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4° Domingo de Epifanía Sobrante Pentecostés 2016

Fiesta de Cristo Rey, Introducción El Liberalismo es Pecado, Sermón 1.

(Domingo 30 de octubre de 2016) P. Altamira.

(Introducción)

Queridos hijos:

Estamos en la Fiesta de Cristo Rey. La Santa Iglesia Católica, a través del Papa Pío XI y su encíclica “Quas primas” (año 1925), insistió sobre la realidad, el hecho y el derecho, de Dios Nuestro Señor Jesucristo en el sentido de que Él es dueño de todas las naciones, las católicas y las no católicas, ¡de todas!, y las consecuencias que esto trae. El Papa Pío XI nos enseñó que –evidentemente, y por lógica consecuencia- todas las leyes, instituciones, costumbres, ¡la vida de los países!, deben regirse por el Catolicismo, por ser éste la Verdad, la única religión verdadera, la Religión de Dios.
Dios Nuestro Señor Jesucristo es dueño y propietario absoluto de las Patrias y de todo lo que existe en el Universo, y esto por diferentes títulos: El primero de ellos, y más importante, es porque Cristo es Dios, y por lo tanto el Creador y el dueño de todo. El segundo de ellos es por derecho de conquista, por la Redención, y esto aun en cuanto a su naturaleza humana.
El Papa Pío XI estableció en esa misma encíclica, que el último domingo de octubre se realizara la Fiesta de Cristo Rey.
Entre los numerosos enemigos de la Verdad, y por lo mismo enemigos de Dios Nuestro Señor Jesucristo, entre los numerosos enemigos de la realidad y el derecho de Cristo Rey, dueño de todas las naciones, tenemos: El Humanismo; el Naturalismo; las religiones falsas: el Judaísmo, el Islam, etc; el Iluminismo francés; el Liberalismo; la Masonería y otras sectas secretas; el Comunismo; el Socialismo, etc, etc. Mas hoy queríamos hablarles de “el padre común” de muchas de estas doctrinas, nos referimos al LIBERALISMO. Para ello nos basaremos en un magnífico libro del Siglo XIX llamado “EL LIBERALISMO ES PECADO”, escrito por un sacerdote español, el Padre Félix Sardá y Salvany (muerto en el año 1916).

(Cuerpo 1: Alguna introducción sobre el libro que tratamos, “El Liberalismo es Pecado”)

“El Liberalismo es Pecado”, así se llama el libro en cuestión, y así podría llamarse la prédica de hoy: El Liberalismo es Pecado. Todo católico serio debería leer este libro.
Cuando el Padre Salvá y Salvany escribió su obra, el libro recibió “repetida denuncia” ante la Sagrada Congregación del Índice, en Roma, para que éste libro sea censurado o condenado, para que este libro sea puesto en el “Índice de los libros prohibidos”. Saben que el “Índice de los libros prohibidos” fue suprimido por Paulo VI hacia finales de los sesenta –si no nos equivocamos de fecha-, y era un listado de libros heréticos, o libros con errores, o malos, o dudosos, que la Iglesia decía a sus hijos de no leer [aunque –si no entendemos mal- existía la posibilidad de ser quitado posteriormente de esa lista para el caso de que tal o cual libro no debiera estar allí y se probara la Verdad y bondades del libro].

Pero volvamos a nuestro padre español y su libro: Ante “la repetida denuncia” de que –digamos así- era un libro malo y con errores, estamos en la época del Papa León XIII, la Sagrada Congregación del Índice “como elevadísimo tribunal” dio su fallo o sentencia con fecha 10 de enero de 1887 de la siguiente manera, en texto dirigido al obispo de la diócesis del Padre Sardá:
“Excelentísimo Señor: La Sagrada Congregación del Índice recibió denuncia del opúsculo titulado El Liberalismo es Pecado, su autor Don Félix Sardá y Salvany, sacerdote de su diócesis; la cual denuncia se repitió juntamente con otro opúsculo [escrito por el Padre De Pazos] titulado El Proceso del Integrismo [cuyo fin era refutar al Padre Sardá y su libro]… Por lo cual, dicha Congregación [del Índice] aquilató con maduro examen uno y otro opúsculo con las observaciones hechas; mas en el primero [El Liberalismo es Pecado] nada halló contra la sana doctrina[católica], antes su autor Don Félix Sardá y Salvany merece alabanza, porque con argumentos sólidos, clara y ordenadamente expuestos, propone y defiende la sana doctrina en la materia que trata, sin ofensa a ninguna persona.
Pero no se formó el mismo juicio acerca del otro opúsculo publicado por D. de Pazos [el otro sacerdote que intentaba refutar a nuestro autor]… De aquí que la Sagrada Congregación [del Índice] ha mandado que D. de Pazos sea amonestado por su propio Ordinario [por su propio obispo], para que retire cuanto sea posible los ejemplares de su dicho opúsculo”.
Es decir que, después de la denuncia contra nuestro autor, la Congregación del Índice terminó elogiando al Padre Sardá y a la buena doctrina y maneras de su libro; y, al contrario, terminó censurando (en cierta manera: condenando) a su rival el Padre de Pazos y pidiendo que éste último sea amonestado por su obispo para que retire de circulación su libro, que era opuesto al nuestro.

(Cuerpo 2: ¿Qué es el Liberalismo?)

Luego de esta información sobre el libro, veamos, siguiendo al Padre Sardá y Salvany, qué es el Liberalismo. El Padre dice así:
En el orden de las ideas es un conjunto de ideas falsas; en el orden de los hechos es un conjunto de hechos criminales [palabra literal del Padre], consecuencia práctica de aquellas ideas. En el orden de las ideas el Liberalismo es el conjunto de lo que se llama principios liberales… [por ejemplo:] absoluta soberanía del individuo con entera independencia de Dios y de su autoridad; soberanía de la sociedad con absoluta independencia de lo que no nazca de ella misma [en especial independencia de Dios, de lo que Él dispone, de su Santa Religión Católica]; soberanía nacional, es decir, el derecho del pueblo para legislar y gobernar con absoluta independencia de todo criterio que no sea su propia voluntad, expresada por el sufragio primero y por la mayoría parlamentaria después [esta independencia absoluta para legislar y gobernar es –otra vez y sobre todo– respecto de Dios y de su Catolicismo]; libertad de pensamiento sin limitación alguna en política, moral o en Religión; libertad de imprenta, asimismo absoluta o insuficientemente limitada… El fondo común de ellos es el racionalismo [o naturalismo] individual, el racionalismo [o naturalismo] político y el racionalismo [o naturalismo] social. Derívanse de ellos de ellos [como consecuencias falsas:] la libertad de cultos… la supremacía del Estado en sus relaciones con la Iglesia; la enseñanza laica o independiente sin ningún lazo con la Religión [Católica]; el matrimonio legalizado y sancionado por la intervención única del Estado [éste es el llamado “matrimonio civil”]… [La palabra] que todo lo abarca y sintetiza, es la palabra “secularización”, es decir, la no intervención de la Religión [se entiende de la religión verdadera: El Catolicismo] en acto alguno de la vida pública [del Estado], verdadero ateísmo social, que es la última consecuencia del Liberalismo”.
Está de más decir que ningún católico puede ser un “liberal”.
Lamentablemente, en la ignorancia en que nos movemos los católicos, más de uno (miles en realidad) se ufana de ser católico y liberal al mismo tiempo, que es como decir que uno es de Dios y de Luzbel al mismo tiempo.
También están los grados del Liberalismo. Están los liberales más radicales (los “liberales”, a secas y sin más, según se los llama en Colombia), y están los liberales más moderados (los llamados “conservadores” en Colombia); pero unos y otros son liberales al fin, y por lo mismo están, algunos sin saberlo e inconscientemente, en contra del Catolicismo. El error y lo malo no se coge “ni en mucha cantidad ni en poca cantidad: ni radicalmente ni moderadamente”, ni liberal radical, ni liberal moderado, sino ¡nunca liberal!

(Cuerpo 3: EL LIBERALISMO ES PECADO. EL LIBERALISMO ES HEREJÍA)

Ahora nos debemos preguntar: ¿Es pecado el Liberalismo? Y en el caso de que lo sea: ¿Qué clase de pecado es? Adelantamos la respuesta: EL LIBERALISMO ES PECADO Y ES PECADO DE HEREJÍA; seguimos al Padre Sardá con la respuesta que él da en su libro:
El Liberalismo es pecado, ya se lo considere en el orden de las doctrinas, ya en el orden de los hechos.
En el orden de las doctrinas es pecado grave contra la Fe, porque el conjunto de las doctrinas suyas es herejía, aunque no lo sea tal vez en alguna que otra de sus afirmaciones o negaciones aisladas. En el orden de los hechos es pecado contra diversos Mandamientos de la Ley de Dios y de su Iglesia, porque de todos es infracción.
Más claro. En el orden de las doctrinas el Liberalismo es la herejía universal y radical, porque las comprende a todas; en el orden de los hechos es la infracción radical y universal, porque todas las autoriza y sanciona. Procedamos por parte en la demostración.
En el orden de las doctrinas el Liberalismo es herejía. Herejía es toda doctrina que niega con negación formal y pertinaz un dogma de la Fe Católica1 . El Liberalismo como doctrina los niega primero todos en general y después cada uno en particular.
Los niega todos en general, cuando afirma o supone la independencia absoluta [con respecto a Dios] de la razón individual en el individuo, y de la razón social [en la sociedad]…
Niega la jurisdicción absoluta de Cristo Dios sobre los individuos y las sociedades [sobre las naciones], y en consecuencia la jurisdicción delegada que sobre todos los fieles… recibió de Dios la cabeza visible de la Iglesia.
Niega la necesidad de la Divina Revelación, y de la obligación que tiene el hombre de admitirla si quiere alcanzar su último fin [la Salvación].
Niega el motivo formal de la Fe, esto es, la autoridad de Dios que revela, admitiendo de la doctrina revelada sólo aquellas verdades que alcanza su corto entendimiento.
Niega el magisterio infalible de la Iglesia y del Papa [se entiende: de un verdadero Papa y cuando dicho Papa quiere usar el don de la infalibilidad; el último que lo usó fue Pío XII con la Asunción de María en 1950], y en consecuencia [niega] todas las doctrinas por ellos definidas y enseñadas.

Y después de esta negación general y global, niega cada uno de los dogmas, parcialmente o en concreto, a medida que, según las circunstancias, los encuentra opuestos a su criterio racionalista [a los criterios del Liberalismo]. Así, niega la Fe del Bautismo cuando admite o supone la igualdad de todos los cultos; niega la santidad del Matrimonio cuando sienta la doctrina del llamado matrimonio civil…
En el orden de los hechos es la radical inmoralidad. Lo es porque destruye el principio o regla eterna de Dios… canoniza el absurdo principio de la moral independiente, que es en el fondo la moral sin ley, o lo que es lo mismo, la moral libre, o sea una moral que no es moral… Además, el Liberalismo es toda inmoralidad, porque en su proceso histórico ha cometido y sancionado como lícita la infracción de todos los Mandamientos… [ésa es “la vida liberal”: la vida libre, la vida descreída, los desórdenes sexuales, la unión libre o concubinato, el adulterio, etc, etc]
Por donde cabe decir que el Liberalismo, en el orden de las ideas es el error absoluto, y en el orden de los hechos es el absoluto desorden. Y por ambos conceptos es pecado, ex genere suo, gravísimo; es pecado mortal”.

(Conclusión)

Alguna vez, en mi ciudad, Córdoba, vimos una expresión en francés que decía L’Air du Temp, el Aire del Tiempo. Suponemos que se aplica para expresar las características sociales, el estilo de una época, lo que flota en el ambiente de una determinada época. Nosotros hemos nacido, lamentablemente, en una época marcada por el Liberalismo, sobre todo a partir de la Revolución Francesa. Y así, el Liberalismo se respira por todos lados, y todos estamos contagiados y debemos librarnos de “el liberal que todos llevamos dentro”, el cual es lo opuesto a Cristo Rey y su Catolicismo. Esto para nosotros en cuanto individuos.

Para las naciones, para Colombia, para Argentina, y para todas las Patrias, debemos querer para ellas Cristo Rey y su Religión Católica.
Y así terminamos pidiendo por nuestras Patrias como reza aquella oración a la Virgen:
Te pedimos por Colombia (por Argentina) para que sea una Nación plenamente católica, para que pertenezca a tu Hijo, en calidad de Rey, y a ti misma, en calidad de Reina; para que todas sus leyes, instituciones y costumbres se rijan por la Verdad; y la Verdad es Cristo, tu Hijo, el Verbo de Dios, y su Santa Religión Católica… Te pedimos para que en nuestra Nación reine la paz. Y la paz es “la tranquilidad en el orden”, y el orden lo da sólo tu Hijo, Dios eterno y verdadero. No puede haber orden ni paz fuera de Él, no puede haber orden ni paz si la Nación se rige fue de Él, o peor: contra Él.

AVE MARÍA PURÍSIMA.

1 Allí decía “Fe Cristiana”, pero hoy en día esa expresión confunde debido a las sectas protestantes, las cuales se llaman a sí mismas “cristianas” (falsamente y sin derecho); por eso pusimos “Fe Católica” para que no haya confusión.