14° Domingo después de Pentecostés 2020

Solemnidad de San Pío X, Instaurar todas las cosas en Cristo, Prédica 1.

(Domingo 6 de septiembre de 2020) P. Altamira.

(Introducción)

Queridos hijos:

El jueves pasado fue la fiesta de nuestro patrono, el Papa San Pío X, y hoy domingo estamos celebrando su “solemnidad”. Content Nation publicó un artículo útil.

-San Pío X fue el último Papa Santo. Gobernó nuestra Santa Iglesia Católica entre 1903 y 1914; 11 años.

-Había nacido en 1835. Murió el 20 de agosto de 1914, en los “albores” de la Primera Guerra Mundial; tenía 79 años.

-Fue canonizado por el Papa Pío XII, el 3 de septiembre de 1954, 40 años después de su fallecimiento.

Nos interesaría, en honor de su memoria, y para nuestra enseñanza, hacer alusión a una buena cantidad de sus Encíclicas. Todas ellas, y toda su vida, fueron marcadas por su lema “Instaurar todas las cosas en Cristo: Instaurare omnia in Christo”, recapitular todas las cosas en Cristo: “Dios en el centro, Dios Nuestro Señor Jesucristo en el centro”. En el centro de la vida de los Estados y países, en el centro de la vida social, de la vida familiar, en el centro de la vida individual de cada persona:

-Eso fue, y es, ya lo dijimos, “LA CRISTIANDAD”, “LA CIUDAD CATÓLICA”, “LA CIUDAD DE DIOS” en la visión de San Agustín: Los Estados y los países gobernados por y según Dios, por y según su Santa Religión Católica.

Las dos únicas cristiandades que se dieron en la Historia, fueron:

“LA CRISTIANDAD EUROPEA”; la Iglesia Católica hizo Europa, ¡la Iglesia Católica hizo Europa!, sí. ¡Diez siglos; diez siglos -podemos decir- duró esta Cristiandad! Y no se elevó más, sino cayó, “por el peso del hombre”, por el peso de los pecados del hombre. El otro caso fue:

“LA CRISTIANDAD ESPAÑOLA”; ésta fue la segunda y última que existió; fue un logro de España, fue un logro de “La Católica España”, fue la que España hizo y realizó en nuestras tierras, en Hispanoamérica. Duró 3 siglos, hasta que las Revoluciones liberales y masónicas de 1810 acabaron con ella y con el Imperio Español en América.

Mas todo esto, todos estos hechos históricos, giran dentro de la misma idea y pensamiento del Papa San Pío X:

INSTAURAR TODAS LAS COSAS EN CRISTO.

Cambiando de tema, y haciendo un paréntesis que está en la antípoda de la obra y pensamiento de San Pío X, tenemos a Francisco.
Esto que diremos es para poner atención: Francisco, luego de su semi-silencio de estos meses, finalmente dio una noticia importante:

-Hace escasos días él recibió, y tenemos desde ahora, una nueva nueva misa” o -si quieren- una nueva misa moderna”, ¡otra más!, otra más moderna todavía, la cual reemplazará a la actual “misa moderna”. Ya diremos algo más, pero esto deberá ser motivo, en otro momento, de otra prédica. Ahora nos ocuparemos de nuestro Santo Patrono.

(Cuerpo)

En honor de nuestro Patrono, y, como recién decíamos, para nuestra enseñanza, hemos escogido en esta oportunidad hacer una reseña de la primera Encíclica del Papa San Pío X, dada cuando él sube al máximo Pontificado, y donde nos describe su visión de la situación de la Iglesia y del mundo en esos momentos, junto con la siempre antigua y siempre nueva solución: DIOS NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.

San Pío X había sido elegido Papa el día 4 de agosto de 1903. Dos meses después daba su primera encíclica, dirigida en forma principal a todos los obispos del mundo, pero también a los laicos. Se trata de la Encíclica “E Supremi Apostolatus”, con fecha 4 de octubre de 1903.

[ 1 ] En el comienzo, y en ello de haber sido elegido Papa, San Pío X marca también, y enseña, que -contra nuestros deseos- los designios de Dios no se pueden dejar de lado: ellos se han de cumplir, pues no se puede luchar contra la Voluntad de Dios. Indirectamente, e implícitamente, está allí el eterno problema de nuestra voluntad propia (“lo que nosotros queremos”) frente a la Voluntad de Dios (“lo que Dios quiere”); esto se relaciona con el tema de la Conformidad con la Voluntad Divina, el cual más de una vez hemos desarrollado. Pero escuchemos las palabras de San Pío X:

“E supremi apostolatus cathedra, ad quam, consilio Dei inscrutabili, evecti fuimus: Desde la cátedra del supremo apostolado, a la cual, por inescrutable designio de Dios, hemos sido elevados, vobis primum eloquuturos: al dirigirnos por primera vez a vosotros, nihil attinet commemorare quibus Nos lacrymis magnisque precibus formidolosum hoc pontificatus onus depellere a Nobis conati simus: no es necesario recordar con cuáles lágrimas y grandes oraciones hemos intentado Nos rechazar esta enorme carga del Pontificado… [Y haciendo suyas palabras de San Anselmo, agrega más adelante:] Sed iam, velim nolim: Pero ya, queriéndolo o no, cogor fateri quia quotidie iudicia Dei magis ac magis conatui meo resistunt: tengo que
confesar que cada día los designios de Dios resisten más y más a mis deseos, ut nullo modo videam me ea posse fugere: de modo que comprendo que de ningún modo yo puedo huir de ellos. Unde iam, non tam hominum quam Dei, contra quam non est prudentia, victus violentia, hoc solo intelligo me uti debere consilio: De ahí que ya, vencido por la violencia, no tanto de los hombres cuanto de Dios, contra la cual no hay defensa posible [contra la cual no hay prudencia], comprendo que yo debo usar de un solo consejo, ut, postquam oravi quantum potui, et conatus sum ut, si possibile esset, calix iste transiret a me ne biberem illum: de modo que, después de que recé cuanto he podido y de que intenté que, si fuese posible, se apartara de mí este cáliz para no beberlo… meum sensum et voluntatem postponens, me sensui et voluntati Dei penitus committam: dejando de lado mi deseo y mi voluntad, yo me entrego por completo al deseo y a la Voluntad de Dios”. Son palabras muy hermosas y sabias.

[ 2 ] Enseguida, el Papa pasará a describir el estado en que está la sociedad. Tenemos allí lo que él, un santo, ve de la situación mundial, ya para la época en que a él le tocaba hacerse cargo de la dirección de nuestra Santa Iglesia Católica.     Uno exclama y se pregunta: Si eso decía un Papa, y además santo, en 1903 (!!!), ¡qué diría hoy en día, si todavía estuviese vivo entre nosotros!    Él ya se expresaba, unos 120 años atrás, sobre LA APOSTASÍA, y hasta pensaba que ellos podían estar transitando los eventos finales, y que el mismo Anticristo tal vez ya había nacido para esa época. Escuchemos:1

1 Textos tomados principalmente de: “Colección Completa de Encíclicas Pontificias”, Tomo 1: años 1832-1939, Editorial Guadalupe, Buenos Aires, Argentina, edición año 1959 -la numeración es de esta colección-. A veces hemos agregado los originales en latín, y hemos hecho algunas correcciones en base a ellos.

[ 3 ] Y aquí seguirá lo que recién decíamos: Esa impresión de este santo, San Pío X, que ante la visión del mundo que le rodeaba, ¡ya para el año 1903!, consideraba que ellos podían estar transitando los finales de la Historia, y que tal vez el Anticristo ya estaba viviendo entre ellos.

Nosotros estamos casi 120 años más tarde, como decíamos, ¡qué diría el Papa San Pío X si estuviese vivo entre nosotros, con el enorme agravamiento y profundización de los males que él ya veía! Aquí San Pío X mencionará también esa actitud y postulado del Mundo Moderno: Creerse o pretender, al menos implícitamente, que el hombre es dios, que el hombre puede hacer o decidir lo que quiera: como si fuera dios; lo cual es -en realidad- decidir contra Dios, y hacer y decidir contra el ser y la naturaleza de las cosas. El hombre moderno, y los países, pretenden establecer lo que está bien y lo que está mal, la verdad y el error: todo a su antojo. Por eso decíamos “el hombre se cree y actúa como si fuese dios”: ridículo y vergonzoso, y eso será su perdición.

Y la labor de todos, un verdadero Papa, un obispo, un sacerdote católico, es luchar con toda su vida y con todas sus fuerzas para que Dios y su majestad sean respetados y acatados, tanto en cada hombre, como en toda la sociedad.

Escuchemos las palabras de San Pío X:

[ 4 ] Ahora viene el tema de Paz. San Pío X expresará cómo se consigue la verdadera Paz, para que en la Patria y en el mundo haya verdadera Paz.

Comenzará expresando lo absurdo del mundo moderno, al pretender alcanzar la paz “fuera de Dios”, “sin Dios”, rechazando a Dios y a su única Religión Católica, o peor: actuando contra Dios; como pasa en Colombia, como pasa en todo país hoy en día. Es lo que decíamos en nuestra oración por la Patria: “la paz es la tranquilidad en el orden; y el orden lo da sólo Dios, sólo Dios Nuestro Señor Jesucristo”.

Por otro lado, y esto es muy importante recalcar en relación al punto anterior, San Pío X nuevamente dirá que el crimen propio de esa época (y más de nuestra época) es que “el hombre se quiere poner en el lugar de Dios”. Otra vez: ¡Qué diría él si todavía estuviese vivo entre nosotros! Llevamos 120 años de un continuo agravamiento en el mal. Escuchemos al Papa:

[ 5 ] ¿Cómo luchar? San Pío X enseña: Para luchar contra esta usurpación del mundo moderno, el cual ha destronado a Dios, el cual ha destronado a Dios Nuestro Señor Jesucristo, es necesario tener buenos soldados, los cuales luchen contra el mundo; es decir, debemos tener: BUENOS SACERDOTES.

Porque el sacerdote es el soldado de primera línea en esta lucha a muerte que se desenvuelve hoy. Porque es una lucha en que está en juego, más que nunca, la salvación de las almas y la salvación del mundo, el desenlace de la Historia de la humanidad, y lo que parece la ya próxima vuelta de Cristo.
Sepan disculpar, pero hemos decir que, EN ESTA LUCHA SIN IGUAL, EL VERDADERO CRUZADO, EL GRAN CRUZADO, EL NOBLE CABALLERO, ES EL SACERDOTE. Y esto debe ser una invitación más a los jóvenes, los cuales deben tener ideales de grandeza, de heroísmo; invitación a que piensen si “El Rey”, Dios, tal vez no los ha invitado para esta lucha: ¡Ello es un honor! Nos referimos a la vocación; piensen en ello. Pero escuchemos ahora a San Pío X:

Pero también, y por supuesto, el Papa San Pío X insistirá en el cuidado y en las exigencias al momento de ordenar como sacerdotes a los candidatos:

(Conclusión)

La solución, siempre antigua y siempre nueva, es siempre la misma:

DIOS NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO: INSTAURARE OMNIA IN CHRISTO, Y SU SANTA RELIGIÓN CATÓLICA.

De esta manera, como corresponde, terminará San Pío X sus palabras.   Y éste debe ser nuestro ideal de vida: Que Dios ocupe el lugar que a Él le corresponde; que Dios esté en el centro; en el centro de toda la vida de los países y de las personas: Instaurare omnia in Christo.
     En este mismo orden, escuchemos el fragmento final que hemos escogido. Dice nuestro Patrono:

El bien de la Patria, depende del bien de Dios, depende del respeto a Dios y a su única y santa Religión Católica. AVE MARÍA PURÍSIMA.