Fiesta de la Navidad 2015

(Bogotá, año 2015) P. Altamira

(Introducción)

Queridos hijos:

Una nueva Navidad, fiesta de alegría para todo el orbe.

Venir a esta tierra: Uno de los triunfos y glorias de Nuestro Señor. Todas las almas sencillas y buenas, todo el universo mundo se alegra, mal que les pese a tantos enemigos que Dios Nuestro Señor Jesucristo tiene (masones, liberales, comunistas; en religión: los modernistas y las religiones falsas, etc).

Queríamos hacerles una prédica sencilla͖ simplemente leerles y “saborear”, “disfrutar”, si se puede decir así, textos litúrgicos de nuestro amado Catolicismo.

(Cuerpo)

La liturgia que nos ofrece la Santa Iglesia Católica alrededor de la Navidad es riquísima, y con ella nos quiere llenar de alegría.

Sin contar la Misa de la Vigilia de Navidad, tenemos: 1) La Misa de Gallo de Navidad (la rezamos anoche). 2) La Misa de la Aurora de Navidad (o del amanecer). 3) La Misa del Santo Día de Navidad, que es la que estamos rezando en este momento. ¡Tres Misas distintas, con sus textos distintos!

Luego tenemos la Misa del Domingo dentro de la Octava de Navidad o “Domingo de la Infraoctava” (será este próximo domingo). La Misa de la Octava propiamente: es la Misa del 1º de enero, que litúrgicamente significa festejar de nuevo la Navidad. La Misa del Santo Nombre de Jesús. Luego la Misa de la Epifanía o de los Reyes Magos. Son ocho o más Misas (seguramente nos estamos olvidando alguna) todas con sus textos hermosísimos. Inclusive podemos contar aquí la Misa de la Candelaria, el 2 de febrero.

El Martirologio Romano, libro litúrgico. Escuchemos, una vez más, con qué solemnidad se expresa sobre el nacimiento de Dios Nuestro Señor Jesucristo en la tierra:

En el año de la creación de mundo, cuando en el principio crió Dios el cielo y la tierra, 5199 (nota: saben que según otra cronología son 4000 años); del diluvio, el año 2957; del nacimiento de Abraham, el año 2015; desde Moisés y la salida del pueblo de Israel de Egipto, el 1510; desde que David fue ungido rey, el 1032; en la semana 65º, según la profecía de Daniel; en la Olimpíada 194; de la fundación de Roma, el año 752; del Imperio de Octaviano Augusto, el 42; estando todo el orbe en paz, en la sexta edad del mundo, Jesucristo, Eterno Dios, e Hijo del Eterno Padre, queriendo consagrar el mundo con su misericordiosísimo advenimiento, concebido del Espíritu Santo y pasados nueve meses desde su concepción, nace en Belén de Judá, de la Virgen María, hecho Hombre. La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, según la carne.

Escuchemos más textos que nos regala la Iglesia con motivo del nacimiento del Niño Dios, o más exactamente por el ciclo de la Navidad (nota: los textos que daremos puede tener alguna pequeña modificación en relación a los originales):

Nos adelantemos al Domingo de la Infraoctava:

(Introito) Cuando el mundo entero yacía sepultado en el silencio, y la noche había recorrido la mitad de su camino, Señor Dios, tu Verbo todopoderoso bajó de su trono real en el Cielo, y se hizo carne entre nosotros.

Las Vísperas que rezamos ayer, antes de la Navidad:

Crástina die delébitur iníquitas terrae: mañana se destruirá la iniquidad de la tierra, y reinará sobre nosotros el Salvador del mundo. Cuando haya salido el sol, veréis al Rey de los Reyes procedente del Padre: Ha aparecido la humanidad y la benignidad de Dios, nuestro Salvador.

La oración de la Noche Buena (Misa de Gallo):

Dios que hiciste iluminar esta sacratísima noche con el resplandor de la Luz Verdadera [i.e. Cristo], concédenos que quienes hemos conocido estos misterios, también disfrutemos en el Cielo de los gozos del Dios Verdadero.

Qué linda que es la Navidad. Mal les pesa a toda la caterva de enemigos de Cristo Dios: Ateos, liberales, comunistas, izquierdas, los herejes del Modernismo, las falsas religiones, etc. ¡Aun en el 2015, el mundo entero se detiene, la actividad del mundo entero desaparece, para festejar otra vez, como cada año, el nacimiento de Dios Nuestro Señor Jesucristo en la tierra, el Niño Dios! ¡Qué burla a los impíos! ¡Todavía en el Siglo XXI el mundo no está preparado para que le quiten la Navidad! Y si bien mucho la han desvirtuado, y la “hemos” desvirtuado (borracheras, indigestarnos de comida, rumba, pecados que se comenten, etc), es cierto también que la Navidad “allí está”, y que en definitiva todavía se festeja el nacimiento de Dios en la tierra. Pero ellos trabajan en ese sentido, para desvirtuarla; no son tontos y así se cobran su revancha. Mantienen las celebraciones pero las van vaciando de su sentido: Vacían el contenido católico, y le inyectan otros cánones y estilos.

Y cuando terminen de hacer el Gobierno Mundial, ¿qué harán con la Navidad? Tal vez poner algo en reemplazo y llamarla “Fiesta del Nacimiento de la Humanidad”, o “Nacimiento de la Humanidad convertida en Dios”; no lo sé.

Mientras tanto fomentan todo lo que no condice con la santidad y pureza de la Noche Buena, con la santidad de la Navidad.

Por eso, si alguno de nosotros hemos desvirtuado la noche de la Navidad, “costumbres y actividades modernas”, “pecados”, que Dios tenga la última palabra, demos la revancha a Dios:

Que la próxima Navidad la vivamos “sobria, santa y píamente”. Que sea una noche santa, sana, sólo en familia. Proponernos que los miembros de nuestra familia no salgan “de rumba” en la Navidad. Si la Navidad nos cogió sin el estado de gracia, pues ¡a confesarse!, ¡a salirse del estado de pecado mortal!

Hermosa expresión la de hace unos momentos, está en una de las lecciones de las epístolas, “vivir sobria, santa y píamente”. Y en esa epístola, si bien está puesta para festejar la Primera Venida (Navidad), se evoca y se llama y se pide la Segunda Venida (la Parusía), que deseamos esté próxima. Y está el programa de vida: Esperar a Dios Nuestro Señor Jesucristo y vivir “sobria, santa y piamente”. Escuchemos:

(Epístola de la Misa de Gallo) Se apareció la gracia de Dios, Salvador Nuestro, a todos los hombres; enseñándonos que, rechazados los pecados y deseos mundanos, VIVAMOS SOBRIA, SANTA Y PÍAMENTE EN ESTE MUNDO, aguardando La Bienaventurada Esperanza y La Vuelta Gloriosa del Gran Rey y Salvador Nuestro: Jesucristo.

Qué hermosa que es la Navidad, qué hermosa que es la liturgia católica.

(Conclusión)

Para terminar, y aun a riesgo de transcribir casi demasiados textos, queríamos, de todo corazón, hacer nuestras otras palabras de la liturgia, y entregárselas a Dios:

Jesús, Redentor de todos los hombres, a quien Dios Padre engendró igual a sí mismo en gloria, antes de la creación de la luz, acuérdate, Creador de todas las cosas, que siglos atrás tomaste la forma de nuestro cuerpo, naciendo de las entrañas sagradas de la Virgen. El presente día, al volver cada año, muestra que sólo Tú has venido del seno del Padre para la salvación del mundo. A este Dios encarnado, saluda, con un cántico nuevo, el cielo, la tierra, las aguas y todo lo que está debajo del cielo. Y también nosotros, a quienes regó con su sagrada sangre, le damos el tributo de este poema en el día de su nacimiento:

Ha nacido, en Belén de Judá, de la Virgen María, hecho hombre, Dios Nuestro Señor Jesucristo.

Tengan ustedes y sus familias, una santa, feliz y hermosa Navidad.

AVE MARÍA PURÍSIMA.


DOMINGO INFRAOCTAVA DE NAVIDAD (Bogotá, año 2015)

(Introducción)

Queridos hijos:

Hoy es el llamado “Domingo Infraoctava de Navidad”, domingo dentro de la Octava.

Habíamos dicho que haríamos un repaso de algunas partes de la “Novena da   guinaldos” para recalcar algunos puntos. Y para que esta “Novena de Navidad” no nos quede sólo en repetir maquinalmente sus palabras, que no nos quede sólo en lo social, el reunirse con amigos y parientes, y rezarla sin pensar y sin “hacer” lo que esa novena nos pide͘

Haremos hoy una breve prédica en que iremos leyéndoles algunos extractos y haciéndoles algunos comentarios.

(Cuerpo: Algunas partes de la Novena)

Ya en la primera oración, con la cual se inicia cada día, pedimos cosas muy importantes. Pedimos a Dios:

“Dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con desprecio total a todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente”.

Para que el Niño Dios esté siempre dentro de nosotros, primero pedimos “humildad”͘ ͎Somos humildes? Creo que no͘ En la oración a la Virgen María decimos:

“Soberana María, que por vuestra grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, Dios os escogió͙”.

La humildad es una virtud clave. Para ir al Cielo es indispensable poseerla. Uno no se puede salvar sin tenerla en algún grado; y ojalá la tengamos en grado sumo; ojalá podamos llegar a la santidad. Demos algunos conceptos sobre la virtud de la humildad:

Es una virtud que modera el apetito e inclinación desordenados que tenemos hacia nuestra propia excelencia.

Virtud sobrenatural que, por medio del conocimiento exacto de nosotros mismos, nos inclina a estimarnos justamente en lo que valemos, y a procurar para nosotros la oscuridad y el menosprecio. O la ya conocida definición de San Bernardo: “Virtus qua homo, veríssima sui agnitione, sibi ipsi vilescit”, “virtud por la cual el hombre, por medio del más verdadero conocimiento de sí, se menosprecia a sí mismo”.

También, para que Dios more eternamente en nosotros (lo cual implica estado de gracia y nuestra salvación), pedimos “desprecio total a todo lo terreno”͘

¿Despreciamos lo terreno? ¿Somos así, o somos mundanos, materialistas, pendientes de cuánta bobada nueva enseña, crea, u ofrece el mundo moderno para tenerla, y andar con ansias detrás de esas cosas?

“Que el iphone; que el sang sung; que el nokia; que esto que lo otro; que el facebook; que el twitter; que el whatsapp; que estar cinco horas metido en internet (aunque no se vea nada malo, la pérdida de tiempo es un daño); que la selfie; que cómo me veo, que así, que asá; que las tenis; que la ropa; que el carro tal, que la camioneta cual; que la película tal, y la otra y la de más allá.

Hay gente que ve muchas películas: “nunca seré un buen católico, un buen hijo de Dios, si consumo mucho Holliwood”; lo último que le importa a Hollywood, o a las novelas colombianas, es “andar haciendo un buen católico”, ͋no seamos ridículos!͘ Hay que ver muy-pero-muy pocas películas, que sean para todo público, y que realmente se justifiquen (y son bien pocas las que se justifican). Creo que el cine y la televisión es por donde más se nos mete el Mundo en sentido teológico, en el sentido del enemigo de Cristo.

¿Tenemos entonces realmente desprecio de todo lo terreno o más bien estamos pendientes de todo lo terreno? ¿Cómo era el Niño Dios, cómo nació y vivió Dios en la tierra?

Los católicos somos mundanos, todos los hombres somos mundanos. Y el Mundo se nos mete por los cinco sentidos.

Es la concupiscencia de los ojos, la atracción que ejercen sobre nosotros los bienes materiales y las cosas que hay para ver en este Mundo.

Nunca seremos buenos católicos si no procurarnos mantenernos al margen de tanta cosa, de todo ese materialismo, y que “rechazados los pecados y los deseos mundanos”, “los deseos mundanos”, vivamos en este mundo “sobriamente”, “sobria, santa y piamente” (Epístola de la Misa de Gallo)͘

Otro punto sobre el cual queríamos insistir mucho es sobre “el nacimiento espiritual del Niño Dios” dentro de nosotros͘ ͎Qué es eso? Volvamos a escuchar algunos textos de la Novena:

En la oración a la Virgen, le decimos y pedimos:

“Dispongáis mi alma, y la de todos los que en este tiempo hicieren esta Novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado Hijo”.

͎Qué es “el nacimiento espiritual” del Niño Dios dentro de nosotros?

Uno de los sentidos de esa expresión es, casualmente, que quien no tenía a Dios dentro de sí, por estar en pecado mortal, “͋lo haga nacer espiritualmente!”, ͋recupere la gracia santificante! Que se confiese y esté en estado de gracia.

¿Lo hicieron; o pasó la Navidad 2015 con el pecado mortal dentro de ustedes?

En la oración a San José, le decimos y pedimos:

“Os ruego͙ me abracéis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente”.

Recibir sacramentalmente al Divino Niño.

Nueve días seguidos, antes de la Navidad, le pedimos a San José eso: Recibir sacramentalmente al Niño Dios, a Dios. Recibirlo sacramentalmente es recibir la Comunión; nosotros agregamos: sobre todo en el día de la Navidad.

¿Recibieron todos la Comunión ese día?

En los Gozos, en sus estribillos, decimos hasta ya no poder más:

“Ven, ven, ven; ven a nuestras almas͙ ven no tardes tanto”.

¿Qué es decir y pedir que Jesús venga a nuestras almas?

Si alguien está en pecado mortal, no tiene a Jesús en su alma. ¿Qué es pedirle que venga?

(Conclusión)

Habíamos dicho, el día de la Navidad, “que Dios tenga la última palabra”͘

Que si alguno de los que está aquí ha hecho excesos el día de la Navidad, que si la ha desvirtuado, entonces que Dios tenga la última palabra y que la revancha sea de Dios.

Y dentro de ello, de ese desear “que Dios tenga la última palabra”, tal vez el punto más importante es el estado de gracia.

Yo les decía: No puede llegar la Navidad y encontrar a alguno de ustedes en estado de pecado mortal, sin el estado de gracia, y por lo tanto sin la posibilidad de recibir la Comunión, sin “el nacimiento espiritual del Niño Dios dentro de nosotros”͘ Pero se ve que muchos no hicieron caso.

Un padre, un sacerdote, en general se da cuenta a quién le dio la Comunión y a quién no, y máxime en días como la Navidad. Algunos han dejado que llegue la Navidad y no han hecho las paces con Dios, no han puesto en orden sus almas; adentro de sus almas no ha sido o no ha habido el Pesebre, no ha nacido Dios.

Estamos aún dentro de la Octava de Navidad. Los días de la Octava, cuando la hay, son la repetición de la fiesta durante ocho días. En este caso, cada día hasta el 1º de enero se repite la fiesta de Navidad.

¿No se confesaron, no están en estado de gracia? Pues bien, háganlo y tengan al Niño Dios dentro de ustedes. Eso es más importante que estar rezando la Novena “mecánicamente” y no cumplir ni hacer lo que la Novena dice.  Si no están en estado de gracia, si no tienen al Niño Dios dentro, pues a tenerlo, pues a confesarse, y así sí que la Novena habrá servido. No nos quedemos en las puras exterioridades; eso no es verdadero Catolicismo. Lo que Dios quiere es sobre todo nuestras almas.

AVE MARÍA PURÍSIMA.