Patria y Consumación del Siglo, Prédica 1.
(Domingo 2 de agosto de 2020) P. Altamira.
(Introducción)
Queridos hijos:
Estamos en el Domingo 9° después de Pentecostés. En la Misa, tenemos ese Evangelio tan significativo: “El llanto de Dios Nuestro Señor Jesucristo por Jerusalén” (Lucas 19, 41-47), o más directamente: EL LLANTO DE DIOS POR LA PATRIA, POR SU PATRIA.
Sobre Dios Nuestro Señor Jesucristo, y sobre lo que nos toca a nosotros, en el estado de corrupción en que se hallaba para entonces Israel, la Patria de Cristo, y en el estado de corrupción en que están nuestras Patrias, el buen Padre Castellani comentaba que sólo se puede tener hacia ellas amor de dolor, amor de compasión, de tristeza, al ver el estado en que están y que nos encontramos, y dolerse del mismo.
El católico tiene, y debe tener, un gran amor a la Patria, un gran Patriotismo. El católico es, y debe ser, “UN PATRIOTA”. Mas debemos entender lo que es el verdadero Patriotismo, que siempre será -por supuesto- según Dios Nuestro Señor.
En cuanto a lo anterior, en esta prédica queríamos decir algunas palabras sobre el Patriotismo, e intentar darles la visión de la “Teología de la Historia”, ver cómo son los hechos en el desarrollo de la Historia, a luz de Dios y a la luz de su Religión Católica, y tratar de entender en qué estadio nos encontramos.
Por otro lado, Dios Nuestro Señor Jesucristo en el texto del Evangelio nos anuncia la futura destrucción de Jerusalén, como castigo a los judíos por no haberlo recibido. Ello aconteció en el año 70 con las legiones romanas, por el sitio y destrucción de dicha ciudad, campaña realizada al mando de los generales romanos, y después emperadores, Vespasiano y su hijo Tito.
Esta destrucción de Jerusalén se ha tomado como tipo y señal de los acontecimientos finales, en la Consumación del Siglo. Por ello, Dios mediante, la tomaremos para hablar sobre esos temas en una segunda prédica, tal vez el domingo próximo.
(Cuerpo)
Desarrollemos hoy lo primero que hemos anunciado:
Algunos conceptos del PATRIOTISMO, y brindarles la visión de la “TEOLOGÍA DE LA HISTORIA”.
[ 1 ] Sobre EL PATRIOTISMO.
Habíamos dicho que el católico tiene, y debe tener, un gran amor a la Patria, un gran Patriotismo.
El católico es, y debe ser, “un patriota”. Pero el único amor posible a la Patria, el único amor verdadero a la Patria, es el amor a la Patria en Dios y según Dios. La Patria, como “persona moral”, lo mismo que cada uno de nosotros como personas individuales, debe rendir culto a Dios Nuestro Señor Jesucristo, y en dicho culto deben estar y participar sus mandatarios y sus habitantes.
La actividad de la Patria deber ser toda de Dios. La Patria debe estar al servicio de Dios y de su única religión, la Católica Apostólica y Romana. El fundamento de esto es que nada, sin injuria, se puede sustraer al dominio del Creador, y ello incluye personas y Naciones. El fundamento de esto es también que para las Patrias EL MÁXIMO BIEN COMÚN es alcanzar LA SALVACIÓN ETERNA DE SUS CIUDADANOS.
Por estos motivos, el deseo de cada uno de nosotros debe ser: Que toda la Patria sea de Dios. Regalar, donar, entregar la Patria a Dios. De contrario se cae en falsos amores a la Patria, en Humanismo y en Naturalismo, en un amor del hombre por el hombre. O se ama la Patria según Dios, o no hay verdadero amor a la Patria, sino una falsificación.
Por eso rezamos así por la Patria. Por eso rezamos así por Colombia. Por eso rezamos así por Argentina. Fíjense en las oraciones que utilizamos cuando consagramos la Patria a Dios Nuestro Señor Jesucristo y a la Madre de Dios, la Santísima Virgen María. Escuchemos dos pequeños fragmentos de esas dos oraciones:
-Una de ellas dice: “Oh Santísima Virgen María, Patrona y Reina de Colombia/de Argentina, mira con ojos maternales y benévolos a ésta, nuestra querida Patria, que se quiere consagrar y entregar a ti, a tu Inmaculado Corazón…
Te pedimos por Colombia/Argentina, para que sea una Nación plenamente católica, para que pertenezca a tu Hijo, en calidad de Rey, y a ti misma, en calidad de Reina; para que todas sus leyes, instituciones y costumbres se rijan por la Verdad; y la Verdad es Cristo, tu Hijo, el Verbo de Dios, y su Santa Religión Católica. (…) que nuestra Patria sea fiel en la pureza de esa Fe Católica…
Te pedimos para que en nuestra Nación reine la paz. Y la paz es “la tranquilidad en el orden”; y el orden lo da sólo tu Hijo, Dios eterno y verdadero. No puede haber y paz fuera de Él, no puede haber orden ni paz si la Nación se rige fuera de Él, o peor contra Él.
Te pedimos por las familias de nuestro suelo, por el Matrimonio… familias bien constituidas… familias numerosas, con incontables niños y niñas…», etc.
-La otra dice: “ORACIÓN A CRISTO REY POR LA PATRIA. Señor Nuestro Jesucristo, Rey de las Naciones y de los corazones, Dios, que todo lo creaste, lo redimiste y has hecho a nuestro pueblo cristiano, mira con ojos benévolos a ésta nuestra querida Patria, consagrada a tu Santísima Madre, y escucha a sus hijos que quieren volver a ti. Oh Rey, cristianos hemos nacido, y cristianos queremos ser, NUESTRA PATRIA ES SU HISTORIA CATÓLICA, Y SU DESTINO DE GRANDEZA ES EL LLEVAR TU NOMBRE COMO BANDERA. Atiéndenos, Señor, en esta hora aciaga, y, si está en tu Santísima Voluntad, aparta de nosotros este cáliz de amargura, dándonos la gracia de reconquistarte la Argentina/Colombia… [Más adelante:] Pero no se haga nuestra voluntad sino la Tuya, y si prefieres para nosotros la noche oscura de una pasión nacional, te pedimos, Rey de reyes, no permitas que tu pueblo sea traidor. Antes prepáranos y danos el triunfar en el martirio, para gloria de tu Divina Majestad, EN REPARACIÓN POR TANTA HISTORIA LAICA, y para que, bajo el manto de la Virgen Soberana, te adoremos en la Patria Eterna, con los que lucharon por Ti. Así sea”.
Qué hermoso es el desear, suspirar, anhelar, que nuestras Patrias sean de verdad, realmente, católicas; todas las Patrias en realidad.
[ 2 ] Ahora intentemos la visión de la “TEOLOGÍA DE LA HISTORIA”.
Vamos a recalcar los hechos que hacen a nuestra Cultura Occidental.
Los hechos de la Historia no son neutros.
Desde la Creación, están en tensión y en lucha dos fuerzas contrarias, dos bandos: El de Dios, vencedor y para vencer, y el del Demonio, perdedor sin duda, pero que en su desesperación y envidia luciferina contra el ser humano, intenta al menos “victorias” parciales, la condenación del mayor número de almas que él pueda (para peor castigo de él), y la rebelión contra Dios Nuestro Señor Jesucristo y su Religión, llevada hasta el extremo, llevada hasta el final, en los eventos de la Parusía, y todo lo que ella abarca.
Veamos entonces la mencionada “Teología de la Historia” desde el nacimiento de Dios Nuestro Señor Jesucristo en Belén, y en el desarrollo de lo que hace a nuestras Naciones en ese suceder de los siglos hasta hoy.
Debemos saber que “LA DECADENCIA DE OCCIDENTE”, la decadencia de nuestras Patrias, en lo que hace al motivo más profundo, se debe a nuestro alejamiento de Dios. Todo empezó cuando dejamos a Dios: “Todo te dejó, porque tú me dejaste”.
Nuestra caída, nuestra decadencia, comenzó cuando Europa, la Cristiandad, y nuestras Patrias hijas de España, dejaron a Dios. Después de esto, vino todo lo demás.
En nuestra Cultura Occidental, la caída, en su formalidad, empezó con “El Renacimiento”, ése fue el inicio del proceso, el inicio del fin.
-Desde el Renacimiento, DIOS DEJÓ DE SER EL CENTRO. Y se puso en el centro a esa pobre y poca cosa, esa pobre y poca criatura, que somos los seres humanos. “El centro es el hombre”, se dijo, se dice, y -todavía por un breve tiempo- se dirá. “¡Que viva el Humanismo, que viva el Naturalismo: El hombre es dios”. Respondemos: “Sí, cómo no: Ja-ja. Sí, realmente se nota, por todos lados, que el hombre es dios: Ja-ja”. Pero así se hizo, y así se hace, y así terminaremos.
Desde que Dios Nuestro Señor Jesucristo estuvo viviendo con nosotros, aquí en la tierra, en carne mortal, desde que Dios Nuestro Señor Jesucristo estuvo “conversando” con los hombres, LA SEMILLA DEL EVANGELIO, el grano de mostaza, fue creciendo cada vez más, y se hizo árbol, y árbol frondoso, un gran y hermoso árbol.
-Dicho árbol, primero fue abonado con la sangre de los mártires. El árbol fue regado con la sangre de los hijos que Dios, de los primeros católicos, los cuales eran muertos por amor a Él: Preferían morir, ¡y cómo!, antes que dejarlo. ¡Tres siglos!; tres siglos soportando “la más grande maquinaria de persecución”, el Estado más poderoso, el máximo poder del máximo Estado que entonces existía: El Imperio Romano. ¡TRES SIGLOS! Pero esto, a fuer de sabido, y a fuer de conocido, se nos ha hecho común, y no nos impresiona ni nos llama la atención, o por lo menos no tanto: “Sueta vilescunt”, decían los antiguos. A 17 siglos del final de esa persecución, no pensamos ni sopesamos lo duro y lo grave que fue: ¡Tres siglos de persecución! Consideren tan sólo los relatos oficiales, aterradores muchos de ellos, que escuchamos a diario en el Martirologio Romano.
-Y todo ese poder gigantesco, y de represión, se hizo católico: EL IMPERIO DE HIZO CATÓLICO. Constantino y el edicto de Milán (año 313). Teodosio y el edicto de Tesalónica (año 383); con éste, ahora sí: El Imperio es oficialmente católico. Desde allí, la sociedad, la cultura, la vida, se hicieron de Dios y para Dios, ellas se hicieron católicas. Pero: El Imperio estaba, para la época, ya enfermo, y “enfermo de muerte”, en su fase de decadencia; mas también es cierto que gracias al Catolicismo se salvó todo lo que todavía se podía salvar.
Vinieron las invasiones de los pueblos bárbaros, los pueblos germanos, y todo el caos, y todo el desorden. Y la Santa Iglesia Católica, en un lento proceso, los hizo de Dios, los hizo católicos, y con los nuevos reinos nació LA CRISTIANDAD: LA IGLESIA CATÓLICA HIZO EUROPA.
Sí. Y hay que repetirlo un millón de veces:
LA IGLESIA CATÓLICA HIZO EUROPA. LA IGLESIA CATÓLICA HIZO LA CIVILIZACIÓN. “Nosotros hicimos Europa”.
Y lo poco de verdadera cultura que va quedando allí, es gracias al Catolicismo, es un último resabio del antiguo fruto del Catolicismo.
-Con la Iglesia Católica se hizo y se llegó a la Cristiandad, la Europa Medieval, que hizo toda la cultura de Occidente hasta el día de hoy.
-Ese enorme marco social, de los reinos católicos, se realizó sin duda con muchos defectos –como todo lo humano-, se realizó con virtudes y con pecados, con santos y grandes hombres, y también con grandes pecadores, con gente de acciones ruines. Pero en lo que se refiere a su totalidad, a la obra en su conjunto, se logró, de la mano de la Iglesia, y de la mano de sus santos y hombres de bien, LA MÁXIMA EXPRESIÓN SOCIAL, FAMILIAR E INDIVIDUAL de lo que puede hacer el ser humano, aquí en la tierra, cuando pone a Dios y a su Religión en su lugar, cuando pone a Dios en el centro, como es y como debe ser. Podemos decir: ¡Diez Siglos en los cuales Dios estuvo en el centro!; se logró la máxima expresión de la sociedad, “La Ciudad de Dios” que decía San Agustín, la cual no fue perfecta, nunca puede ser perfecta, jamás lo humano es perfecto, pero sí que se llegó a la máxima expresión de lo que el ser humano puede hacer en pro de Dios y en pro del bien y la Verdad, cuando está unido a Él.
–Llegó así LA EDAD MEDIA, todos esos siglos, con millares de los más grandes santos. Todas las Patrias eran de Dios: ¡Todas-las-Patrias-eran-de-Dios! ¡EUROPA!, EUROPA ERA DE DIOS. Llegaron así los grandes logros: El culto a Dios, las Catedrales Románicas y Góticas, la escultura, la pintura, el Canto Gregoriano; LAS UNIVERSIDADES, la filosofía, la teología, la Cultura; San Benito -el fundador de Europa-, el Papa San Gregorio Magno, San Anselmo, San Isidoro de Sevilla, San Beda el Venerable, San Pedro Damián, San Juna Gualberto, San Romualdo, Santo Tomás de Aquino, San Francisco de Asís, San Antonio de Padua, Santo Domingo de Guzmán, San Buenaventura, San Alberto Magno, San Ramón Nonato, San Raimundo de Peñafort, San Pedro Nolasco,
San Bernardo de Claraval, el Papa San Eugenio III, el Papa San Gregorio VII, el Papa Inocencio III, el Papa San Celestino V, Santa Gertrudis, Santa Ildegarda, Santa Matilde, Santa Brígida, Santa Clara de Asís͙ y un infinito etcétera. Y el orden social, Dios en el centro, la concordia en la sociedad, la caridad, la justicia, el orden: San Luis rey de Francia, San Fernando rey de España, San Enrique Emperador Romano Germánico, San Esteban Rey de Hungría, San Eduardo rey de Inglaterra, y muchos más. Fue la vigencia y el reinado de la Verdad, el Reinado de Cristo Rey, todo ese magno mundo de Dios. En cuanto a la Cultura: Hoy, ¡todavía hoy!, no somos capaces de estudiar la filosofía y la teología al nivel de los medievales; y lo mismo pasa con todo otro saber.
-Y los enemigos quieren llamar a esa época “La Edad Oscura”, “El Oscurantismo”: ridículo, absurdo. Y ello para oponerlo a “Los Lustres” que -según ellos- son ellos mismos: La Edad Moderna y el (falso) “Iluminismo”, el Iluminismo sobre todo francés: “Las Luces”, que es el verdadero Oscurantismo, porque quitó a Dios y quitó a la Verdad, e hizo que la Humanidad entera se volcara hacia las fábulas, hacia la mentira, al desorden… hasta el día de hoy. Pero ellos son: “Les Lumières”; sí, cómo no.
Pero dimos un salto demasiado grande, volvamos un poco para atrás.
Esa sociedad teocéntrica, Dios en el centro, Europa, cayó. Cayó -finalmente- por la corrupción y por los pecados de los hombres, “por el peso del hombre”; y cayó como castigo de Dios por los pecados. Y cayó –sin duda también– por la acción, en la teología de la Historia, de las fuerzas contrarias a Dios, por la acción de las fuerzas del diablo, Lucifer, con los hombres que consciente o inconscientemente han sido, y son, sus instrumentos, con las falsas ideas e ideologías que han nacido, y con sus malas acciones.
–El comienzo de la caída, en su formalidad, lo dijimos, fue el Renacimiento. La sociedad inició allí su fuerte marca antropocéntrica: El ser humano -esa pobre cosa- es el centro. Otra vez: Ja-ja.
-Siguió poco después el Protestantismo: La primera gran Revolución Moderna; y hasta el presente, con todas las sectas mal llamadas “cristianas”.
-Llegó luego el Racionalismo. Vendrá después “La oscuridad del Iluminismo” (su nombre es una ironía).
-Poco después, hija de los anteriores, tendremos el famoso hito: “LA REVOLUCIÓN FRANCESA” (esencialmente anti-Dios, esencialmente anti-católica, tanto en sus principios e ideas, como en su acción͙ y en sus matanzas).
-Seguirá, o al mismo tiempo: EL LIBERALISMO, EL SOCIALISMO, EL COMUNISMO (todos pésimos; todos condenados por la Iglesia Católica).
-Llegamos a: EL SIGLO XX… “cambalache”. Y el hito, de comienzos de Siglo, año 1917, es:
LA REVOLUCIÓN RUSA O REVOLUCIÓN COMUNISTA O REVOLUCIÓN BOLCHEVIQUE, la máxima expresión del Estado ateo y contra Dios, toda la maquinaria del Estado al servicio del mal, la máxima expresión del Estado al servicio de Satanás, es “La Ciudad del hombre o Ciudad de Satanás” como decía San Agustín en la visión de “Las Dos Ciudades”. Escuchemos un párrafo de la condena más famosa contra el Comunismo:
–El Papa Pío XI en su Encíclica Divina Redemptoris (año 1937) lo llama intrínsecamente malo, la destrucción de la sociedad, y prohíbe a todo católico cualquier tipo de participación en él. Sus palabras literales son fuertísimas, y bien ignoradas por nosotros los católicos. Escuchemos un apartado; el Papa está hablando a los obispos de todo el mundo:
“Procurad, venerables hermanos, con sumo cuidado que los fieles no se dejen engañar. EL COMUNISMO ES INTRÍNSECAMENTE MALO, y no se puede admitir que colaboren con el Comunismo, EN TERRENO ALGUNO, los que quieren salvar de la ruina la civilización cristiana. Y si algunos, inducidos al error, cooperasen al establecimiento del Comunismo EN SUS PROPIOS PAÍSES, serán los primeros en pagar el castigo de su error…” (apartado 60).
-El Comunismo es también “un falso Mesianismo”, o un “Mesianismo de sustitución”, que hace un plagio en varios puntos a la Iglesia Católica, y se lleva o usurpa esos ideales (v.gr. la ayuda a los pobres), para arrastrar a gente buena hacia el mal camino: Para ayudar a los pobres no hace falta ser comunista o izquierdista, basta y sobre con ser un buen católico, con intentar ser un buen católico.
-En su programa está -por supuesto- su constante intento de expandir el Comunismo en el mundo entero: Es también un Imperialismo.
-También debemos decir que hoy vige, más que nunca, el Marxismo Cultural, Antonio Gramsci, etc.
-De la mano con lo anterior, tendremos LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL (año 1919), y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (año 1939).
-Igualmente, “de la mano con lo anterior”, tendremos LA REVOLUCIÓN COMUNISTA EN CHINA (año 1949).
-Reseñar falta un gran “hito”; ya ocurrido; y muy entre comillas eso de “hito”. Fue lo que por algunos ha sido llamado (creo que por el mismo Mons. Lefebvre) LA TERCERA GUERRA MUNDIAL, aunque una guerra en silencio, oculta, espiritual, y mucho más grave que las anteriores, porque ésta “mata las almas”. Ya explicaremos algo, un poco más adelante.
¿A dónde hemos de llegar? Llegaremos a “La Consumación del Siglo”, a “Los Finales de la Historia”:
-Gobierno Mundial: La Bestia del Profeta Daniel. La prédica y el fruto de “Los Dos Testigos”: Precursores de la Segunda Venida de Dios. Llegaremos al Anticristo como Jefe del Gobierno Mundial y al Falso Profeta como Jefe de la Religión Mundial. Pero llegaremos, bendito sea Dios, al TRIUNFO FINAL, cuando venga Dios Nuestro Señor Jesucristo y su reino, el triunfo final de Él y de sus hijos: los católicos, los que logren salvarse.
Llevamos CINCO SIGLOS (¡!) en este “proceso”; y estamos en los estadios finales.
Citemos a tres Papas, tres textos famosos, que son SÍNTESIS, que son luz, que son también expresión de tristeza y melancolía, por lo que la Humanidad perdió, y por lo que deberíamos haber hecho de nuestras vidas y de nuestras Patrias, de la sociedad:
–Primero el Papa León XIII, palabras inmortales, en una Encíclica que se llamó -casualmente- “Immortale Dei” (año 1885). Sobre todo las palabras iniciales de este párrafo que escogimos son o dan “una nostalgia”, una nostalgia enorme, de lo que se perdió para el hombre y para la civilización; el pensar cómo habían sido antes las cosas, y como habrían sido las cosas. Escuchemos:
“9. HUBO UN TIEMPO en que LA FILOSOFÍA DEL EVANGELIO GOBERNABA LOS ESTADOS [Repitamos: « HUBO UN TIEMPO» en que la filosofía del Evangelio gobernaba los Estados; “hubo un tiempo”, eso se perdió totalmente. Sigamos:]. En aquella época la eficacia propia de la sabiduría católica1 y su virtud divina habían penetrado en las leyes, en las instituciones, en la moral de los pueblos, infiltrándose en todas las clases y relaciones de la sociedad. La religión fundada por Jesucristo se veía colocada firmemente en el grado de honor que le corresponde y florecía en todas partes gracias a la adhesión benévola de los gobernantes y a la tutela legítima de los magistrados. EL SACERDOCIO Y EL IMPERIO VIVÍAN UNIDOS… Organizado de este modo, el Estado produjo bienes superiores a toda esperanza. Todavía subsiste la memoria de estos beneficios y quedará vigente en innumerables monumentos históricos que ninguna corruptora habilidad de los adversarios podrá desvirtuar u oscurecer. Si la Europa católica2 domó las naciones bárbaras y las hizo pasar de la fiereza a la mansedumbre y de la superstición a la Verdad; si rechazó victoriosa las invasiones musulmanas; si ha conservado el cetro de la Civilización y se ha mantenido como maestra y guía del mundo en el descubrimiento y en la enseñanza de todo cuanto podía redundar en pro de la cultura humana; («)3 no hay que dudarlo: Europa tiene por todo ello una enorme deuda de gratitud con la Religión [Católica]… Habríamos conservado también hoy todos esos mismos bienes si la concordia entre ambos poderes se hubiera mantenido. Podríamos incluso esperar fundadamente mayores bienes, si el poder civil hubiese obedecido con mayor fidelidad y perseverancia a la autoridad, al Magisterio y a los consejos de la Iglesia. Las palabras que Yves de Chartres escribió al Papa Pascual II merecen ser consideradas como formulación de una ley imprescindible: «Cuando el Imperio y el Sacerdocio viven en plena armonía, el mundo está bien gobernado, y la Iglesia florece y fructifica. Pero cuando surge entre ellos la discordia«incluso las mismas grandes instituciones perecen miserablemente»“. El Papa León XIII dice: “Hubo un tiempo”; hubo un tiempo…
–Ahora el Papa Pío XII. Él tiene, en estos temas, esas palabras tan, tan bien dichas, que bien merecen tener un puesto de honor en las grandes enseñanzas de los Papas, por lo claras, por lo luminosas; ellas presentan un RESUMEN de lo que nos ha pasado, un resumen de lo dicho, UN RESUMEN DE LA TEOLOGÍA DE LA HISTORIA en los últimos siglos.
Dichas palabras pertenecen a una “Alocución dada el 12 de octubre de 1952”, y dicen así (presten mucha atención):
«En el curso de estos últimos siglos se ha intentado la disgregación intelectual, moral y social… Quisieron la naturaleza, SIN LA GRACIA; la razón, SIN LA FE; la libertad, SIN LA AUTORIDAD; y alguna vez también la autoridad, sin la libertad. Este enemigo se ha hecho cada vez más concreto, con una audacia que Nos deja pasmados:
CRISTO SÍ, LA IGLESIA NO. DESPUÉS: DIOS SÍ, CRISTO NO. Y EN FIN, EL GRITO IMPÍO: DIOS HA MUERTO; MÁS AUN, DIOS NO HA EXISTIDO NUNCA. He aquí la tentación de edificar la estructura del mundo [mundialismo, Globalismo] sobre unos cimientos que Nosotros no dudamos en señalar como los principales responsables de la amenaza que pesa sobre la Humanidad: UNA ECONOMÍA, SIN DIOS; UN DERECHO, SIN DIOS; UNA POLÍTICA, SIN DIOS. El enemigo se ha preparado y se prepara PARA QUE CRISTO SEA UN EXTRAÑO en la universidad, en la escuela, en la familia, en la administración de la justicia, en la actividad legislativa, en la inteligencia entre los pueblos, allí donde se determina la paz o la guerra. Este enemigo está corrompiendo el mundo con una prensa y con espectáculos que matan el pudor en los jóvenes y en las doncellas, y destruye el amor entre los esposos»; etc. Uno dice: Dios mío, qué palabras, qué palabras; cuánta sabiduría.
–Finalmente nuestro Patrono, el último Papa santo, el Papa San Pío X. Utilizaremos su enseñanza para recalcar que, respecto a los principios de la sociedad, allí no hay nada que inventar, no hay nada nuevo que inventar, todo está ya creado, y siempre es de la mano de la Verdad, que es lo mismo que decir: siempre es de la mano de la Iglesia Católica. Son palabras que también merecen ser calificadas de “inmortales”.
Su documento: Carta a los obispos de Francia “Notre Charge postolique” (año 1910), condenando el movimiento francés de “Le Sillon” (El Surco), liderado por Marc Sangnier, y en el cual documento el Papa San Pío X condenada el catolicismo democrático y progresista, condena “la democracia cristiana”: “10. (…) su sueño consiste en cambiar sus cimientos naturales y tradicionales [los cimientos naturales y tradicionales de
la sociedad civil], y en PROMETER UNA CIUDAD FUTURA edificada sobre otros principios [el Progresismo; y hoy: el Globalismo, el Humanismo, el Secularismo] que se atreven a declarar más fecundos, más beneficiosos que aquellos sobre los que descansa la actual sociedad católica4.
11. No… no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la sociedad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos. No, la civilización no está por inventarse, ni la ciudad nueva por edificarse en las nubes. HA EXISTIDO Y EXISTE; ES LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA, ES LA CIUDAD CATÓLICA. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad. OMNIA INSTAURARE IN CHRISTO: INSTAURAR TODAS LAS COSAS EN CRISTO [ RECAPITULAR TODAS LAS COSAS EN CRISTO] (…)”.
1 Figuraba allí la palabra “cristiana”, la cual hoy en día puede dar confusión pues se utiliza por las sectas protestantes, mal llamadas “cristianas”; por ello, la hemos reemplazado, para que no deje lugar a dudas, por la palabra “católica”.
2 Ídem nota anterior.
3 Allí seguí el siguiente texto: “si ha procurado a los pueblos el bien de la verdadera libertad en sus más variadas formas; si con una sabia providencia ha creado tan numerosas y heroicas instituciones para aliviar las desgracias de los hombres,”.
4 Aclaramos lo mismo que en la nota 1.
[ 3 ] Tercera parte de la prédica: LA TERCERA GUERRA MUNDIAL, la peor, la que más nos destruyó, la que nos desarmó.
-Luego de “Las Dos Guerras” y de la Revolución Comunista de China (1949), el proceso de descristianización y apostasía entró en lo que parece su etapa final, su última fase, pero para ello había que desarmar a los católicos.
– Así llegó, en la década de los 60’, lo que podemos llamar LA TERCERA GUERRA MUNDIAL, que fue la peor, porque fue de carácter espiritual, y mata las almas, y que además ha estado dañando y desarmando a millones de católicos en el mundo entero que deseaban luchar por Cristo; es la que terminó con todo. Nos referimos a “EL CONCILIO VATICANO II” ; con él se falsificó la única Religión Verdadera, se creó una falsificación del
Catolicismo, y a los católicos nos cambiaron nuestra religión, creando una Nueva Religión falsa, una religión de sustitución, la Religión Moderna o Modernista o Modernizada, la Religión del hombre, que parece es, o terminará siendo, la Religión Mundial, del Anticristo y del Falso Profeta, religión al servicio del Gobierno Mundial y del Nuevo Orden: Juan XXIII, Paulo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI (que fue uno de los creadores del Concilio, y se lo presenta como una falsa bandera para absorber la reacción de algunas almas de buenas voluntad que quieren luchar y lo creen -erradamente- un representante del verdadero Catolicismo). Pero ahora estamos peor que nunca, “más que nunca”: FRANCISCO.
-Desde los años 60’, a los católicos se nos engañó, y contra la buena fe y el deseo de permanecer católicos, contra la buena voluntad de millones de católicos en el mundo entero, se creó esta NUEVA RELIGIÓN DEL HOMBRE, a través del CONCILIO VATICANO II: LA TERCERA GUERRA MUNDIAL.
La falsificación de nuestro Catolicismo: Éste es el drama de tantas almas y corazones generosos que quieren luchar, que quieren “hacer algo”. A veces estas almas, almas con ideales, quieren hacer una lucha puramente política, pero ello es un NATURALISMO, y es un error y no conduce a buenos frutos, y el Naturalismo está condenado por la Iglesia: NO SE PUEDE LUCHAR BIEN EN POLÍTICA SI NO SE ESTÁ BIEN EN RELIGIÓN.
-Repitamos: NO SE PUEDE LUCHAR BIEN EN POLÍTICA SI NO SE ESTÁ BIEN EN RELIGIÓN. Porque la Religión es superior, e “informa” la actividad humana toda, incluyendo por supuesto la actividad política. En cuanto a la religión, nos referimos -obviamente- a la Religión Verdadera: El Catolicismo.
-Es lo que decía el Papa San Pío X hace unos momentos: No se edificará la sociedad de un modo distinto a como lo hizo la Iglesia Católica, no se edificará la sociedad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; la sociedad, la civilización, no está por inventarse, ha existido y existe ya, es LA CIUDAD CATÓLICA, es la Ciudad de Dios, es la sociedad creada por Dios y por el Catolicismo, LA CRISTIANDAD.
-Si yo trato de crear algo «bueno y sano» con las puras fuerzas humanas, con los hombres de buena voluntad sin importar su religión, estaré creando -incluso sin darme cuenta- otra nueva versión de “La Ciudad del hombre”, que será (aun si no me doy cuenta) “La ciudad de Satanás”, otra versión más, otra versión distinta de “La Ciudad del Maligno” –ya lo dijo San Agustín-. A los hombres de buena voluntad hay que convertirlos al Catolicismo.
-En este “luchar mal”, entran almas buenas, pero engañadas o equivocadas.
-Una de las tantas variantes es querer presentar una falsa dialéctica, una falsa oposición: Liberalismo (o falsa Derecha) versus Comunismo. Falso, falsísimo: ambos son pésimos, ambos son malos, ambos están condenados -muchas veces- por la Iglesia Católica, ambos están condenados por la Verdad, por el Magisterio.
–Otra falsa oposición: Liberalismo conservador (otra falsa Derecha, otro Naturalismo) versus la tiranía de los movimientos Gay o de lesbianas, versus la tiranía de las teorías de género, versus la nueva izquierda. Falso: ambos son malos. Aquí entran estos dos muchachos argentinos tan “batalladores”: Creo que son almas con nobleza, con reales “ganas” de luchar, pero que en el fondo luchan mal, por no saber bien cómo son
realmente las cosas; nos referimos a Agustín Laje (que creo que él mismo se auto-titula “liberal”) y a Nicolás Márquez (con quien, cosas curiosas de la Providencia, me encontré en un viaje por coincidencia hace varios años atrás en Argentina: yo viajaba hacia San Luis, él hacia Buenos Aires).
–Para ilustrar lo anterior, recordemos que ya lo dijo tan sabiamente EL PADRE CASTELLANI en sus enseñanzas: Todo el movimiento anti-Dios, la bestia del Apocalipsis, es un gran monstruo o movimiento anti-católico, el cual es como la Hidra. Pero la antigua Hidra de Lerna era una serpiente que tenía como 10 cabezas, y ésta moderna tiene “más de setenta”. Esas distintas cabezas del monstruo a veces se pelean entre sí, y hasta furiosamente, pero en última instancia pertenecen a la misma Fiera o Bestia, y presentan falsas oposiciones que engañan a muchos, cuando en realidad trabajan para el mismo Patrón, que obviamente no es Dios, sino el Demonio. Las peleas de esas distintas cabezas son en realidad, y en última instancia, POR DIFERENCIAS DE ESTILO, “DIFERENTES ESTILOS DE TRABAJO”; pero todas trabajan para el mismo Patrón: El Demonio, el Anticristo, el movimiento anti-Dios, el Globalismo. El Padre Castellani traía a colación como ejemplo -y si mal no recordamos-, “La Liga de acción Liberal Argentina” y su oposición furibunda contra el Comunismo, pero -explicaba él- en última instancia ambos pertenecen a la misma Bestia.
Y hoy en día estamos, nuevamente, frente a una falsa dialéctica, o falsa oposición. Ésta está hábilmente planteada por los famosos “videítos” del internet o “ioutube” -lo escribo mal-, por las noticias, por periodistas, etc.
-De un lado estarían “los malos”, EL DEEP STATE, el Estado Profundo, los satanistas, los globalistas, los mundialistas, George Soros, Bill Gates, Rusia con Vladimir Putin, Irán, China con su presidente Xi Jinping. Y del otro lado estarían “los buenos” (muy-muy entre comillas): El presidente Trump y el actual gobierno de los Estados Unidos, etc.
-El planteo es falso también, falsísimo. Ambos bandos son malos, ninguno es de Dios Nuestro Señor Jesucristo y de su Catolicismo. La oposición planteada cuanto mucho puede expresar y ser “una pelea”, pero una pelea entre malos, como cuando diferentes sectas de la Masonería se pelean entre sí. Es una pelea entre dos cabezas o bandos de la misma Bestia o movimiento anti-católico: la Hidra de Lerna. Y hasta puede ser una pelea a muerte: es importante que recuerden “La Profecía de la Bestia del Profeta Daniel”.
-A lo anterior respondemos: Los católicos no podemos hacernos falsas esperanzas. Si no usamos el sentido común: dejaremos de ser católicos. Nuestra única esperanza es Dios Nuestro Señor Jesucristo y su Catolicismo. Las opciones no son ni el Deep State ni el actual Gobierno de EEUU. Los católicos no somos ni de Trump, ni de Putin, ni de Soros: Los católicos somos de Dios, de Dios Nuestro Señor Jesucristo, y de María Santísima.
[Apartado especial] Ahora hacemos un apartado especial: En esta caída de cinco siglos hubo UN PARÉNTESIS.
Fue un paréntesis parcial, geográfico, que nos toca de cerca, y que toca de cerca a nuestra amada, amadísima, Madre Patria España.
El nombre que se debe dar es: LA CRISTIANDAD ESPAÑOLA, este hecho, esta expresión, se debe difundir y acuñar en los estudios de la Historia. Porque así como existió una Cristiandad Europea (ya la mencionamos), también existió una CRISTIANDAD ESPAÑOLA . Y fueron las dos únicas Cristiandades que se dieron en la Humanidad.
La Cristiandad Española duró tres siglos: Dios en el centro. Dios y su Catolicismo en el centro de la vida social, familiar e individual. La sociedad teocéntrica.
-En lo que fue “el comienzo del fin”, al iniciar el movimiento del Renacimiento, y más aun frente a la Revolución Protestante o Reforma, Dios dispuso el descubrimiento de América, donde millones de indios se volvieron hijos de Dios, se volvieron católicos.
–Aquí, en Hispanoamérica, se hizo UNA CRISTIANDAD: Fue LA CRISTIANDAD ESPAÑOLA.
-Al igual que ocurrió con Europa, ésta Cristiandad Española fue con defectos, como todo lo humano, como todo lo que hace el ser humano: Con santos y con pecadores; con almas de bien y de nobleza, y con la canallesca. Pero, también al igual que en la Cristiandad Europea, lo que consiguió España aquí fue nuevamente el máximo logro social, lo más que puede llegar a hacer el ser humano en esta vida “imperfecta”: Dios en el centro, ¡y por tres siglos!
-LA CRISTIANDAD ESPAÑOLA, ¡todo para Dios, desde la mitad del actual EEUU, hasta Tierra del Fuego en el sur!, fue algo gigantesco y único: UNA SOLA RELIGIÓN, UNA SOLA LENGUA, UNA SOLA CULTURA. Pero todo esto fue destruido por todas nuestras Revoluciones de principios del Siglo XIX, principalmente las de 1810: Méjico, Colombia (Nueva Granada), Argentina (Río de la Plata): el norte, el centro, el sur. “Lo destronaron”, Dios
Nuestro Señor Jesucristo fue destronado, destronado también aquí en América. Y el Liberalismo y la Masonería hicieron y continuaron la obra de destrucción; y en el Siglo XX se sumó el Comunismo. Tal vez las logias masónicas de Inglaterra tengan, dentro de sus “efemérides” o acontecimientos importantes, una fecha para festejar lo bien que les salió “La Destrucción del Imperio Católico Español”. Desde allí tuvo más que
nunca vigencia “La Leyenda Negra contra España”, que bien tiene puesto el nombre de “leyenda”, porque es una mentira y una falsedad: Todo católico verdadero, que sepa lo mínimo de verdadera historia, debe saber y defender a España. “Que hubo pecados y cosas malas que se realizaron”: Claro que sí, siempre que hay seres humanos de por medio se cometen cosas malas, las cuales no justificamos. Pero esos tres siglos, vistos en su conjunto y en su obra total, fueron grandiosos, únicos, magníficos, “FUERON SIGLOS CATÓLICOS Y CATOLIQUÍSIMOS”: Dios y su Religión Católica en el centro.
(Conclusión)
Nos deberá quedar, para una segunda prédica, el desarrollo de “La Destrucción de Jerusalén y su carácter escatológico”: Se enseña que dicha profecía, y lo ocurrido en el año 70 de nuestra era, es un “tipo” de los acontecimientos que se darán en los finales, en la Consumación del Siglo.
Mas en relación a esto, lo escatológico, y “en relación a todo”, les dejaremos con una noticia dada hace poco por una periodista colombiana5. “Valdrá lo que valdrá” ; al menos sepamos de ella; y nos quedemos como “observadores inteligentes” de la realidad y de los hechos que ocurran, para saber si se dará o no se dará lo anunciado.
-Más de uno observa el gran silencio que ha mantenido Francisco en estos meses (por lo menos en comparación a su gran verborragia que le ha caracterizado). ¿Por qué será este silencio?
-La noticia mencionada expresó que Francisco iba a anunciar en mayo pasado la formación de una Religión Mundial, con la unión de las tres grandes religiones: Cristianismo (aquí se incluyen los Protestantes), Judaísmo y el Islam. Pero esto, dice la noticia, se suspendió; pero se agrega que fue postergado para septiembre. Recuerden que, dentro de las noticias que se dieron de la reunión del G-20 en Argentina, la cual se realizó hace dos años, una de ellas decía de “su agenda para realizar en 2 años LA RELIGIÓN MUNDIAL, poniendo como líder de ella a FRANCISCO”; no sé si respetarán el plazo fijado, pero la fecha se vence -creo no equivocarme- en septiembre de este año, en un mes. Como dijimos, veremos qué pasa; pero estemos “vigilantes” (como dice Dios en la Biblia), atentos, a los hechos que puedan ocurrir.
-¿Y qué pasa con el silencio de Francisco en estos meses? Pues bien, el silencio perfectamente puede ser una ayuda “publicitaria” para ellos. Porque, de ser cierto que anuncian la Religión Mundial para dentro de un mes, ante un anuncio así, algo de semejante magnitud, qué mejor que haber guardado un buen tiempo de silencio “previo”; en cuyo caso el anuncio producirá tanto mayor impacto, y será tanto más escuchado por toda la Humanidad.
Sea como fuere, por ahora, como dijo Dios Nuestro Señor Jesucristo, a nosotros nos toca el “vigilate et orate”, “vigilad, estad atentos, y rezad”, para no caer en la tentación, para no ser engañados, para poder darnos cuenta de lo ocurra, para poder ser buenos hijos de Dios.
AVE MARÍA PURÍSIMA.
5 Se trata de la periodista Sandra Valencia Toro.