Mons Fellay, algunos puntos.
(Domingo 19 de julio de 2015) P. Altamira.
(Introducción)
Queridos hijos:
Queríamos hablar sobre Mons. Fellay, en todo ese camino hacia donde él va, insertarse en la falsa iglesia del Concilio Vaticano II, pues creemos que terminará de destruir la Fraternidad San Pío X, destruir la obra de Mons. Marcel Lefebvre.
No nos estamos expresando contra la institución, ni contra buenos sacerdotes que hay en ella (muchos ven el problema y no están contentos con lo que está pasando). Nos expresamos, sí, contra Mons. Fellay y contra “su grupo” (algunos superiores de distrito, superiores de seminario, sus dos asistentes, algunos sacerdotes).
El golpe final no ha sido dado aún. Pero cada mes hay cosas nuevas que Mons. Fellay hace. “Siempre hay un nuevo paso”, y nunca es en la buena dirección, sino hacia la falsa iglesia creada con el Concilio, hacia “la Iglesia Conciliar” (expresión que –creo- Mons. Fellay nunca más usó, y que –creo también- nunca más usará, ni quiere que sea usada).
Pero todas estas cosas que ocurren cada mes o casi cada mes, si bien un camino que terminará mal, son también una misericordia de Dios, pues ellas sirven (o deberían servir) para poder ver, para que nosotros los sacerdotes veamos… ¡y para actuar!, ¡y con mayor razón hoy en día al ser ya tantas!
En todo esto, el riesgo es, a fuerza de seguir esperando, que al final no se haga nada, que al final no se reaccione. Y así como en la época del Concilio Vaticano II, el mismo movimiento de las cosas “se comió” a muchos buenos obispos y buenos sacerdotes por no haber reaccionado a tiempo, así aquí el movimiento de las cosas (llamemos “la dinámica fellayista”) tal vez se “coma” también a buenos sacerdotes que ven el problema. Ojalá que no.
En su momento, era injustificable lo que Mons. Fellay hacía con Benedicto (su supuesto “Papa tradicional”; lo cual es falso).
Benedicto se presentaba, más disimuladamente, como si fuera tradicional, aunque en la herejía modernista, en las cosas que él enseñaba o escribía, era y es igual que Francisco. Pero al ser pseudotradicional, al mostrarse superficialmente “tradicional”, eso servía a Mons. Fellay, y le servía un poco de excusa para justificarse ante nosotros, los sacerdotes.
Pero ahora, hoy, es mucho más injustificable lo que Mons. Fellay hace, ese ir hacia Francisco y hacia su falsa iglesia, porque Francisco es más burdo y él se muestra más (o “un poco más”) como lo que realmente es.
Nosotros, los sacerdotes, no deberíamos haber tolerado lo que Mons. Fellay hacía con Benedicto. Pero es mucho más evidente aun (e injustificable) lo que hace hoy con Francisco. ¡Ojalá que “un Mons. Tissier de Mallerais” hable públicamente! En fin, como siempre: Veremos.
(Cuerpo 1: La gente se olvida o no sabe ciertas cosas. Atención los padres que ya hemos reaccionado)
Hay varias cosas para comentar de Mons. Fellay.
La gente, nuestros feligreses, se olvida rápidamente de las cosas. O algunos ni siquiera las saben (como pude ver hace poco en Argentina).
Recordaremos algunos hechos, y hablaremos de otros que últimamente han ocurrido. Sobre su Carta nº 84 (“a los amigos y bienhechores”), a través de la cual Mons. Fellay adhiere públicamente al “Año de la Misericordia” de Francisco, deberemos dejarla para comentar en otro momento para que no se haga tan larga esta prédica. Ya hay mucho “material”.
Haciendo un paréntesis:
Los sacerdotes que ya hemos reaccionado no podemos caer en los mismos errores de Mons. Fellay. A iguales causas, se seguirán iguales efectos.
No puede ser que entre nosotros estemos justificando el Motu Proprio de Benedicto XVI. No puede ser que entre nosotros haya la menor duda de que Vaticano II debe ser rechazado totalmente, de que Vaticano II jamás pudo, ni puede ser, Magisterio Católico. Este Concilio tiene errores contra la Fe, crea una nueva religión, no puede ser Magisterio Católico. No puede ser que entre nosotros se diga de intentar interpretar católicamente el Concilio, “interpretarlo a la luz de la Tradición”.
No puede ser que entre nosotros estemos diciendo que vamos a seguir yendo a la falsa Roma: Uno dice ¡hasta cuándo! Más de 10 congregaciones “tradicionales” similares a la nuestra ya han sido destruidas de esa manera, Mons. Fellay está a punto de destruir la Fraternidad San Pío X de esa manera, ¡y los sacerdotes que hemos reaccionado seguiremos en lo mismo!, ¡de verdad parecemos tontos!
No puede ser que entre nosotros estemos insinuando a favor de los sacramentos modernos. No puede ser que entre nosotros se hable de buscar un status jurídico en la falsa iglesia, en la Iglesia Conciliar, “pero que ahora no es el momento”, es decir: Haremos lo mismo que Mons. Fellay, pero más adelante.
Si esto no se detiene, terminaremos igual que Mons. Fellay (o tal vez peor).
(Cuerpo 2: Algunos hechos)
Veamos una enumeración de algunos hechos.
Una publicación francesa, Présent, hizo una entrevista a Mons. Fellay. La hemos tomado de DICI, que es uno de los sitios oficiales de Mons.
Fellay. Damos en extracto1:
(27 jun 2015) (…) Présent: La Fraternidad ha sido reconocida oficialmente como católica por el Estado Argentino con la ayuda del Cardenal Bergoglio quien luego se convirtió en el Papa Francisco. ¿Esto sólo tiene una importancia administrativa o es más revelador? M. Fellay: (…) No hay duda sobre el hecho de que el Papa Francisco, entonces Cardenal Bergoglio, prometió ayudar a la Fraternidad a obtener el reconocimiento por el Estado Argentino de nuestra sociedad como católica, y cumplió su promesa. Esto nos obliga a pensar que él nos considera verdaderamente como católicos. (…) Présent: Hace algunas semanas, los seminarios de la Fraternidad recibieron la visita de enviados del Vaticano, el Cardenal Brandmüller, Mons. Schneider. Estas visitas constituyen un lazo público con “la Iglesia oficial”. ¿No es esto vital? M. Fellay: El lazo con la Iglesia es vital… Las fechas y los lugares de estas visitas han sido dejadas a mi elección, el Vaticano ha propuesto los nombres… (Nota: Y más adelante en la entrevista:) Esta iglesia es la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo… (…) Présent: ¿Qué piensa usted de la proposición del Cardenal Sarah de introducir el ofertorio tradicional en la misa nueva (nota: en la misa moderna)? M. Fellay: Esta idea no es nueva, hace ya unos diez años que circula en Roma. Estoy feliz de que sea retomada…
1 http://www.dici.org/documents/entretien-mgr-fellay-a-present-27-juin-2015/
Primero, es más que llamativo que Francisco (ultra-modernista) nos ayude. Por otro lado, esto encaja en los deseos de Mons. Fellay de obtener “la estampilla de católico” de manos de Francisco, nada más y nada menos que de Francisco (¡!), y como si no tuviéramos el “sello” de católicos y necesitáramos que Francisco (¡!) lo diera para nosotros.
Ya lo hemos dicho: ¿Dónde hay un católico, apostólico y ROMANO?
Habrá un católico en cualquier persona, esté donde esté, que guarde las 4 notas de la Iglesia Católica (ella es una, santa, católica y apostólica).
Es Francisco quien no tiene estas notas, es la falsa iglesia creada con el Concilio Vaticano II quien no tiene estas notas, es la falsa religión que ellos crearon la que no tiene estas notas. Mons. Lefebvre lo ha dicho y repetido hasta el cansancio.
En segundo lugar, Mons. Fellay habla de las famosas visitas de los obispos modernistas a nuestros seminarios, donde hablaron a seminaristas y a sacerdotes sobre el Concilio Vaticano II, “que en cuanto a la doctrina católica tiene textos “menos claros” y el problema está en la mala interpretación de esos textos; pero en cuanto a la religiosidad, Vaticano II tiene un gran valor para la espiritualidad católica”: Estamos parodiando conceptos de uno de ellos, Mons. Schneider, pero es casi literalmente lo que él dijo en Winona. Y “la mala interpretación” de ciertos textos (lo cual es falso, el problema son los textos en sí), me recuerda al “common understanding” de Mons. Fellay (diciendo él que por esto se interpreta mal el Concilio). Y tal vez hasta podemos decir que él “les gana”, porque Mons. Fellay acepta el 95 % del Concilio como ya todos sabemos.
Los obispos fueron: El Cardenal Walter Brandmüller y Mons. Athanasius Schneider. Ambos son muy “católicos”; tanto, que el primero no tiene problema en dar la comunión en la mano y usar acólitas o monaguillas mujeres para su “misa”; tanto, que el segundo no tiene problema en hacer (lo que parece –según lo publicado-) reuniones ecuménicas. Estos “detalles” de estos obispos, alguno o algunos no los sabían en Argentina.
Con las hojas que repartiremos, pondremos las fotos de estos obispos.
Y por supuesto que aquí Mons. Fellay dice que esa iglesia (la creada con Vaticano II) es la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo. Pues no, eso no es la Iglesia Católica, eso es una falsificación del Catolicismo, es otra iglesia, como muchas veces enseñó Mons. Lefebvre.
En tercer lugar, Mons. Fellay abala y dice que está feliz de que se mezcle la verdadera Misa, la Misa de San Pío V, con la “misa” protestantizada, “Cena del Señor” o “misa” de Paulo VI. Es decir, que se mezcle la Misa Católica de siempre, nuestra Misa, con el banquete o celebración de la Religión Conciliar, con la misa moderna.
También me ocurrió en Argentina que alguien (tal vez más) no sabía que Mons. Fellay había dicho que si Mons. Lefebvre hubiera visto la misa moderna bien celebrada, “no hubiera dado el paso que dio”. Vale decir, como sostiene la llamada “línea media”, que el problema no es la misa moderna en sí, sino los excesos que se cometen al celebrarla.
Decir cosas así es muy-muy grave, y nadie dijo nada públicamente a Mons. Fellay. Pongamos literalmente esta noticia de “ACI prensa”2:
“(…) El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Antonio Cañizares Llovera… hizo esta afirmación el pasado 15 de enero (de 2013) en respuesta a las preguntas de los periodistas… El Purpurado español contó el hecho a manera de anécdota: «en una ocasión vino a verme entre otros, Mons. (Bernard) Fellay, que preside a los de la Hermandad de San Pío X y me dijo, ‘venimos de una abadía que queda junto a Florencia. Si Mons. Lefebvre hubiese conocido cómo se celebraba allí, no hubiese dado el paso que dio’. Ese misal que se celebraba allí es el Misal de Pablo VI en su realidad más estricta”.
La misa moderna y los sacramentos modernos pueden ser inválidos, por problemas en el rito y en la significación sacramental (por su ambigüedad), por problemas en la intención, por problemas en “la forma” de esos sacramentos (en algunos casos), por problemas incluso en “la materia” (también en algunos de ellos), también porque la ordenación sacerdotal moderna y la consagración episcopal moderna pueden ser inválidas. Lo concreto es que para varios de ellos no sabemos si valen o no. De allí lo gravísimo de este Concilio y lo que le siguió.
Pero tal vez varios (o muchos) de los fieles hayan olvidado que para Mons. Fellay ya no hay dudas sobre la validez de esa misa moderna y de esos sacramentos modernos (al revés de lo que dijo y enseñó Mons. Lefebvre). “La gente se olvida”. Recordemos:
«Nosotros declaramos reconocer LA VALIDEZ del sacrificio de la misa y de los sacramentos celebrados con la intención de hacer lo que hace la Iglesia según los ritos indicados en las ediciones típicas del misal romano y de los rituales de los sacramentos LEGÍTIMAMENTE promulgados por los Papas Paulo VI y Juan Pablo II» (Monseñor Fellay, Declaración Doctrinal del 15 de Abril 2012).
2 https://www.aciprensa.com/noticias/cardenal-canizares-si-lefebvre-hubiera-visto-la-misa-bien-celebrada-no-hubiese-dado-el-paso-que-dio-53466/#.UPivxB00WSo
(Cuerpo 3: El Movimiento de la Juventud Católica de Francia: El MJCF)
Nos sigue quedando en el tintero la Carta a los Amigos y Benefactores (Carta nº 84), que es muy interesante para ver el pensamiento de Mons. Fellay, será para el próximo u otro sermón. Pero ahora damos un último ejemplo.
En estos días hubo una noticia importante en Francia:
El MJCF, “Movimiento de la Juventud Católica de Francia”, es un grupo realmente muy importante que está en toda Francia (dentro de la llamada Tradición Católica) y del cual han salido numerosos sacerdotes de mi congregación. Es un grupo de jóvenes seglares o laicos.
Este movimiento ha manifestado públicamente la situación a donde ha sido llevada la Fraternidad por medio de Mons. Fellay.
Nuestras felicitamos para los jefes o responsables (“les animateurs”) por haber hecho pública esta carta. Suponemos que va a influenciar mucho en toda La Francia de la Tradición Católica.
Leeremos un extracto; el título es “A propósito de la crisis dentro de la Fraternidad San Pío X”:
“hemos elaborado una lista cronológica de los hechos y declaraciones que han tenido lugar durante los últimos diez años… la realidad de los hechos muestra INDUDABLEMENTE un cambio de orientación en la dirección de la FSSPX… el escándalo de los débiles sería nuestro si, conociendo los hechos, escogiéramos callar su realidad, la cual es cada vez más evidente y de actualidad… queremos, por el contrario, prevenir a las almas del peligro, no de una eventual firma de un acuerdo oficial cualquiera, sino de un reconocimiento tácito de la Fraternidad San Pío X por parte de la Iglesia Conciliar, obtenido por pequeños pasos…”.
Y otra parte del extracto que hemos escogido se aplica muy bien a lo que está haciendo Mons. Fellay. Dicen ellos:
“citaremos al gran pensador de la contrarrevolución, Joseph de Maistre: «La victoria de la Revolución es la de haber logrado hacerse amar por aquellos de quienes es la más mortal enemiga, y esta misma autoridad [podemos nosotros decir: “o Fraternidad San Pío X llevada por Mons. Fellay”] que la Revolución [decimos: “o Iglesia Conciliar de Francisco”] se apresta a inmolar [o “matar”, en francés: “immoler”], la abraza estúpidamente [a través de lo que hace Mons. Fellay] antes de recibir el golpe mortal»”.3
3 Al traducir hemos visto el original en francés en http://www.francefidele.org/
(Conclusión)
No nos extendemos más. Esperamos poder concluir la semana que viene cuando hablemos de la Carta nº 84 de Mons. Fellay y su adhesión a través de esta carta al “Año de la Misericordia” de Francisco.
Simplemente le pedimos a la Santísima Virgen, como ya hemos hechos (y debemos seguir haciendo), que consiga casualmente “misericordia” de su Hijo, Dios Nuestro Señor Jesucristo. ¡Verdadera misericordia!, no la que ha inventado Francisco. Y así que Él quiera ayudarnos un poquito en todo esto que padecemos, que es muy duro. Quiera Él mirarnos compasivamente.
AVE MARÍA PURÍSIMA.