Liturgia Católica en Navidad.
(Domingo 24 de diciembre de 207) P. Altamira.
(Introducción)
Queridos fieles:
En este Domingo 24 de Diciembre, introducción a La Noche Buena, Vigilia de Navidad, queríamos hacer resaltar los contenidos de la hermosa Liturgia Católica, sobre todo en esta época previa a la Navidad, el Adviento, y tal vez lo haremos igualmente en el ciclo de la Navidad que empieza esta noche.
Trataremos de compartirles y remarcarles algunos de los tantísimos conceptos, y enseñanzas, y consejos, que se hallan en la misma y propia Liturgia Católica. Serán pocos los textos escogidos; de lo contrario necesitaríamos varias horas. Veamos.
(Cuerpo)
Para comenzar: LAS ANTÍFONAS “O”. Todas ellas comienzan con distintos nombres que se atribuyen a Dios Nuestro Señor Jesucristo, y están todas dedicadas a Él, PIDIENDO QUE CRISTO VENGA. Antífonas hermosísimas que comienzan el 17 de Diciembre y culminan el día 23 (ayer); se utilizan para el canto de las Vísperas de esos días. Son una obra de arte. Nuestro coro las canta siempre en el Ofertorio de las Misas de Adviento. Incluso ellas forman un acróstico en latín, desde el último día hacia el primero; veamos si ustedes mismos descubren cuál es, y su significado en español.
– La del primer día, 17 de diciembre, se llama “O Sapientia”, y dice así: “Oh Sapiencia, oh Sabiduría, que has procedido de la boca del Altísimo (quae ex ore Altíssimi prodisti), que alcanzas desde un extremo al otro del orbe (attingens a fine usque ad finem), poniendo orden suave y fuertemente en todas las cosas (fortiter suaviterque dispónens omnia): Ven para enseñarnos el camino de la prudencia (veni ad docendum nos viam prudentiae)”.
-Otra: “O Radix Jesse”, el día 19 de diciembre: “Oh raíz de Jesé, vástago de Jesé, que estás de pie como signo de los pueblos (qui stas in signum populorum), ante el cual los reyes contendrán su palabra, callarán (super quem continebunt reges os suum), y al cual las gentes (las naciones no judías, los gentiles) invocarán (quem gentes deprecabuntur): Ven para liberarnos, ya no tardes (veni ad liberandum nos, iam noli tardare)”.
– El día 22, “O Rex gentium, Oh rey de las gentes: Oh rey de las naciones, de los gentiles, de las naciones no judías”. Es una clarísima y explícita alusión a los pueblos no judíos. La palabra “gentes” en latín, aquí su genitivo “gentium”: de las gentes, significa los pueblos que no son de origen judío, es decir, NOSOTROS, los goy, o mejor goyim que dicen ellos. Por lo cual esta antífona es como decir “Oh rey nuestro”, y dice así: “Oh rey de las gentes y el Deseado de ellas, y la piedra angular, que haces de unas y otras (naciones) una sola cosa (Oh rex gentium et Desideratus earum, lapisque angularis, qui facis utraque unum): Ven, y salva al hombre, al cual has formado del barro (veni, et salva hominem, quem de limo formasti)”.1
En los introitos de la Misa, tenemos conceptos muy hermosos, v.gr. el introito del Primer Domingo de Adviento (que ha cantado nuestro coro), cuyo canto es una gran obra de arte. Comencemos por éste, y veamos después otros ejemplos:
– El introito del Primer Domingo de Adviento está tomado del Salmo 24 (v. 1-4), y dice así: “AD TE LEVAVI ANIMAM MEAM: A ti he levantado mi alma; Deus meus, in te confido, non erubescam: Dios mío, en ti confío, no sea yo avergonzado; neque irrideant me inimici mei: ni se burlen de mí mis enemigos; étenim universi qui te exspectant, non confundentur: pues todos los que en ti esperan, no serán condenados”.
Este introito y salmo es una súplica a Dios para que no nos deje condenar, “todos los que esperan en ti, no serán condenados”. Es también una manifestación de humildad y de desconfianza en nosotros mismos, por la poca cosa que somos y porque sin Dios no podemos nada, por eso nos dirigimos a Él: “Señor, hacia ti he levantado mi alma, en ti confío; que mis enemigos, sobre todo los demonios y el demonio no se burlen de mí, non erubescam: no sea yo avergonzado (la única vergüenza es el pecado)”, también se puede traducir como “no sea yo condenado”.
– El introito del Segundo Domingo de Adviento está tomado de Isaías (30,30), y dice así: “Populus Sion, ecce Dóminus veniet ad salvandas gentes: Pueblo de Sión (el pueblo escogido, los judíos: “Nación de Israel sabed que”): he aquí que el Señor vendrá a salvar a las gentes, a las naciones, otra vez en latín “gentes”: a las naciones o pueblos no judíos; et auditam faciet Dóminus gloriam vocis suae in laetitia cordis vestris: y el Señor hará que sea escuchada la gloria de su voz para alegría de vuestro corazón”.
Este introito y profecía de Isaías bien se puede aplicar también a la Segunda Venida de Cristo con un sentido esjatológico. Se le avisa al pueblo judío, “Pueblo de Sión”, que Dios Nuestro Señor Jesucristo vendrá para salvar a las gentes, a las naciones no judías. Lo cual se aplica sin duda para la Primera Venida en la cual Dios nos salvó con la Redención. Pero también se aplica para la Segunda Venida, piensen tan sólo en el estado en que nos encontramos, y piensen si no es evidente que necesitamos QUE ÉL VENGA, para salvarnos, para levantarnos, porque si no todos pereceremos (“si los tiempos no fuesen abreviados, nadie se salvaría…”). Parece también se habla de la conversión de los judíos, con lo cual podemos decir que se acentúa el carácter esjatológico de esta profecía, pues dice que Dios hará que su voz sea escuchada “para alegría de vuestro corazón”: le está hablando al Pueblo de Sión, es decir a los judíos, los cuales no lo recibieron en su Primera Venida, y si la voz de Dios será escuchada para alegría del corazón de ellos, esto implica “sí recibir a Cristo”, la conversión de los judíos, pues hasta hoy la voz de Dios no ha sido escuchada por ellos. Entre la salvación de las naciones no judías y los judíos escuchando la voz de Dios, vemos que se puede estar refiriendo a toda la Humanidad en pos de Dios, en su Reino, “ET VOCEM MEAM AUDIENT, ET FIET UNUM OVILE, ET UNUS PASTOR: Y OIRÁN MI VOZ, Y SE HARÁ UN SOLO REBAÑO, Y UN SOLO PASTOR” (San Juan 10,16).2
– Un tercer ejemplo, el introito de hoy, de la Vigilia de Navidad, ¡todo es hermoso en la Liturgia de nuestra Santa Iglesia Católica!: “Hodie scietis, quia veniet Dóminus et salvabit nos: Hoy sabréis que el Señor vendrá y nos salvará (hoy es la Noche Buena, viene Dios); et mane videbitis gloriam eius: y mañana veréis la gloria de Él” (Éxodo 16,6-7).
DIRÍGITE, les gritaba San Juan Bautista a los judíos de su época, y nos grita a los católicos de hoy: ¡Enderezad vuestras vidas, ordenad vuestras vidas! Tantos consejos para que estemos en regla y en paz con Dios, para estar en estado de gracia, para recibir a Dios en la Navidad, la Santa Comunión: Ordenad vuestras vidas según Dios, según lo que Dios quiere de todos nosotros. Más ejemplos:
1 “O Emmanuel, rey nuestro y hacedor de las leyes (rex et legifer noster), expectación de las naciones –otra vez: de las naciones no judías- (exspectatio gentium) y Salvador de ellas (et Salvator earum): Ven a salvarnos, Señor y Dios nuestro (veni ad salvandum nos, Dómine Deus noster). Para el día 23 de Diciembre.
2 Cristo está enseñando a los judíos y la frase completa en latín es (San Juan 10,16): “Et alias oves habeo quae non sunt ex hoc ovili, et illas oportet me adducere, et vocem meam audient, et fiet unum ovile, et unus pastor: Y tengo otras ovejas que no son de este rebaño, y es preciso que yo las recoja, y oirán mi voz, y se hará un solo rebaño, y un solo pastor”.
– La Epístola de la Misa del Domingo Primero Adviento, que ya trajimos a colación, es un clarísimo y hermosísimo llamado a nuestra conversión (Carta a los Romanos, capítulo 13,11-14): “Fratres: Scientes, quia hora est jam nos de somno surgere: HERMANOS: YA ES HORA DE DESPERTAR. Nunc enim propior est nostra salus, quam cum credidimus: PUES AHORA ESTÁ MÁS CERCA NUESTRA SALVACIÓN, QUE CUANDO EMPEZAMOS A CREER. Nox præcessit, dies autem appropinquavit. Abjiciamus ergo opera tenebrarum, et induamur arma lucis: HA PASADO LA NOCHE, HA VENIDO EL DÍA. POR LO TANTO, ARROJEMOS LAS OBRAS DE LAS TINIEBLAS [NUESTROS PECADOS], Y VISTAMOS LAS ARMAS DE LA LUZ [LAS OBRAS DE DIOS, LA VIDA HERMOSA PARA DIOS Y SEGÚN DIOS]. Sicut in die honeste ambulemus: CAMINEMOS HONESTAMENTE, COMO DE DÍA: non in comessationibus, et ebrietatibus, non in cubilibus, et impudicitiis, non in contentione, et æmulatione: NO EN FESTINES (o FRANCACHELAS, u ORGÍAS: ya dijimos que todas estas cosas significa la palabra latina “comessatio”), NI EMBRIAGUECES (et ebrietatibus), NO EN LOS CUBILES (non in cubílibus) NI EN LOS PECADOS DE IMPUREZA (DESHONESTIDADES: et impudicitiis), NO EN LAS PELEAS (non in contentione) NI EN LAS ENVIDIAS (et aemulatione): sed induimini Dominum Jesum Christum: SINO REVESTÍOS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO” .
– En la Epístola de la Misa del Tercer Domingo de Adviento (Filipenses 4,4-7), se nos llama también a la conversión, pero ya se nos muestra los frutos de la vida ordenada según Dios: PAZ, ALEGRÍA: “Fratres: Gaudete in Domino semper : iterum dico gaudete: Hermanos: Alegraos siempre en el Señor; otra vez os digo: Alegraos. Modestia vestra nota sit omnibus hominibus: vuestra modestia sea manifiesta a todos los hombres: DOMINUS PROPE EST : EL SEÑOR ESTÁ CERCA…3 ET PAX DEI, QUÆ EXUPERAT OMNEM SENSUM, custodiat corda vestra, et intelligentias vestras in Christo Jesu : Y LA PAZ DE DIOS, QUE SUPERA TODO PENSAMIENTO, guarde vuestros corazones y vuestras inteligencias en Cristo Jesús”. Muy hermoso esto último que se pide: Que por vivir en Dios, esa paz de Dios que obtendremos y que supera todo pensamiento, guarde nuestros corazones, nuestros sentimientos, nuestras obras, y guarde también nuestros pensamientos, nuestra inteligencia, en Cristo Jesús, que nos guarde y nos mantenga en Cristo, con Dios, que no nos alejemos de Él, estando siempre en Cristo Jesús.
– El tercer y último ejemplo lo hemos escogido del Miércoles de las Témporas de Adviento, y todo indica que es una profecía que está pendiente de cumplimiento. Ya no hace alusión a la conversión individual o personal, sino que manifiesta una futura conversión de todas las naciones, social, una conversión social, de Cristo Rey. Esto aún no se ha dado, y creemos será con la Segunda Venida y el Reino de Cristo. Es de Isaías (2,2-5), y dice así: «Et erit in novissimis diebus: Y ocurrirá en los últimos días, præparatus mons domus Domini in vertice montium : preparado el monte de la casa de Dios en la cumbre de los montes, et elevabitur super colles : y se elevará sobre los collados; et fluent ad eum omnes gentes: y afluirán hacia él todas las gentes (todas las naciones no judías), et ibunt populi multi, et dicent: e irán muchos pueblos y dirán: VENITE, ET ASCENDAMUS AD MONTEM DOMINI, ET AD DOMUM DEI JACOB; ET DOCEBIT NOS VIAS SUAS, ET AMBULABIMUS IN SEMITIS EJUS: VENID, Y ASCENDAMOS AL MONTE DEL SEÑOR, Y A LA CASA DEL DIOS DE JACOB, Y ÉL NOS ENSEÑARÁ SUS CAMINOS, Y CAMINAREMOS EN SUS SENDAS; quia de Sion exibit lex, et verbum Domini de Jerusalem: PORQUE DE SIÓN SALDRÁ LA LEY, Y LA PALABRA DEL SEÑOR DE JERSUSALÉN. ET JUDICABIT GENTES: Y GOBERNARÁ A LAS NACIONES (otra vez el latín gentes, naciones no judías), et arguet populos multos: y castigará (reprenderá, argüirá) a muchos pueblos; et conflabunt gladios suos in vómeres: y volverán sus espadas en rejas de arado, et lanceas suas in falces: y sus lanzas en hoces. NON LEVABIT GENS CONTRA GENTEM GLADIUM: NO LEVANTARÁ SU ESPADA PUEBLO CONTRA PUEBLO, NEC EXERCEBUNTUR ULTRA AD PRÆLIUM: NI SE EJERCITARÁN MÁS PARA LA GUERRA. DOMUS JACOB, VENITE, ET AMBULEMUS IN LUMINE DOMINI: CASA DE JACOB, VENID, Y CAMINEMOS EN LA LUZ DEL SEÑOR».
Primeramente dice que Dios gobernará a las gentes (a las naciones no judías), pero apoyadas en la Nueva Sión (los judíos convertidos a Cristo y al Catolicismo); y termina la profecía diciendo “Casa de Jacob venid y caminemos en la luz del Señor”, allí también está la conversión de los judíos, los judíos habiendo aceptado a Cristo; esto es otra vez: UN SOLO REBAÑO Y UN SOLO PASTOR.
(Conclusión)
Como dice la Novena de Navidad que rezamos aquí en Colombia, “nuestra pobre humanidad agobiada y doliente”: En estas épocas que se muestran como “tiempos finales”, nuestra pobre humanidad agobiada y doliente no tendrá solución hasta que Cristo venga.
Todo el Adviento es para la Primera Venida, pero también es constante la alusión a la Segunda Venida de Cristo (alusiones esjatológicas). El sábado de Témporas, ayer, decía la primera lectura (Isaías 19,20ss): “In diebus illis clamabunt ad Dóminum a facie tribulationis, et mittet eis Salvatorem, et Propugnatorem qui líberet eos: En aquellos días clamarán al Señor a la vista de su tribulación [a la vista del estado en que se encontrarán], y Él enviará a ellos un Salvador, y un Defensor que los librará”. Lo anterior se aplicaba para los problemas que tuvieron los judíos con Egipto, pero también se puede aplicar para nuestra época de los finales. Esto, la realidad humana (nuestros tiempos), no está comenzando: esto se está acabando; y si Dios no nos sostiene, nadie se salvaría.
Últimos consejos: Una insistencia casi idéntica y en el mismo orden que la semana pasada.
Hoy, en unas horas, será Navidad. ¡Ordenad vuestras vidas! No sé cuántos de ustedes están confesados y cuántos no, cuántos en estado de gracia y cuántos no. Debemos tratar de ser buenos hijos de Dios, intentar ser buenos hijos de Dios, buenos católicos.
También hoy habrá festejos. Los festejos en sí no tienen nada de malo. Un católico no es una persona triste. Un católico sabe pasar un momento lindo, con alegría, un festejo “sano”: festejo sano y “santo”. Que el nacimiento de Dios sobre la tierra, que LA NOCHE BUENA, que expresión tan hermosa “la Noche Buena”, que hoy, “EL 24 DE DICIEMBRE”, tenga un cierto grado de santificación, de fiesta de paz y familiar, que no sea el momento de pecar, de emborracharse (o estar entonado o prendido), no excederse en el trago, se puede brindar pero no se debe tomar de más; ni hacer gula por comer en exceso; o peores pecados en esta Noche Santa. Asimismo, festejar hasta una hora prudente, no hasta las tres de la mañana o lo que sea: no exagerar tampoco en eso. Saber festejar en familia, un santo momento familiar.
¡NOCHE BUENA; NOCHE SANTA!
ADELANTAMOS A TODOS UNA MUY FELIZ NAVIDAD.
AVE MARÍA PURÍSIMA.
3 El versículo 6 continuaba así: Nihil solliciti sitis : sed in omni oratione, et obsecratione, cum gratiarum actione petitiones vestræ innotescant apud Deum.