Las Bodas de Caná, Matrimonio, Familia y Educación.
(Domingo 15 de enero de 2017) P. Altamira.
Queridos hijos:
Con motivo de un viaje de apostolado, hoy simplemente les dejaremos una prédica del querido Padre Leonardo Castellani (+ 1981). Serán palabras que en algún modo ilustrarán más los temas del Matrimonio. La semana pasada quisimos insistir en el fin principal del Matrimonio, la procreación (tener niños), la Familia Numerosa, y en la educación (que es parte del fin principal), en la gran educación católica de los hijos, para que sean –quiera Dios- santos, ¡sí, santos! Más adelante, Dios mediante, trataremos de enseñar más sobre la educación católica de los hijos.
Pero hoy utilizaremos un resumen del Padre Castellani (resumen hecho por nosotros). Se trata de una prédica de él sobre “Las Bodas de Caná”, prédica realizada en el año 1965. Veamos:
«El primer milagro de Cristo… un milagro de lujo, transformar el agua en vino… un milagro por la intercesión de María. Y la afirmación de Jesús de que su misión como Mesías estaba por encima de la autoridad materna de María… PERO NO POR ENCIMA DEL AMOR FILIAL DE JESÚS. La paradoja de Cristo, Dios y hombre.
Jesucristo instituyó el Matrimonio Católico1, convirtió un contrato natural en un Sacramento, así como convirtió el agua en vino (San Pablo recomendó que tomáramos vino; de la Cocakola no dijo nada). Su presencia en las bodas de su discípulo y pariente Natanael, dignifica al Matrimonio, por lo menos… Más tarde, cuando le preguntaron oficialmente acerca del Matrimonio, instituyó el Sacramento, diciendo que era indisoluble… Y calificó el divorcio de “dureza de corazón”… La familia, la cual exige el Matrimonio fiel y único, es el fundamento de una sociedad civilizada…
Le oí dos cursos al Dr. Louis Marin, diputado francés… [él decía] que a medida que [una tribu] se apartaba de ella [de la monogamia], se asalvajaba: Por el divorcio primero, después por la poligamia y después por el “vagus concúbitus”… o sea que cayendo por la poligamia sucesiva, que es el divorcio, y después por la poligamia simultánea, se llega a la desaparición total del Matrimonio, y después a la desaparición de la tribu. El “vagus concúbitus” es la completa promiscuidad sexual, o sea, el ayuntamiento fortuito; bastante peor que los animales.
Quisiera hacer la historia del Matrimonio monógamo entre los Romanos, que es el pueblo cuya historia mejor conocemos –poco tiempo tengo. Brevemente: el Matrimonio fue religioso… y no solamente era religioso, sino el centro de la religión y de la sociedad. Los que no querían casarse sino “juntarse”, libres ellos; pero no tenían el menor derecho ni civil, ni jurídico, ni político… Si querían tener algún derecho, y ser defendidos, tenían que adscribirse como sirvientes a una familia constituida, con el nombre de “clientes”. Incluso los hijos ilegítimos de los Patricios (o sea “patres”) se iban a la plebe… [Los Matrimonios religiosos terminaron cayendo], que ya no eran religiosos, pues se había introducido el divorcio. Y entonces, cuando se llegó a la democracia perfecta, comenzó a hundirse la República Romana… O sea que cuando todos llegaron a ser iguales (de mentirillas, porque había ya una oligarquía brutal que gobernaba a Roma), entonces se armó el gran zafarrancho: como en la Argentina.
Cristo dijo que el Matrimonio era cosa de Dios: que allí entre esa pareja estaba no solamente un sacerdote sino Dios: “Magno misterio –dice San Pablo- figura de la unión de Cristo con la Iglesia”… Por tanto, hay que temblarle un poco, como a todas las cosas de Dios.
Porque le tiemblan poco antes de contraerlo en la Argentina, por eso hay tantas reyertas, separaciones y divorcios. Matrimonios verdaderos no hay muchos… quiero decir Matrimonios-sacramentos, Matrimonios con las debidas disposiciones y la debida educación [preparación] previa. Por eso tantos se decepcionan después y se llaman a engaño. Se juntan un vicioso con una tilinga [con una joven superficial] o una chiquilina, tocan la marcha de Mendelssohn… y que Dios la depare buena. Fracasan muchísimos matrimonios aquí, y fracasamos después los argentinos en la Economía y en la Política, por exceso de comodidad y deficiencia de educación. Ghioldi dice: “E.E.U.U. tiene el divorcio y E.E.U.U. es la nación más próspera del mundo”. ¿Será también la más feliz? No sé. En todo caso, si es próspera, no lo es por causa del divorcio, sino a pesar del divorcio; el divorcio es una pústula maligna en su seno. La mayoría de los yanquis son anti-divorcistas; los que utilizan allá el divorcio son una pequeña tribu, comparable a la tribu de nuestros politiqueros.»
Iguales o similares conceptos tal vez se podían decir de Colombia en similares fechas, la “década-decadencia de los sesenta”, esa prédica es del año 1965. Mas hoy, calculen y multipliquen, y con progresión geométrica: Divorcios, por doquier. Matrimonios sólo civiles de católicos, muchos: simple concubinato ante Dios. Las “uniones libres” que aquí llaman, es decir, el concubinato amparado, protegido, fomentado y aplaudido por las “leyes” de la República: por todos lados. Los encuentros sexuales “fortuitos” o “vagus concúbitus” que decía el Padre Castellani: en abundancia. La educación-perversión sexual en los colegios; los pecados de impureza cada vez más tempranos; ser homosexual o lesbiana vistos como una gran cosa: “está bien ser así, es tu opción”; el matrimonio homosexual; la adopción de niños por homosexuales; el aborto; la anticoncepción; la esterilización de hombres (vasectomía) y de mujeres (Pomeroy, ligadura); etc, etc.
Si el Padre Castellani decía, y sabemos que realmente es así, que el divorcio –a nivel natural- termina destruyendo la sociedad civil (como ocurrió en Roma, etc); ¿qué quedará para nuestras sociedades actuales con semejante lista? (y habría que poner más). ¿Cuánto tiempo le queda a esta Humanidad como la conocemos hoy, a “este siglo malo”? Todo indica que poco y muy poco. Pues que venga Cristo: Deseamos eso, pues sólo Él restaurará todas las cosas con su -esperamos ya pronta- Venida y Manifestación Gloriosa del Gran Dios y Salvador Nuestro: Jesucristo. Él restaurará la Iglesia Católica o Sociedad Religiosa, y Él restaurará la sociedad civil: Recapitular todas las cosas en Cristo.
Veni Dómine Iesu: Ven Señor Jesús.
AVE MARÍA PURÍSIMA.
1 Decía “cristiano”, pero como esa palabra hoy confunde, pusimos allí “católico” para que no haya margen de duda.