Navidad del Señor 2016

El Evangelio del nacimiento de Jesucristo Castellani, Naturalismo, Humanismo, Modernismo.

(Domingo 25 de diciembre de 2016) P. Altamira.

(Introducción)

Queridos hijos:

Una nueva Navidad, el Nacimiento de Dios Nuestro Señor Jesucristo sobre la tierra, el Verbo hecho carne. Deseamos una Santa Navidad para ustedes y sus familias.
Tantas cosas para decir y para meditar alrededor de ese hecho increíble y transcendental, que Dios haya querido “conversar” con los hombres, con esa nada que somos. Sólo esto (y ya no tiene límites si pensamos en su Pasión y Muerte) debería bastarnos para ser humildes y destruir nuestra soberbia, que Dios haya querido tener un cuerpo y un alma humanos y vivir como mortal sobre esta tierra.

Queríamos para este año 2016, que ya se va, compartirles unos breves párrafos del Padre Leonardo Castellani (+ 1981), de una obra de él en la que comenta los Evangelios de cada domingo; obra aparecida en el año 1957. Nos referimos a su libro “El Evangelio de Jesucristo” (texto correspondiente a “El Evangelio del Nacimiento”, páginas 426 ss, Ediciones Dictio, Buenos Aires, Argentina, 4ª Edición, año 1977).

(Cuerpo)

Comencemos a escuchando un primer un extracto:
“En la noche de Navidad, la Iglesia lee en las dos primeras misas [la Misa de Gallo y la Misa de la Aurora] la mitad del Capítulo II de San Lucas; y en la tercera [misa], el Prólogo de San Juan… No hubo para Cristo recién nacido ni un cubículo de fonda; y este rasgo asombroso y de tan gran patetismo está puesto por Lucas de paso… Cristo quiso nacer en la mayor pobreza, quiso hacernos ese obsequio a los pobres. La piedad cristiana se enternece sobre ese rasgo y hace muy bien; pero ese rasgo no es lo esencial de este misterio… El misterio inconmensurable es que Dios haya nacido. Aunque haya nacido en el Palatino… con la guardia pretoriana rindiendo honores, y [el Emperador] Augusto postrado ante Él, el misterio era el mismo. El Dios invisible e incorpóreo, que no cabe en el Universo, tomó cuerpo y alma de hombre, y apareció entre los hombres…

Bueno es que los niños se enternezcan ante las pajas del pesebre, la mula y el buey… pero los adultos han de hacerse capaces de la grandeza del misterio, y han de espantarse no tanto de que Dios sea un niño pobre, sino simplemente de que sea un niño”.
Tenemos ese dicho tan famoso entre los latinos, realidad que todos padecemos, “Sueta Vilescunt”: las cosas acostumbradas se nos terminan haciendo o presentando –a fuerza de la repetición de ellas- como viles o despreciables, y no las valoramos.
En nuestra cultura católica y española, o lo que va quedando de ella, desde niño a quién de nosotros no se ha hecho carne todos los aspectos que envuelve la Navidad y el Pesebre (y tal vez más en Colombia que en otros países de la América Española). Pero a fuerza de repetir las Navidades, y de que todos nos solemos quedar en los aspectos más exteriores y materiales de la misma, no tenemos una visión profunda; o directamente no tenemos “una visión” (¡!) de todo y lo más profundo que hay allí en la Navidad:
¡Caramba: Dios se ha hecho hombre! Qué común que se nos ha hecho esa realidad, y qué inconmensurable –como decía el Padre Castellani- es esto, lo cual es el núcleo: que Dios se haya hecho hombre, y que haya nacido entre los hombres.
Uno no suele poder, ¡pero tendríamos deseos de quedarnos horas meditando estas realidades y estos hechos!
Dios, con todo lo que Él es, ¡hacerse hombre!, y nacer en esta tierra miserable, y someterse a lo que tiene y padece todo hombre (menos el pecado, por supuesto). ¡Cómo puede ser; cómo puede ser! Pues sí, ésa es la verdad y la realidad. Deberíamos hacernos el tiempo para pensar y meditar, profundamente, estas cosas, todo el tiempo que pudiésemos.

Sigamos con los comentarios del padre a los textos de la Misa de Navidad:
“La herejía contemporánea, que consiste en una especie de naturalización del dogma [eso es el Naturalismo, Humanismo o Modernismo], no tiene inconvenientes en celebrar [en Navidad] la “Fiesta de la Familia” y en enternecerse ante el “niño divino”… El católico1 debe estar atento: NO ES UN NIÑO COMO LOS OTROS NIÑOS… [Los paganos de hoy también celebran la Navidad, pero la celebran según el Humanismo y el Naturalismo] y después se vuelven a sus espiritismos; cuando no celebran con hechicerías o con excesos paganos o animales. EL CATÓLICO2 CELEBRA LA NOCHE BUENA CON SANTA ALEGRÍA, PERO CON PROFUNDO RECOGIMIENTO: “Os anuncio una gran alegría que será para todos los pueblos: Hoy os ha nacido en la ciudad de David un Salvador, el Mesías y el Señor”… dijo el Ángel a los pastores…”.

En el mundo de hoy, y en el régimen globalista que se ha creado para cerrarse finalmente en el Gobierno Mundial del Anticristo y de su lugarteniente, “El Falso Profeta”, los fautores de esta unificación de signo contrario a Dios, parecen saber o haber pensado que 2000 años de cultura católica no pueden ser quitados del todo, o difícilmente pueden ser quitados. De allí que, la idea “genial” (que esos iniciados y masones y logias parecen haber tenido) ha sido –como muchos han enseñado- mantener los dogmas, y las festividades, y las costumbres y usanzas de los católicos y de su cultura, pero vaciarlas de su verdadero contenido, y llenarlas –consciente o inconscientemente en las masas- de Humanismo, de “Adoración del Hombre”, quitar a Dios y a lo divino y a lo católico, y poner al hombre en su reemplazo, que es lo mismo que poner al Diablo, pues no hay más que dos bandos, y cuando Dios no está, sólo queda “el otro”.

1 Decía “cristiano” pero para con confundir con las sectas protestantes, mal llamadas “cristianas”, hemos escrito allí la palabra “católico” que no lleva a esa confusión.
2 Ídem aclaración que en la nota 1.

Todo indica que en la Religión Mundial del Falso Profeta, van a quedar estas cosas “católicas”, pero rellenadas de cualquier contenido, menos del verdadero contenido católico y lo que ellas realmente son.
¿Se imaginan, en un país como Colombia, tal vez el mejor ejemplo, quitar la Navidad? Es imposible. Y allí entra la “genialidad” de esos iniciados del Anticristo, en realidad: siglos de trabajo, guiados por “el mono de Dios”. “Dejamos eso, dejamos la cáscara, y en realidad le cambiamos el contenido”.
Borracheras, comilonas, excesos, lujuria. “¡No! O no sólo eso; pues hay algunos que se escandalizarían”. “Bien pensado: Debemos tener una opción más light para los menos corrompidos”. “Pues para ésos dejemos una apariencia de virtud y moderación; digamos que es una fiesta de la familia, sin mención o casi sin mención al aspecto de Dios y de su Catolicismo; publicitemos que es una oportunidad de reunión familiar, pero tratando de resaltar –si podemos- sólo eso, todo basado en “valores” humanistas, basado en el hombre, en cosas buenas pero enfocadas en el hombre y por el hombre: Humanismo y Naturalismo”.

Las Navidades así pensadas no tienen el verdadero fundamento de las cosas buenas y de la práctica de las cosas buenas y de la virtud.
El hacer cosas buenas, y practicar la virtud y celebrar fiestas así, debe tener un fundamento que ha de ser, no el hombre, sino Dios mismo, la Santísima Trinidad y su Catolicismo. Si yo practico acciones buenas o virtudes, si yo amo y quiero la unión de la familia, en última instancia debe ser por Dios y por su Catolicismo, como una muestra de amor a Dios. De lo contrario caemos en una especie de altruismo humanista, practicado –con mal fundamento en el hombre- por los masones, por los illuminati, y por lo que ustedes quieran, pero no por católicos, no por hijos de Dios. En nosotros, Dios debe ser el último fundamento de todo.

Un extracto más del Padre Castellani:
“La tradición del pueblo cristiano ha retenido desde los primeros tiempos que había en el khan [o pesebre] de Belén una mula y un buey: los Santos Padres antiguos se han complacido en aplicar a los dos humildes animales el versículo de Isaías I,3: “Conocerá el buey a su dueño –Y el asno, el pesebre de su Señor”… Y así pasó esa noche que habría de ser recordada como [la Noche] Buena por excelencia en todo el mundo por siglos sin fin… El Verbo de Dios se hizo hombre, y los periodistas de aquel tiempo no se enteraron de nada. Pasó la noche y vino el Alba y un nuevo día… “Y pecaron los hombres como todos los días”… Esto se puede poner en verso ¿por qué no?…
¿Cuál pensáis será el nombre de este recién nacido? Paz a los que han creído y a los que han de creer. ¿Quién pensáis será Este nacido de mujer?
Hoy ha nacido un niño muy antiguo de días… Hoy ha nacido un niño y es Dios que se ha hecho niño. Y pecaron los hombres como todos los días”.

Dice el Padre Castellani, “vino Dios y los hombres pecaron… como todos los días”. ¿Cuántas Navidades hemos pasado? Veinte, treinta, sesenta… quince Navidades los más jóvenes, “y seguimos siempre los mismos”. Qué realidad compleja y triste que somos los hombres, qué enredados siempre en nuestros pecados y defectos, “y pecaron los hombres… como todos los días”.
De los aquí presentes, cuántos hay con Dios en su interior, cuántos en estado de gracia, cuántos procuraron su Confesión (éste es uno de los fines de la Novena; si no, la Novena se vuelve algo puramente exterior y sin sentido). Y cuántos lograron su Comunión en el Santo Día de la Navidad, y dejaron de ser… “como todos los días”.
Pues bien, para los que han quedado “como todos los días”, les propongo una “revancha”. La Navidad tiene Octava. Eso significa que se sigue celebrando durante ocho días seguidos (hasta el primero de enero inclusive). Tienen toda una semana: Confiésense quiénes no lo hayan hecho, reciban la Comunión, y así podrán decir, “en Navidad, yo no fui… como todos los días”.

(Conclusión)

Para terminar, una última consideración; y antes un último extracto del buen Padre Castellani:
El acontecimiento de los acontecimientos fue anunciado antes que a todos a unos pobres pastores que velaban en torno de una hoguera en una noche helada. Ellos creyeron, y corrieron, y hallaron “lo que el Señor les había hecho saber”… El cántico de los ángeles [Gloria a Dios en los cielos y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad; así en la Vulgata y en el canto de la Misa] ha sido traducido diversamente y dado pie a muchas discusiones… Tés eudokías significa en griego a los hombres bien enseñados; es decir, a los creyentes [a los que tienen la Fe, la Fe Católica]; de los cuales los primeros fueron los pastores…”.
En estos finales de la Historia, como nos lo dice la profecía del Evangelio, cuando Cristo vuelva, “¿encontrará Fe sobre la tierra?” (San Lucas 18,8). Pero no se trata de creer en cualquier cosa, sino de tener con nosotros la verdadera Fe Católica, sin dejar que nos falsifiquen nuestra religión. Por eso en estas épocas es imperioso, y es lo primero, mantener la Fe, mantener el Catolicismo.
Mas después, o al mismo tiempo, hemos de desear y pedir, el poder pasar a nuestra vida, a la vida según nuestra Fe, a nuestras acciones hacia Dios y hacia el prójimo, que es la Caridad (la cual abarca todas las otras virtudes morales). Y eso también será difícil, y es otra de las notas características de los finales de la Historia y de la consumación de los Siglos, “puesto que abundará la iniquidad, se enfriará la Caridad de muchos” (San Mateo 24,12).

Qué pedimos al Niño Dios. En estos finales, primero que nada poder ser capaces de mantener la Fe, de mantener el Catolicismo. Y después pasar a la coherencia de la Fe, a vivir y a tener acciones coherentes con nuestra santa religión, a vivir según la Caridad. Y para alcanzar todo esto… pedimos al Niño Dios la Humildad… ser humildes, como es Él, y como nosotros no somos.

AVE MARÍA PURÍSIMA.