Fiesta de Santa Rosa de Lima, LAUDATO SI; análisis de la encíclica de Francisco, Sermón B.
(Domingo 30 de agosto de 2015) P. Altamira.
(Introducción)
Queridos hijos:
Hoy es la Fiesta de Santa Rosa de Lima, nuestra Patrona, la Patrona de Hispanoamérica.
Una grandísima santa, que la Providencia quiso que naciera y viviera “en estas tierras hijas de España”, de la católica y grande España (como lo fue).
Nació en el Perú, en Lima. La vida de ella es impresionante: Antes que nada su inmenso amor a Cristo, y en segundo lugar las penitencias inauditas (“admirables pero no imitables”) que hacía por los pecados, por la conversión de los pecadores; unirse a Cristo crucificado.
Pero lo más importante es el amor, el amor a Dios Nuestro Señor Jesucristo, el amor gigantesco que ella le tenía. Lo cual le valió algo que, siempre se los he dicho, nos impresionó desde el primer momento: Que Dios, el Creador de cielos y tierra, se apareciera a un simple ser humano, a Santa Rosa, y que ese ser humano mereciera el honor de escuchar que el mismo Dios le dijera:
“Rosa cordis mei… Rosa de mi corazón… Tu mihi sponsa esto, tú sé mi esposa”.
Pero… ¡pobre Santa Rosa!, la semana pasada habíamos empezado a ver o estudiar la última encíclica de Francisco, “Laudato si”, y habíamos dicho que hoy continuaríamos. Por lo cual no vamos a predicar de Santa Rosa. Mi único consuelo es que, como toda santa, y además esposa de Cristo, debe estar muy enojada con las cosas que hace Francisco… y esperemos esté conforme con nuestros intentos de mostrar sus errores. ¡Vamos al tema, entonces!
(Cuerpo 1: Algunas reseñas de su vida)
En distintos lugares, la encíclica de Francisco “huele bastante” a Teilhard de Chardin (y esto: en muchas-muchas de sus expresiones).
Francisco mismo habla de “los aportes” de Teilhard: Lo dice explícitamente en la nota al párrafo 83.
Veamos entonces un poco a este sacerdote herético, y notaremos -con asombro- qué semejantes son algunas partes de “Laudato si” al pensamiento y las palabras teilhardianas.
Primero, escuchemos una reseña de su vida dada por una fuente no católica1 de Argentina:
“El Padre Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955), sacerdote Jesuita… Geólogo, paleontólogo, humanista cristiano y místico ferviente (?). Sus aportes (nota: que usa Francisco) filosóficos y científicos desataron grandes controversias… su contribución desde el cristianismo a la teología de «la conciencia planetaria» y del «Cristo Cósmico»– mantuvieron viva su memoria, tanto que algunas de sus ideas siguen siendo defendidas con parecida efusividad tanto por adeptos de la Nueva Era como por los gurúes de la Era Digital… Sus reflexiones científicas incluían la discusión teológica, lo que le costó enemistades en el clero… Así definió su concepción del universo: «Creo que el Universo es una Evolución. Creo que la Evolución va hacia el Espíritu. Creo que el Espíritu se realiza en algo personal. Creo que lo Personal Supremo es el Cristo-Universal» (nota: o Cristo Cósmico). (…) el Universo, el hombre y su historia, dice [Teilhard], tienden a un «PUNTO OMEGA», aquel que Teilhard llamó «EL CRISTO CÓSMICO», punto de unión de toda la humanidad («cristósfera»). Durante su prolongada estadía en China (1939-45) completó “El Fenómeno Humano” (1938-40), obra donde comete el sacrilegio (desde la perspectiva católica) de defender la teoría de la mutación de las especies a través de la historia genética. Cuando una copia del ensayo cayó en manos de sus superiores fue censurado y acusado de heterodoxia al atreverse a hacer una interpretación libre de la doctrina del «pecado original» y de la «gratuidad de la vida sobrenatural»… Sus ideas científicas y humanistas fueron elogiadas tanto por almas religiosas como por académicos huérfanos de Dios. El zoólogo Julian S. Huxley (1960), considerado uno de los principales exponentes de la teoría evolucionista, cuando era presidente de la UNESCO, conoció a De Chardin en 1946. El científico, hermano del célebre escritor Aldous Huxley, declaró haber llegado desde su agnosticismo a «conclusiones muy parecidas» a las de Teilhard. Ya en los ’60, René Maheu, otro director de la UNESCO, comparó a la obra de Einstein con la de Teilhard… [Sobre la vuelta de Cristo, veamos las ideas de Teilhard que estas personas reseñan; dicen ellos:] Este acontecimiento aliará la Ciencia y la Mística, y permitirá a ambas partes obrar una sobre otra, intercambiar sus atributos, llegando Cristo a ser Cósmico y el Cosmos cristificado a ser objeto de amor”.
(Cuerpo 2: Sus ideas y enseñanzas)
Vamos a reseñar ahora palabras y enseñanzas de Teilhard de Chardin tomadas del libro escrito por el Padre Luigi Villa, de una edición
del año 20062.
Ya para comenzar, en las citas de la introducción del libro, leemos: «Roma y yo tenemos dos concepciones diversas del mundo. A veces, tengo un verdadero odio hacia todo lo que la histórica y natural Institución de Cristo representa hoy» (Teilhard de Chardin). Supongo que saben que “la histórica y natural Institución de Cristo” es la Iglesia Católica, ¿qué dice de Ella, Teilhard? Que a veces tiene “un verdadero odio” hacia lo que la Iglesia Católica representa hoy. Pues, ¡muy bien por Teilhard!
1http://www.dios.com.ar/notas1/biografias/escribas/CHARDIN_TEILHARD/chardin.htm Por Alejandro Agostinelli. Este texto es parte del Proyecto Enciclopedia Multimedia de Cultos, Mitos y Misterios. Exclusivo para Dios! © 2002.
2 Pbro. Dr. Luigi Villa, nombre del libro: “El jesuita masón y herético Teilhard de Chardin”, Operaie di Maria Immacolata, Editrice Civiltà (via Galileo Galilei, 121, 25123 Brescia (Italia), tel. 030 37.00.00.3, e-mail: omieditricecivilta@libero.it , año 2006. Edición en PDF tomada de https://moimunnanblog.files.wordpress.com/2013/01/libro-teilhard-sp-corretto.pdf
Sobre hacer una falsificación del Catolicismo, UNA RELIGIÓN NUEVA, una especie de panteísmo, un culto de la materia y del mundo.
Escuchemos:
Teilhard escribe: “Lo que va dominando mi interés y mis preocupaciones interiores… es el esfuerzo para establecer en mí, y difundir en torno a mí, UNA RELIGIÓN NUEVA (llamémosla un mejor Cristianismo) en donde el Dios personal deje de ser el gran propietario «neolítico» de otra época, para venir a ser EL ALMA DEL MUNDO…” (Lettres à Léontine Zanta, Bruges 1965, p. 127). 3
En otro lugar4 , sobre esta RELIGIÓN NUEVA, sobre esta falsificación del Catolicismo, dirá:
«En el corazón del hombre moderno, en el surco trazado por la Idea de la EVOLUCIÓN, esta para germinar UNA FORMA DESCONOCIDA DE RELIGIÓN que nadie habría podido, hasta ahora, imaginar y describir… » (nota 20: Cfr. “Etoffe de l’Univers” 1953, pp. 5-7). «Va constituyéndose, ahora, UNA RELIGIÓN DE LA TIERRA que se contrapone a la religión del Cielo. Ésta es la situación de fondo, en su gravedad, pero también en sus esperanzas» (nota 21: Cfr. “Quelques réflexions sur la conversion du Monde”, 1936, pp. 3-4).
Escuchemos más precisiones, dadas por el mismo Teilhard, sobre su NUEVA RELIGIÓN, el Panteísmo, etc:
El 14 de octubre de 1916 escribía: «Siempre he tenido un alma naturalmente PANTEÍSTA. Sentía aspiraciones invencibles hacia ello, nativas; pero no les dejaba paso libremente, porque no sabía cómo conciliarlas con mi fe. Después [¿cuando sí pudo conciliarlas?] (…) puedo decir que he experimentado (…) la inalterable paz» (libro citado, página 75). «Me ha venido una idea: Que se pueda escribir un trabajo intitulado: “El tercer Espíritu”. Quiero decir EL ESPÍRITU DE DIVINIZACIÓN DEL MUNDO, opuesto al llamado “Espíritu de Dios”…» (libro citado, página 78).
«Ninguna religión, a la hora presente, nos presenta explícitamente, oficialmente, al Dios que necesitamos. He aquí por qué me ha parecido tan primordial, tan fundamental, repensar la Cristología, explicar a todo el mundo lo que yo llamo EL CRISTO UNIVERSAL» (libro citado, pág 80).
En su libro “L’Enérgie humaine”, (p. 74), por ejemplo, escribe: «No hay Materia y Espíritu, sino que SOLAMENTE EXISTE MATERIA QUE DEVIENE ESPÍRITU. No hay en el Mundo ni Espíritu ni Materia; el tejido del Universo es el espíritu-Materia».
Veamos ahora cómo manifiesta que el mundo es algo santo y que el mundo avanza hacia su propia divinización:
«El mundo no se diviniza por supresión, sino por sublimación. Su santidad [la del mundo] no está en la eliminación, sino en la concentración de LA LINFA de la Tierra… nueva ascesis…» (libro citado, páginas 18 y 19).
«El reino de Dios se establecerá a través de una renovación… La chispa surgirá de la conjunción… en las consciencias, entre Nuestro Señor y el mundo, volviéndose éste [el mundo] sacro y absoluto en Él [el mundo se terminará haciendo algo sagrado, “sacro”, y absoluto]…»5.
Escuchemos ahora estas expresiones, que son tal vez las más impresionantes de Teilhard de Chardin:
«Si, luego de una crisis interior, yo llegara, sucesivamente, a perder mi fe en Cristo, mi fe en un Dios personal, mi fe en el Espíritu, ME PARECE QUE CONTINUARÍA CREYENDO EN EL MUNDO.
EL MUNDO… tal es, en un último análisis, la primera y LA SOLA COSA EN LA CUAL CREO. ES POR ESTA FE QUE VIVO, y es a ella, así lo siento, que, al momento de morir, por encima de toda duda, YO ME ABANDONARÉ. A LA FE CONFUSA EN UN MUNDO ÚNICO E INFALIBLE, yo me abandonaré, A DONDE SEA QUE ME CONDUZCA». Son palabras escritas en su aún inédito “Comment je crois” de 1934.
Teilhard dice que aun perdiendo la Fe en Cristo, él piensa que continuaría creyendo en El Mundo, y que El Mundo es la primera y sola cosa en la cual él cree, que por esa fe vive, y que al momento de morir, él se abandonará a su fe en El Mundo, a donde sea que esto le conduzca.
¿Y a dónde puede conducir una «fe» así? Pues, al Infierno. Objetivamente hablando: Al Infierno. Allí conducen las herejías, ¡y semejantes herejías! Nos preguntamos dónde estará ahora Teilhard de Chardin.
¿Y sería consciente él de la gravedad de sus palabras? Sabrá Dios. Pero da la impresión de que sí era consciente. Escuchemos:
«No puedo dar marcha atrás, detenerme, sin fallar… SÉ BIEN QUE TODOS LOS HEREJES HAN DICHO ESTO… Por ello, estoy decidido a continuar como hasta ahora…» (libro citado, página 15).
3 Libro citado, Capítulo III: “FILÓSOFO-TEÓLOGO (?)”, página 46, en la nota 2 de dicha página. Y también sale dicha cita en el apartado “Iluminismo diabólico”, páginas 79 y siguientes, y la cita está en la página 81.
4 Libro citado, páginas 54 y 55.
5 Libro citado, página 77.
Y ahora un último ejemplo que a nosotros nos es muy sensible, y con lo cual vemos que Teilhard también fue un precursor y/o estaba en los grupos de avanzada que intentaba invertir el orden de los fines del Matrimonio.
Eso es exactamente lo que veíamos ayer en el Curso de Matrimonio con las palabras del Papa Pío XII y del Santo Oficio censurando a quienes quieren invertir o hacer equivalentes, etc, los fines del Matrimonio. El fin más importante de todos es la procreación y la educación católica de los hijos.
También aquí, nuestro “muy católico” Teilhard destruye la santidad del Matrimonio, el fin principal de la procreación, el ideal católico de la Familia Numerosa, y, al revés, fomenta la anticoncepción, la planificación, etc. Escuchemos:
«Si es cierto, entonces, que el hombre y la mujer se unirán tanto más a Dios cuanto más se amen el uno al otro… cuanto más se adhieran a Dios, más se verán conducidos a amarse del modo más bello… HACIA UNA DISMINUCIÓN GRADUAL… DE LA REPRODUCCIÓN… No es simplemente cuestión… de CONTROLAR LOS NACIMIENTOS, sino de… DAR PLENA EXPANSIÓN A LA CANTIDAD DE AMOR, LIBERADA DEL DEBER DE LA REPRODUCCIÓN… (desprendiéndose) de lo que ha debido ser, en otro tiempo, el órgano de reproducción… Lo sexual, para el hombre, se encontrará satisfecho en la pura femineidad…»20. Tal aberrante doctrina es expresada por Teilhard también en su libro “La Evolución de la Castidad” (1934) (íbidem, pág 19).
En la nota 20 que acompaña esta cita leemos: 20 Está claro, por ello, que Teilhard CONSIDERA LA CASTIDAD Y LA VIRGINIDAD no como virtudes espirituales, sino COMO SATISFACCIÓN DE LA SEXUALIDAD, exceptuando la liberación del “deber de la reproducción”… Las consecuencias son evidentes: según esta tesis es lícito el comercio carnal, EVITANDO ONANÍSTICAMENTE LA PROCREACIÓN…».
Otra cita de Teilhard: «La mutua atracción entre los sexos es UN HECHO TAN FUNDAMENTAL que TODA EXPLICACIÓN (biológica, filosófica o religiosa) del Mundo, que no condujera a encontrarle en su edificio UN PUESTO ESENCIAL para la construcción, está virtualmente condenada» (libro citado, pág. 18).
(Cuerpo 3: Las censuras de la Iglesia Católica sobre él)
Veamos ahora las condenas o censuras de nuestra Iglesia Católica, que fueron recayendo sobre Teilhard (libro citado, página 88 y siguientes):
“En 1926, los Superiores de los Jesuitas prohibieron al Padre Teilhard de Chardin continuar con su enseñanza. En 1927, la Santa Sede rechazó dar el imprimatur a su libro “Le Milieu Divin”. En 1933, Roma ordenó que Teilhard abandonase sus puestos en París. En 1939, Roma puso en el Indice su libro “L’Energie Humaine”. En septiembre de 1947, Roma ordenó a Teilhard cesar de escribir sobre temas filosóficos. En 1948, se le prohibió aceptar una cátedra en el “College de France”. En 1949, su libro “Le Groupe Sociologique Humain” fue prohibido. En 1955 – el año de su muerte imprevista – le fue prohibido tomar parte en el Congreso Internacional de Paleontología”.
“Pío XI, Pío XII, han tratado de impedir la difusión de los errores modernistas de este pretendido científico, el cual – como confiesa él mismo en una carta suya a un sacerdote apóstata – permaneció deliberadamente en el seno de la Iglesia para mejor propagar sus errores (Cfr. “L’Etrange foi du Père Teilhard de Chardin” del P. Philippe de la Trinité, O.D.C.)».
Algunos años después de su muerte, el Santo Oficio expidió un Monitum (30 de junio de 1962) contra las obras de Teilhard.
Escuchemos la traducción de su texto en español6:
“Son difundidas algunas obras, aún póstumas, del padre Pierre Teilhard de Chardin, que obtienen no poco suceso. Prescindiendo del juicio en lo que se refiere a las ciencias positivas, resulta bastante claro que dichas obras presentan ambigüedades, E, INCLUSO, ERRORES GRAVES en materia filosófica y teológica, que ofenden a la doctrina católica. Por este motivo, los Emmos. y Revmos. Padres de la Suprema Sacra Congregación del Santo Oficio exhortan a todos los Ordinarios, y también Superiores de los Institutos religiosos, Rectores de seminarios y Directores de las Universidades, a defender a las almas, sobre todo de los estudiantes, de LOS PELIGROS ÍNSITOS en las obras del PADRE TEILHARD DE CHARDIN Y SUS SEGUIDORES [por lo visto nos ponen en alerta contra Francisco, pues por lo que vemos: Francisco es un seguidor de Teilhard de Chardin]. Datum Romae, ex Aedibus S. Officii, die 30 Junii 1962. SEBASTIANUS MASALA, Notarius”.
Y en la nota 1 a este texto, se lee: Para muchos, aún sacerdotes, el “Monitum” del Santo Oficio no fue tomado en cuenta, pero fue escuchada, en su lugar, la apología que de él [de Teilhard de Chardin] hizo su clan, y, en particular, su cohermano el P. Henri de Lubac (“La pensée religieuse du Père Teilhard de Chardin”, París 1962).
6 He aquí su texto en latín: Monitum: Quaedam vulgantur opera, etiam post auctoris obitum edita, Patris Petri Teilhard de Chardin, quae non parvum favorem consequuntur. Praetermisso iudicio de his quae ad scientias positivas pertinet, in materia philosophica ac theologica satis patet praefata opera talibus scatere ambiguitatibus, immo etiam gravibus erroribus, ut catholicam doctrinam offendant. Quapropter E.mi ac R.mi Patres Supremae Sacrae Congregationis S. Officii, Ordinarios omnes necnon Superiores Institutorum religiosorum, Rectores Seminariorum atque Universitatum Praesides exhortantur ut animos, praesertim iuvenum, contra operum Patris Teilhard de Chardin eiusque asseclarum pericula efficaciter tutentur. Datum Romae, ex Aedibus S. Officii, die 30 Junii 1962. SEBASTIANUS MASALA, Notarius.
Conclusión
Temas muy serios, sermones largos y extensos. No se puede de otra manera.
No me extiendo más. Quedará para semana que viene analizar el final de la encíclica “teilhardiana” –podemos decir- de Francisco.
Que Santa Rosa de Lima, nuestra Patrona, la Patrona de los Hijos de España, nos ayude.
AVE MARÍA PURÍSIMA.