San Pablo y la actualidad.
(Domingo 17 de noviembre de 2019) P. Altamira.
(Introducción)
Queridos hijos:
En la prédica de hoy, queríamos hacerles algunos comentarios de la Epístola de San Pablo de este “Domingo 23”, un fragmento de su Carta a los Filipenses, y relacionarlo con temas de actualidad: Francisco junto con su Sínodo de la Amazonia y la negación de que Cristo es Dios. Asimismo, queríamos culminar con lo que es, o puede ser, nuestra consigna: en nuestra vida, en nuestras defensas de Dios y de su Religión Católica, en nuestras acciones, máxime en estos tiempos que se muestran finales, podemos pensar que nuestra consigna está marcada, o ha podido ser marcada, por una hermosísima poesía del Padre Castellani (creo alguna vez ya la usamos). Dicha poesía muestra “nuestro deber”, nuestra actitud, la actitud extrema, de los buenos hijos de Dios, de los que desean ser buenos católicos, y de los que –con la gracia santificante del Buen Dios- se mantienen de pie, se mantienen firmes; de pie y firmes en la lucha, en su puesto, combatiendo hasta el final: “Corazón, tu mitad se ha hecho ya”.
(Cuerpo)
Comencemos releyendo y comentando algunos fragmentos del texto de San Pablo (Filipenses 3,17-21 y 4,1-3):
[1]–(v. 17) Imitatores mei estote, fratres, et observate eos qui ita ambulant, sicut habetis formam nostram. 17 Hermanos: Sed imitadores de nosotros, y fijaos en aquellos que se comportan (“ámbulant”) de esa manera: “ita”, según tenéis de nuestro ejemplo (“formam nostram”).
[2]–(v. 18) Multi enim ambulant, quos sæpe dicebam vobis (nunc autem et flens dico) inimicos crucis Christi. 18 Pues muchos, que a menudo os decía (mas ahora llorando lo digo), se comportan (“ámbulant”) como enemigos de la Cruz de Cristo (“inimicos crucis Christi”). “Comportarse como enemigos de la Cruz de Cristo”, enemigos de la Cruz, odiar la Cruz, quieren “El Misterio Pascual” -como dicen-, no quieren nada que haga alusión a El Sacrificio, “¡fuera el Calvario, fuera la Cruz!”. Y en realidad son enemigos de Cristo en general, enemigos de Cristo a secas, son anti-Cristo o simplemente: “anticristos”; y por lo que enemigos, enemigos también del hecho y la Verdad de que “Cristo es Dios”: Niegan (o quieren negar o van negando) que Cristo sea Dios. Allí entra el escándalo de Francisco con su periodista Eugenio Scalfari, y “el escándalo y la herejía del Sínodo de la Amazonia”, ya diremos, pero: “Enemigos de la Cruz de Cristo: Enemigos de Cristo”.
[3]-¿Y qué nos va a decir San Pablo sobre estos enemigos de Cristo?: (v. 19) quorum finis intéritus: quorum Deus venter est: [Enemigos de Cristo] cuyo fin es la condenación [la Condenación Eterna, “intéritus: la perdición”: así ocurrirá a Francisco y a sus amigos]. Leamos todo: [Enemigos de Cristo] Cuyo fin es la condenación: Cuyo dios es el vientre. “Quórum Deus venter est: Cuyo dios es el vientre”: durísima esta expresión de San Pablo: de esos enemigos de Cristo, su dios, el dios de ellos, es “el vientre”; porque los enemigos de Cristo no suelen ser “dechados o modelos de todas las virtudes”, sino al contrario: “de todos los vicios”, vicios que tienen a veces en forma pública, a veces en forma oculta: el vientre y la lujuria. Qué curioso: Podemos decir que no ha habido hereje, en la Historia de Iglesia, que no haya querido ir contra la castidad, contra el celibato de los sacerdotes; y ahora Francisco, “oh casualidad”, con su Sínodo de la Amazonia, vota por los sacerdotes casados. San Pablo: “Cuyo dios es el vientre, cuyo fin es la Condenación”.
[4]-Continúa San Pablo: (v. 19 in fine) et gloria in confusione ipsorum, qui terrena sapiunt. [Enemigos de Cristo] cuya gloria [cuyo motivo de gloria, cuyo motivo de honor] [está o ponen] en la confusión de ellos [en la ignominia de ellos, en cosas que en realidad son “un deshonor”], los cuales [los enemigos de Cristo] saborean las cosas terrenas. Los enemigos de Cristo son terrenales, son mundanos: Los enemigos de Cristo siempre son terrenales, EL CENTRO ES EL HOMBRE: EL HUMANISMO ; y “el Paraíso lo conseguiremos en la tierra, no con «Cielos nuevos y nueva tierra»1, sino con nuestras propias –y pobres- fuerzas, será «el Paraíso del hombre, por el hombre mismo»”. Vana ilusión, decimos nosotros: Será, como expresa San Agustín, “La ciudad del hombre” o “La ciudad de Satanás”, que en su máxima expresión durará una nada.
[5]–(v. 20) Nostra autem conversatio in cælis est: Pero nuestra conversación está en los Cielos. La palabra “conversatio” en latín es difícil de traducir; literalmente significa: conversación, trato frecuente, comercio. Aquí tiene esos sentidos, pero también expresa otros matices. La traducción de estas palabras de San Pablo, por lo demás muy hermosas y profundas, sería: “Nuestra conversación, nuestra mira, nuestra meta, nuestro anhelo, nuestra intención, nuestro deseo, nuestro sentir, está en los Cielos”.
1 1) Isaías 65,17: 17 Ecce enim ego creo cælos novos, et terram novam; et non erunt in memoria priora, et non ascendent super cor. 2) Apocalipsis 21,1ss: Et vidi cælum novum et terram novam. Primum enim cælum, et prima terra abiit, et mare jam non est. 2 Et ego Joannes vidi sanctam civitatem Jerusalem novam descendentem de cælo a Deo, paratam sicut sponsam ornatam viro suo… 4 et absterget Deus omnem lacrimam ab oculis eorum : et mors ultra non erit, neque luctus, neque clamor, neque dolor erit ultra, quia prima abierunt. 5 Et dixit qui sedebat in throno: Ecce nova facio omnia [también está este texto en la Misa de la Dedicación de las iglesias].
[6]-Y sigue San Pablo: “(v. 20 in fine) Unde etiam Salvatorem EXSPECTAMUS Dominum nostrum Jesum Christum: De donde también esperamos al Salvador Nuestro Señor Jesucristo”. Exspectamus: “Esperamos, deseamos [también se puede traducir], al Salvador, a Nuestro Señor Jesucristo”. Alusión de San Pablo a la Parusía, a la Segunda Venida de Cristo. Es decir, él dice que por estar nuestros espíritus, nuestra “conversatio”, en los Cielos, “de allí : unde”: Esperamos a Dios Nuestro Señor Jesucristo, su Segunda Venida. ¿Ustedes, nosotros: deseamos que venga Nuestro Señor? ¿Hay que desear que venga Nuestro Señor? Sí, ello es muy católico, es lo más católico, esperar y desear que Él venga, es el triunfo, el triunfo final. Los primeros católicos vivían expectantes de la Segunda Venida; nosotros –parece- quisiéramos que no viniera. Escuchemos, entre muchos, un comentario de Mons. Straubinger, en otra parte de la Biblia (al vers. 28, capítulo 10, Proverbios); dice Monseñor: “(…) San Pablo llama bienaventurada a NUESTRA ESPERANZA EN EL GLORIOSO RETORNO DE CRISTO (Tito 2,13), que el Catecismo Romano (I,8,2) nos señala como objeto de nuestro más vehemente anhelo, y nos mueve el Apóstol a gozarnos en esa esperanza (Rom 12,12), la cual nos santifica (I Juan 3,3)”. El Catecismo Romano, que es el Catecismo del Concilio de Trento, dice que esperar la Segunda Vendida es, o debería, ser nuestro más vehemente anhelo: ¿Ustedes, nosotros: anhelamos vehementemente que Él venga, que Él vuelva?, parece todo lo contrario. Y su Venida en Gloria y Majestad es nuestra gran esperanza; veamos nuevamente a San Pablo en otro lugar (Tito 2,11-13): “11 Se ha manifestado la gracia de Dios Salvador Nuestro a todos los hombres (apparuit enim gratia Dei Salvatoris nostri omnibus hominibus), 12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos (erudiens nos, ut abnegantes impietatem, et sæcularia desideria), sobria, santa y piadosamente vivamos en este siglo (sobrie, et juste, et pie vivamus in hoc sæculo), 13 EXSPECTANTES BEATAM SPEM: esperando LA BIENAVENTURADA ESPERANZA, et ADVENTUM GLORIÆ: Y EL ADVENIMIENTO DE GLORIA MAGNI DEI , ET SALVATORIS NOSTRI JESU CHRISTI: DEL GRAN DIOS Y SALVADOR NUESTRO JESUCRISTO”. El Advenimiento de Gloria del gran Dios y Salvador Nuestro Jesucristo es su Segunda Venida, la Parusía, y ésa es “nuestra bienaventurada esperanza” –como la llama San Pablo-.2
[7]-Repitamos lo anterior y vayamos a los temas de actualidad: “Esperamos al Salvador Nuestro Señor Jesucristo”. Esperamos: “La venida de gloria del gran Dios y Salvador Nuestro Jesucristo”; del gran “Dios” dice allí. JESUCRISTO ES DIOS, ello es un hecho y es la Verdad; y es el dogma más importante de nuestra Santa Religión Católica, pues incluye la Santísima Trinidad.
–“En el otro lado”: Francisco, Eugenio Scalfari, el Síndo de la Amazonia, el Gobierno Mundial. “En el otro lado”, está el esfuerzo mancomunado de ellos, el cual busca quitar esta Verdad y este hecho, porque de lo contrario ellos no podrán hacer ni la Religión Mundial, ni el mencionado Gobierno Mundial, porque millones en el mundo entero no aceptan la Verdad de que “Cristo es Dios”.
-Así, el periodista Eugenio Scalfari relata en octubre pasado (diario italiano La Reppublica, 9 oct 2019): “Quien ha tenido, como a mí me ha pasado varias veces, la fortuna de encontrarlo [a Francisco] y hablarle con la mayor confianza cultural, sabe que el Papa Francisco concibe a Cristo como Jesús de Nazaret, hombre, no Dios encarnado. Una vez encarnado Jesús deja de ser un Dios y se convierte hasta su muerte en la cruz en un hombre…
[Más adelante dice en otro punto:] Cuando me ocurrió discutir estas frases, el Papa Francisco me dice: «son la prueba comprobada de que Jesús de Nazaret, una vez hecho hombre, aunque era un hombre de virtudes excepcionales, NO ERA EN ABSOLUTO DIOS»”3. Pequeñas cosas, ¿no? El periodista Eugenio Scalfari publica que Francisco dice que Nuestro Señor Jesucristo no es Dios; y Francisco y el Vaticano no han desmentido, o no han desmentido bien (ni lo harán), esta noticia, y menos aun harán una manifestación clara de la Verdad de que CRISTO SÍ ES DIOS.
-El Sínodo. El Sínodo de la Amazonia va en el mismo sentido: Negar que Cristo sea Dios; amén de otros temas muy graves (cultos de la Pachamama, sacerdotes casados, mujeres diaconisas, el nuevo pecado ecológico). En lo más grave, en la aberración de negar que Cristo sea Dios, escuchemos literalmente lo que dice el Sínodo (numeral 51): “Cristo con la encarnación DEJÓ SU PRERROGATIVA DE DIOS y se hizo hombre en una cultura concreta para identificarse con toda la humanidad”. Esto último también está mal4 , pero nos quedamos con lo primero, la aberración de decir que “Cristo con la encarnación dejó su prerrogativa de Dios”: Nos permitimos decir que esto es claramente UNA HEREJÍA , pues CRISTO JAMÁS DEJÓ SU PRERROGATIVA DE DIOS PORQUE ÉL NUNCA DEJÓ DE SER DIOS, si bien también se hizo hombre; su persona es divina: Cristo es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Dios como el Padre y como el Espíritu Santo. Lo del Sínodo es una herejía; pero si no mantienen y difunden esta herejía, ellos no pueden hacer ni la Religión Mundial del Falso Profeta y del Anticristo, ni pueden hacer el mismo y propio Gobierno Mundial. Estos son los tiempos que nos toca vivir.
(Conclusión)
Terminamos con lo que decíamos del Padre Castellani, su hermosa poesía, donde él remarca que cada uno debe cumplir con lo que le toca, porque ése es nuestro deber: ESTAR Y HACER ALLÍ DONDE DIOS NOS HA PUESTO, DONDE DIOS NOS HA COLOCADO, ¡hasta el final, hasta que Él venga!, Y DAR EL BUEN COMBATE. Escuchemos el texto de esa hermosa poesía, la cual se llama “No hago nada”:
2 -Y los premios que nos esperan si, con su gracia, nos logramos mantener fieles, fieles en la Fe (defensa de la doctrina de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana), y fieles en nuestras acciones (vida y comportamiento de buenos y verdaderos católicos: estado de gracia, santificación personal). Uno de esos premios será el poder recuperar nuestros cuerpos cuando la resurrección; como esos siete hijos y mamá de la prédica del domingo pasado: “muero por Dios Nuestro Señor Jesucristo, por mantener la Fe Católica, por defender las cosas de Dios; pierdo así estos miembros, pierdo mi cuerpo, mi vida, pero sé que de sus manos los he de volver a recibir, cuando la resurrección, por haber muerto por Él”. Y eso dice San Pablo aquí: Esperamos la Segunda Venida de Dios Nuestro Señor Jesucristo, “el cual, qui”: “21 el cual reformará nuestro cuerpo de miseria (qui reformabit corpus humilitatis nostræ), configurado –hecho similar– al cuerpo de su claridad [hecho similar al cuerpo resucitado y glorioso de Nuestro Señor: configuratum corpori claritatis suæ], según el poder con el cual también puede tener sujetar a sí todas la cosas (secundum operationem, qua etiam possit subjicere sibi omnia). -Sigue la Epístola de la Misa: (Capítulo 4) 1 Itaque fratres mei carissimi, et desideratissimi, gaudium meum, et corona mea : sic state in Domino, carissimi: Por tanto, hermanos míos carísimos, y amadísimos (los más deseados: deseadísimos, los que más extraño), gozo mío, y corona mía [se ve que los quería mucho San Pablo a los Filipenses]: Estad así [“sic state”: manteneos así, comportaos así; ¿así como?:] EN EL SEÑOR: IN DÓMINO, carísimos”. Y estar “en” el Señor, es estar estado de gracia, siempre, no “dos veces al año” (y casi todo el año en pecado mortal). Nunca olvidemos eso. En la Liturgia de los Difuntos: “Beati qui in Dómino moriuntur”, allí está otra vez la expresión “en el Señor: in Domino”; la expresión completa: “bienaventurados los que mueren en el Señor”. ¿Qué significa morir en el Señor? Significa salvarse, significa morir en estado de gracia, y vivir con coherencia, con acciones de buenos católicos, no de “incoherentes” católicos.
3 https://secretummeummihi.blogspot.com/2019/10/scalfari-francisco-me-dijo-jesus-de.html La Reppublica, anno44-nº239, 9 de octubre. En el siguiente link hay un escáner del original italiano: https://drive.google.com/file/d/1JMdNy_ByQ4vGA1lTai7oDFU9mCmX51D/view
4 La frase “se hizo hombre en una cultura concreta para identificarse con toda la humanidad”, que dice el texto, es un error típicamente modernista, que hallamos en Juan Pablo II. En efecto, ellos pretenden que Dios al encarnarse, por el hecho mismo de la Encarnación, se unió de alguna manera a todo hombre, a la “humanidad”. Mas, esto es falso, pues el Verbo no se unió a “la humanidad” al encarnase, sino a un cuerpo y un alma concretos que Él mismo creó, la cual unión se verificó en el seno de la Virgen María Santísima.