilla y mientras hablaban:) “he aquí que un carro de fuego y caballos de fuego separaron al uno del otro, y subió Elías en un torbellino al cielo (y Eliseo en el suelo le gritaba llamándolo pero no lo vio más)”.3
–En otro lugar se le dice a Elías: “(Eclesiástico 48,9ss) fuiste arrebatado en un torbellino de fuego, sobre una carroza tirada de caballos de fuego. [Tú] el cual estás escrito en los juicios de los tiempos (qui scriptus es in iudiciis temporum), para aplacar la ira del Señor (lenire iracundiam Domini), reconcilar el corazón del padre con el hijo (conciliare cor patris ad filium), y para restablecer las tribus de Jacob (et restitúere tribus Iacob)”.
— Y el texto de Malaquías: (cap 4,5ss): Ecce ego mittam vobis Eliam prophetam, antequam veniat dies Domini magnus et horribilis: He aquí que Yo os enviaré a Elías, antes de que venga el día grande y tremendo de Dios. Et convertet cor patrum ad filios, et cor filiorum ad patres eorum: Y él convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos hacia sus padres; ne forte veniam, et percutiam terram anathemate: no sea que Yo venga y golpee la tierra con el anatema”.
1 Es un poco posterior al Rey David, aproximadamente 100 años posterior. El Rey David vivió mil antes de NS, tres mil a la fecha, por eso, calculamos que el Profeta Elías se sitúa unos 2900 años a la fecha.
(Conclusión)
La prédica de hoy será sencilla, será bíblica, ¡para qué más!: La Palabra de Dios, ¡Verbum Dei!, es lo importante; que es lo mismo que decir: Dios Nuestro Señor Jesucristo.
Les comentaba al principio que toda la liturgia de Adviento entrelaza tanto la Primera Venida como la Segunda o Parusía. Podríamos dar cientos de ejemplos. Mas ayer mismo, el Sábado de las Témporas, en la Epístola de San Pablo a los Tesalonicenses, se nos enseña mucho sobre el final de los tiempos (no lo pondremos entero para no alargarme):
(Segunda Carta a los Tesalonicenses 2,1ss) “Hermanos: Os rogamos por el Advenimiento de Nuestro Señor Jesucristo… para que no abandonéis ligeramente vuestro sentido común (ut non cito moveámini a vestro sensu; del latín sensus-sensus: buen juicio, recto criterio, sentido común, sentido), ni os alarméis con supuestas revelaciones” (así la traducción del misal; y dice allí su nota: -revelaciones- hechas por un cristiano –por un católico- que habla o pretende hablar bajo la inspiración del Espíritu Santo)…
Y continúa San Pablo: “quasi instet dies dies Domini (como si el día del Señor esté cerca; claro que no estaba cerca hace dos mil años, pero hoy…; escuchen como sigue:) porque si no viene primero la apostasía (nisi vénerit discessio primum), y haya sido revelado el hombre de pecado, el hijo de la perdición (et revelatus fuerit homo peccati, filius perditionis), qui adversatur et extollitur supra omne quod dicitur Deus, aut quod colitur (el cual está en contra y es levantado sobre todo lo que es llamado Dios, o que se adora), ita ut in templo Dei sedeat ostendens se quasi sit Deo: de modo que se siente en el templo de Dios, mostrándose a sí mismo como si fuese Dios…”; cuando pasen estas cosas, Cristo estará cerca: La Apostasía de las naciones ya ha ocurrido desde los años sesenta sobre todo.
Y nos tentamos nomás con la Epístola de San Judas Tadeo que también da enseñanzas para los finales. Les leemos unos fragmentos: 3 Carísimos, teniendo gran preocupación por escribiros acerca de nuestra común salud [acerca de nuestra común salvación], me he visto en la necesidad de dirigiros esta carta para exhortarlos a que luchéis por la Fe, la cual ha sido transmitida a los santos una vez por todas. 4 Porque se han infiltrado algunos hombres impíos —los de antiguo prescritos para este juicio— que tornan en lascivia la gracia de nuestro Dios y reniegan del único Soberano y Señor nuestro Jesucristo… 7 Asímismo Sodoma y Gomorra y las ciudades comarcanas, que de igual modo que éstos se habían entregado a la fornicación, yéndose tras carne extraña, yacen para escarmiento sufriendo el castigo de un fuego eterno… 10 Pero éstos ora blasfeman de todo lo que no entienden, ora se corrompen con lo que sólo naturalmente conocen al modo de las bestias irracionales… 12 Ellos son las manchas en vuestros ágapes, cuando se juntan para banquetear sin pudor, apacentándose a sí mismos; nubes sin agua, arrastradas al capricho de los vientos, árboles otoñales sin fruto, dos veces muertos, desarraigados; 13 olas furiosas del mar, que arrojan la espuma de sus propias ignominias, astros errantes, a los cuales está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre. 14 De ellos profetizó ya Enoc, el séptimo desde Adán, diciendo: “He aquí que ha venido el Señor con las miríadas de sus santos, 15 a hacer juicio contra todos y redargüir a todos los impíos de todas las obras inicuas que consintió su impiedad y de todo lo duro que ellos, impíos pecadores, profirieron contra Él”. 16 Éstos son murmuradores querellosos que se conducen según sus concupiscencias mientras su boca habla con altanería y, por interés, admiran a las personas. 17 Vosotros, empero, carísimos, acordaos de lo que os ha sido preanunciado por los apóstoles de Nuestro Señor Jesucristo, 18 que os decían: En el último tiempo vendrán impostores que se conducirán según sus impías pasiones. 19 Éstos son los que disocian, hombres naturales, que no tienen el Espíritu”.
Ya hay demasiado material; dejamos allí para nuestra reflexión.
AVE MARÍA PURÍSIMA
2 El texto sigue con aquello famoso: (6) Sin la fe es imposible agradar (a Dios) porque es preciso que el que se llega a Dios, crea su ser (que existe) y que es remunerador de los que le buscan.
3 A Elías se le llama “el segundo después de Moisés” o “Segundo Moisés”, ver comentarios de Straubinger otro año.