Argentina Votación Aborto 8 de agosto 2018.
(Domingo 29 de julio de 2018) P. Altamira.
(Introducción)
Queridos fieles:
En 10 días, el miércoles 8 de agosto, será en Argentina la votación final (por el Senado) para ver si se aprueba o no LA ABERRACIÓN DEL ABORTO. El tema nos incumbe como hijos de Dios: somos católicos. También para unirnos a los católicos que luchan contra el aborto en dicha nación. E igualmente por la Patria, Colombia, porque –según parece- ella es “el siguiente en la lista” para la aprobación del aborto.
Debemos hacer algunas consideraciones. Daremos algunas enseñanzas católicas sobre la política, la “verdadera” política, la política católica, pues esta actividad humana no puede estar en oposición a la Verdad, en oposición a Dios Nuestro Señor Jesucristo, divorciada de su Catolicismo. A Dios le compete todo: Todo nuestro obrar (político o no) debe estar ordenado a Dios, según Dios y su Religión. Los Papas han enseñado muchísimo sobre la verdadera política, en sus textos, en sus encíclicas, en otros documentos. Basándonos en los Papas, enseñaremos -Dios mediante- mucho más sobre estos temas con motivo de la Fiesta de Cristo Rey en octubre; pero en esta oportunidad algo diremos1.
1 El principio fundante de las democracias modernas, hijas de la Revolución Francesa (magno hito del anticatolicismo), es la soberanía popular (“el poder viene del pueblo”), lo cual es un error y falsedad contra la Verdad, una herejía contra dogma católico, y, por lo mismo, un insulto e injuria a Dios. El poder no viene del pueblo. El poder viene de Dios. Todo poder viene de Dios. El poder, la autoridad, viene del que lo tiene todo –y es todopoderoso- hacia el que tiene menos o lo tiene en parte. Frente al primer principio herético que acabamos de enunciar, existe un falso matiz: El poder viene de Dios, sí, pero viene de Dios al pueblo, y de éste al gobernante. Falso también: El poder viene directamente de Dios al gobernante, y al pueblo le cabe cuanto mucho y únicamente “elegir” sobre quién vendrá ese poder directo (habría más que distinguir, pero lo dejamos aquí; con la gracia de Dios todo esto será motivo de las prédicas de Cristo Rey).
(Cuerpo)
(1)
Todos “los sistemas parlamentarios modernos” están viciados en su base o en su principio: “Todo puede ser ley, «cualquier cosa» puede ser ley, siempre y cuando haya recibido los votos necesarios para ello”; por regla general: “la mitad más uno”.
La verdadera enseñanza en este punto es la siguiente: Si una supuesta “ley” establece algo que es contra la Verdad o contra el Bien, y por lo mismo contra Dios, eso será cualquier cosa, menos ley. Porque la ley y el derecho (el “ius” romano: lo justo o lo que es justo, lo correcto, lo que se debe) solamente puede ser según la Verdad y según el Bien; de lo contrario, tal vez uno deba “soportar” que sea llamado “ley”, pero en estrictez –como dijimos- eso será cualquier cosa, menos ley, por estar contra la Verdad y contra el Bien, por estar contra Dios. “En el fondo, lo sabemos, todo el planteo de las modernas democracias es anti-natura, pues el solo decir de poder «votar» lo que está bien y lo que está mal, lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer yendo «contra» la naturaleza de las cosas (el aborto está mal; es la objetividad de las cosas), es un insulto a la Verdad y al Bien, pervierte el orden natural de la realidad, y por lo mismo es un insulto a Dios Nuestro Señor Jesucristo. Ni hablemos de cómo se facilita con el aborto la matanza de los más inocentes y los más indefensos de todos: LOS NIÑOS POR NACER”. En definitiva: La esencia de las cosas y de las acciones, no depende del capricho de los hombres o de los legisladores, sino de “lo que las cosas son”, y no hay más.
(2)
El ser humano, cuando se aleja de Dios, PIERDE HASTA EL SENTIDO COMÚN, y así los falsos razonamientos a favor del aborto fluctúan entre lo nefando y lo ridículo, ¡argumentando cosas que no resisten el menor análisis!
(2.1)
El aberrante proyecto de “ley” ya tiene “media sanción”, pues fue aprobado entre el 13 y 14 de junio pasado por la Cámara Baja.
Hace poco escribíamos: “Hace escasos 15 días, la Cámara de Diputados de mi Patria aprobó la aberración del aborto. Es decir, que para dichos congresistas, el asesinato de los más inocentes y de los más indefensos seres humanos, LOS NIÑOS POR NACER, asesinato orquestado por sus propios padres dentro del seno materno, debe ser reconocido «como derecho» (“derecho a matar niños”), debe ser legalizado, protegido por el Estado (“el Estado protegerá la realización de homicidios de niños”), y ayudado (“el Estado ayudará a realizar los infanticidios”), [repetimos: reconocido como derecho, legalizado, protegido y ayudado] a través de toda la maquinaria estatal y de todos los servicios médicos y la estructura sanitaria de mi país. Por supuesto: Todo esto se financiará con los dineros públicos, es decir que todos los argentinos deberemos solventar y financiar los asesinatos. Lo mencionado, son todas cosas tan aberrantes y evidentes, que no resisten el menor análisis. AL INOCENTE SE LO PROTEGE… NO SE LO MATA; esto es demasiado elemental como para exigir argumentación. Pero no; ahora nosotros los argentinos mataremos nuestros niños «legalmente», los mataremos amparados y reconocidos por la «ley», protegidos y ayudados por el Estado”.
“Asesinar niños, asesinar inocentes”, “asesinar a los propios hijos”, “asesinar niños argentinos”: Todo el poder del Estado nos ayudará para eso.
Realmente estas cosas no resisten el menor análisis. El presidente Macri es un hipócrita pro aborto. Su ministro de salud, Adolfo Rubinstein, ni hablemos.
(2.2)
¿Argumentos falsos y ridículos “pro aborto” que no resisten el menor análisis?
Pongamos por ejemplo uno de los argumentos que más se ha usado… y que se sigue usando: “El aborto se debe aprobar porque muchas mujeres mueren a causa de que, por ser todavía un delito, se ven obligadas a ir a los centros clandestinos de las clínicas abortistas, en donde no hay tanta infraestructura, ni capacidad”. Suena lindo, ¿no? Suena profundo.
Repitamos el mismo argumento sin eufemismos: “El aborto debe ser aprobado porque muchas mujeres, cuando se dirigen a asesinar a sus propios niños, mueren por las condiciones en que deben realizar dichos homicidios”. La consigna es: “que maten, que maten a sus propios niños, que maten a los más indefensos e inocentes; pero que maten bien, que maten en buenas condiciones de higiene y de salud”. Y… ya no suena tan “lindo”.
Mostremos más lo burdo de este falso razonamiento: “Puesto que cuando esas mujeres van a asesinar a sus propios hijos, muchas de ellas mueren, el Estado debe aprobar y ayudar y declarar «legales» dichos asesinatos, para que dichas mujeres no corran riesgo de morir al realizar el hecho del infanticidio de sus propios niños; por ello, debemos declarar «bueno y legal» al aborto, y ayudarlo con los dineros del Estado”. Busquemos otro ejemplo, otra mala acción, otro delito, para ver lo profundo y “valedero” de esta argumentación; vamos al ejemplo del robo: “Puesto que un buen número de ladrones, cuando van a realizar su hecho delictivo, mueren con motivo del robo (accionar de la policía, del propietario, etc); por ello, el Estado debe aprobar y proteger y ayudar y declarar «legales» los robos, para que no mueran más ladrones”. No, no resiste el menor análisis.
La verdadera solución es que no se muera ni la mujer ni el niño. La verdadera solución es que el Estado proteja –como corresponde- la vida de ambos, tanto la de la mamá como la del bebé; que el Estado fomente el Matrimonio, la maternidad, el dar a luz, la familia numerosa; y que -por lo tanto- el aborto sea lo que es: una acción mala, un gravísimo delito (además “un delito agravado”), un crimen que no tiene nombre.
Es importante insistir en ese tipo de razonamientos “torcidos” y falaces, pues, con motivo de las recientes elecciones en Colombia, en forma similar se ha argumentado en otro tema relacionado. Alguno o algunos han dicho: “Como muchas chicas hoy en día tienen relaciones sexuales, hay que repartirles anticonceptivos, «porque la cosa es así, lamentablemente ellas igualmente lo van a hacer», y así hay que ayudarles -con la anticoncepción- a que planifiquen y a que se cuiden, para evitar por lo menos que aborten”. Realmente qué increíble que se pueda razonar de esa manera, y que se difundan cosas así: qué responsabilidad ante Dios. Y como si fuera poco, el fundamento de este falso razonamiento: “que por lo menos no aborten” (que dicho sea de paso, no justifica nada), es un argumento ¡también falso!, porque, además de estar mal (primer fundamento), ¡las píldoras anticonceptivas o inyecciones o la pila (o Jadelle), en definitiva las hormonas anticonceptivas, o la T, también son abortivas! Todo mal al decir cosas así.
(2.3)
¿Argumentos absurdos e inadmisibles a favor del aborto que no resisten el menor análisis?
Pues sí; Y ESTO CUANDO NO CAEN EN VULGARIDADES Y ORDINARIECES QUE NO TIENEN NOMBRE. Como esas jovencitas en Argentina que, con orgullo, y para ser fotografiadas y vistas en el mundo entero, mostraban sus carteles diciendo –disculpen el ejemplo- “Ni soy prostituta por fornicar, ni asesina por abortar, yo hago con mi cuerpo lo que quiero” (o textos parecidos). Y por supuesto que, en esos carteles, no usaban ni la palabra “prostituta” ni la palabra “fornicar”, sino que -en ambos casos- ponían allí las malas palabras más comunes y vulgares que se utilizan en el lenguaje de la calle para decir esas mismas cosas; imaginen ustedes cuáles eran esas palabras y “a buen entendedor, pocas… palabras”.
Y si vamos al caso, contra otra de las frases de esos carteles, ni estas jovencitas, ni ninguna otra dama, al hablar a favor del aborto, está haciendo con “su” cuerpo lo que quiere, sino que está haciendo con un cuerpo “ajeno” lo que quiere, lo está haciendo con el cuerpo de un niño inocente e indefenso, que además es su propio hijo, su propio bebé: matarlo, descuartizarlo, tirarlo. ¡Ni los animales hacen eso a sus hijos!
Y extremando más el argumento, ellas ni siquiera tienen derecho a hacer con “su” propio cuerpo lo que quieran. Porque cualquier ser humano debe usar su propio cuerpo según el orden recto, según lo que las cosas son, que es lo mismo que decir: usar su propio cuerpo según lo que Dios manda.
Nadie puede hacer con su cuerpo lo que tenga “ganas”. Estos argumentos, por cualquier ángulo que se los mire, son demasiado falsos e inconsistentes.
(3)
Hace poco, les repartíamos un texto de Monseñor Andrés Morello (26 junio 2018), que decía lo siguiente:
“[Con la aprobación del aborto] la Cámara de Diputados de la Nación decretó la pena de muerte de los niños de la Nación aún no nacidos. Pena de muerte sin delito precedente, pena de muerte con inocencia absoluta, pena de muerte sin derecho a defensa. […] Hay que mirar bien. Para eso sirve esta democracia informe y engañosa en la cual el número es expresión de la verdad… […] Esos 129 legisladores son asesinos virtuales, asesinos causales de los niños que morirán si esa ley alcanza la aprobación del Senado. […] El abortista matará, quemará, arrancará o cortará a pedazos a un niño mientras el impávido legislador le dirá: “Es tu derecho”. Quien da el derecho a asesinar está matando. ¿Valdrán esos fueros, en que se esconden, delante de Dios? […] ¿Qué buscan estos legisladores asesinando? ¿Seremos grandes matando inocentes? ¿Seremos paladines de los Derechos Humanos masacrando niños argentinos? ¿Haremos a la Nación grande…? […] Un país fundado novedosamente en el egoísmo y para eso en el crimen y en la sangre de los niños, no es un país sino una cloaca de intereses encontrados… [Esos diputados:] ¿Qué quieren hacer con nuestra Argentina? No son argentinos más que en los papeles porque quieren matar a nuestros niños. ¿A qué intereses responden? ¿Quién los gobierna para asesinar a los que tienen derecho a nacer? […] [Por otro lado,] La Comisión permanente del Episcopado [i.e. los “obispos” de la Iglesia Moderna] ha dado lástima e indignación en su Declaración posterior a la votación AGRADECIENDO RESPETUOSAMENTE A LOS QUE DEFENDIERON QUE ERA UN DERECHO ASESINAR [NIÑOS]. ¿Acaso puede ni siquiera discutirse si podemos descuartizar un bebé? ¿En qué mundo vivimos? ¿En qué Dios creen [esos supuestos obispos]? Piden disculpas a los hombres y se ríen de Dios”. Hijos: Todo esto es una locura. ¡Y hasta un monumento a la falta de sentido común!
Y en carta más reciente (21 julio 2018), también de Mons. Morello, leemos:
“Los hombres han perdido primero la Fe y, como lógica consecuencia, la brújula del mismo sentido común. Es cierto que el Liberalismo ha sido la escuela de esto, sin embargo media Cámara votó en contra [del aborto] y esto asombra a los europeos quienes ya no encuentran rasgos de Fe en sus tierras… Yo sé que no es mérito de los hombres pero María Santísima vio el país consagrado a Ella en 1969 y plantó sus reales en Luján antes de que fuéramos país. SIN DUDA ESTÁ ALLÍ LA ESPERANZA”.
Sí, cosas “extrañas” que ha permitido Dios en la Argentina, en medio de “tanta historia laica”, y destruidos –como estamos- por el Liberalismo, aun así en el año 1969, el día 30 de noviembre, el entonces presidente de la Nación, el Gral. Juan Carlos Onganía, en la ciudad de Luján, arrodillado frente a los pies de la “Virgen de Luján”, Patrona de la Argentina, hizo la Consagración de la Patria al Inmaculado Corazón de María. Curiosamente, la “Consagración de Argentina” que estamos haciendo aquí después de todas las Misas, es también al Inmaculado Corazón de María. “Estos gestos, realizados por personas que invisten la máxima autoridad de la Nación [como el presidente de la misma]… imprimen un carácter, son una semilla que puede fructificar en cualquier momento, o al menos evitarnos mayores males”.
Veremos ahora qué dispone la Santísima Virgen con esta votación del aborto.
(Conclusión)
Conclusión: No sabemos lo que pasará ese miércoles 8 de agosto. Humanamente –lo dijimos-: no hay esperanzas de nada. El Liberalismo rampante que tenemos en la Argentina, más la izquierda, más las logias, más la Masonería, más la ONU, más los diarios y demás medios, etc, etc, -en principio- conseguirán el aborto. Pero nuestra esperanza no es naturalista ni natural, SINO «SOBRE – NATURAL»: se apoya en Dios y en la Santísima Virgen, en el Inmaculado Corazón de María. A Dios le sobra poder para impedirlo como Él sabe hacerlo. Pero para intervenir, Él muchas veces pide nuestro concurso, con la casi-nada que un ser humano puede dar, ¡PERO ÉL LO PIDE, Y MUCHAS VECES SI NO LO DAMOS, ÉL NO HACE LA OBRA!
Esta batalla del Catolicismo necesita de ustedes. ¡Argentina necesita de ustedes! Yo necesito de ustedes, de los feligreses, porque faltan sólo 10 días para la votación, y con todas nuestras casi-nadas podemos mover el corazón y el poder de Dios, y el de María Santísima, la cual también tiene sus poderes y sus “furores”. ORACIÓN Y SACRIFICIO habíamos dicho: El Santo Rosario cada día; dos Rosarios si alguien ya lo reza diariamente. Rezar –también cada día- el Acto de Consagración de Argentina al Inmaculado Corazón de María. Un sacrificio diario a elección de cada uno. Tratar de venir a la Santa Misa entre semana y comulgar, con la mayor Fe que Dios nos dé, para impedir el aborto. Y tratar de venir a la Adoración del Santísimo Sacramento (hemos ampliado 2 horas más –como ya dijimos-, comenzando desde la 2 de la tarde).
¡Faltan sólo 10 días! Necesitamos la ayuda de ustedes, confiamos en su buena voluntad.
AVE MARÍA PURÍSIMA. Padre F. Altamira.