2° Domingo después de Pascua 2017

Buen Pastor.

(Domingo 30 de abril de 2017) P. Altamira.

(Introducción)

Queridos hijos:

Hoy es el Domingo II después de Pascua, conocido como el Domingo del Buen Pastor, por el texto de su Evangelio, domingo en el cual es costumbre pedir por las vocaciones sacerdotales y/o predicar de ello.
En nuestro caso, además de pedir por esto (pedir por nuestro seminarista Pío), queríamos insistir en algo que esbozamos el día del Jueves Santo y relacionar esto con el Buen Pastor, con la tarea que debe hacer el Buen Pastor ante sus fieles, ante sus ovejas.

(Cuerpo)

Primero queríamos leerles algunos textos de la Sagrada Escritura, comenzando, dentro de la Misa, por la frase final de la Epístola de San Pedro, luego dando todo el texto del Evangelio (es de San Juan; no lo tradujimos después del canto para ponerlo en la prédica), y otros textos más:
“Cuius livore sanati estis. Erátis enim sicut oves errantes, sed conversi estis nunc ad pastorem et epíscopum animarum vestrarum: por su llaga (o “por sus llagas”) habéis sido sanados. Erais como ovejas errantes, pero ahora os habéis convertido al pastor y padre (o guardián) de vuestras almas” (I Pedro 2,25).

-La lectura completa del Evangelio: “En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da su vida por sus ovejas. Pero el mercenario, y el que no es pastor, del cual no son propias las ovejas, observa al lobo que viene, y abandona las ovejas y huye. Y el lobo arrebata y dispersa las ovejas. El mercenario huye, porque es mercenario (asalariado), y no le importa a él sobre las ovejas (et non pértinet ad eum de óvibus). Yo soy el Buen Pastor, y conozco mis ovejas, y las mías me conocen a mí. Como el Padre me conoce y yo conozco al Padre. Y yo doy mi vida por mis ovejas. Y tengo otras ovejas que no son de este rebaño (non sunt ex hoc ovili). Y es preciso que yo las recoja (et illas oportet me adducere), y oirán mi voz, y se hará un solo rebaño y un solo pastor (et vocem meam audient et fiet unum ovile et unus pastor)” (Juan 10,11-16).

-Otros textos, ahora del Antiguo Testamento. El primero hace alusión al cuidado de Dios, y por derivación al cuidado de sus pastores, hacia las ovejas, y más si son débiles: “He aquí que Yahvé, el Señor, viene con poder, su brazo dominará. He aquí que su premio está con Él, y delante de él va su recompensa. Como pastor apacentará su rebaño, recogerá con su brazo los corderitos, para llevarlos a su regazo, y conducirá las ovejas paridas” (Isaías 40,10-11).

Y ahora, en el segundo, encontramos advertencias de Dios para los malos pastores: “Ay de los pastores que destrozan y dispersan las ovejas de mi dehesa –oráculo de Yahvé-. Por eso, así dice Yahvé, el Dios de Israel, acerca de los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros habéis dispersado mi grey, y la habéis desparramado y no habéis cuidado de ella. He aquí que yo os castigaré por la maldad de vuestras obras, dice Yahvé. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas, de todos los países donde las he dispersado, y las haré volver a sus prados, y crecerán y se multiplicarán. Les suscitaré pastores que las apacienten; no temerán más, ni tendrán que temblar; y no faltará ninguna de ellas, dice Yahvé” (este texto parece ser también una profecía de los tiempos finales).

Entre las tareas que debe intentar un buen pastor, un sacerdote, está en primer lugar –les decíamos hace poco- el dar la Fe, que es lo mismo que decir el dar la Verdad. La Fe, en su primer sentido, es el conjunto de Verdades que Dios nos da, nos revela, y que conforman nuestra Santa Religión Católica (sumando el desarrollo teológico a partir de esas Verdades). Y después hemos de pasar a las obras de la Fe, que es la Caridad; la Caridad es la Fe en obras. Pero para poder obrar bien, lo primero es saber, lo primero es el conocimiento en nuestra inteligencia de las Verdades de Dios y de todo lo que de allí se deriva.

Tantas cosas que uno debe enseñar y predicar. Pero hoy, en ese dar enseñanzas, dar buenos pastos a las ovejas, la Fe (las Verdades de Dios), habíamos escogido recordarles brevemente LAS NOTAS DE LA IGLESIA CATÓLICA, y tratar de mostrar por qué la “Iglesia Moderna” (la Iglesia de Francisco, las Iglesia del Concilio Vaticano II) no es la Iglesia Católica. Los que han implementado esta nueva Religión Moderna han engañando a millones de almas en el mundo entero, presentando esa “falsificación” como si fuera la Iglesia Católica. Nos basaremos en Mons. Lefebvre, y agregaremos algunas palabras.

“¿Dónde está la Iglesia visible? La Iglesia visible se reconoce por las señales que siempre ha dado para su visibilidad: Es UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA. Les pregunto: ¿dónde están las verdaderas notas de la Iglesia?…

[La Iglesia es UNA] Queda claro que somos nosotros quienes conservamos LA UNIDAD DE LA FE, que desapareció en la iglesia oficial [en la Iglesia Moderna]. Un obispo cree en esto, el otro no; la fe es distinta. Sus catecismos abominables contienen herejías. ¿Dónde está la unidad de la Fe en Roma [en la Roma Moderna del Vaticano II]?…

[La Iglesia es CATÓLICA] La unidad de la Fe realizada en el mundo entero es “La Catolicidad”. Ahora bien, esta unidad de la Fe en todo el mundo no existe ya, no hay pues más Catolicidad prácticamente. Habrá pronto tantas “iglesias católicas” como obispos y diócesis. Cada uno tiene su manera de ver, de pensar, de predicar, de hacer su catecismo. No hay más Catolicidad.

[La Iglesia es APOSTÓLICA, i.e. está en unión con el pasado] ¿La Apostolicidad? Rompieron con el pasado. Si hicieron algo bien, es eso. No quieren saber más del pasado antes del Concilio Vaticano II… [Ellos hablan de:] “la Tradición viva, esto es Vaticano II”. No es necesario referirse a antes del Vaticano II, eso no significa nada… Lo que pasó, pasó, desapareció… Es lo que les permite decir lo contrario de lo que
se dijo antes… Nosotros tendríamos un mal concepto de Tradición, porque para ellos es viva y, en consecuencia, evolutiva. Pero es el error modernista: El Santo Papa San Pío X, en la Encíclica “Pascendi”, condena estos términos de “tradición viva”, de “iglesia viva”, de “fe viva”, etc, en el sentido que los modernistas lo entienden, es decir, de la evolución que depende de las circunstancias históricas…

[Profundicemos: La Iglesia es APOSTÓLICA, i.e. está en unión con los Apóstoles] Nosotros estamos unidos a los Apóstoles por la autoridad.
Mi sacerdocio me viene de los Apóstoles; vuestro sacerdocio les viene de los Apóstoles… Mi episcopado desciende del Papa San Pío V y por él nos remontamos a los Apóstoles.
[Profundicemos más: La Iglesia es APOSTÓLICA, i.e. está en unión con la Fe de los Apóstoles] En cuanto a la Apostolicidad de la Fe: Creemos la misma Fe que los Apóstoles. No cambiamos nada y no queremos cambiar nada.

[La Iglesia es SANTA, veamos sobre los frutos de santidad que da la Iglesia] Y luego, “LA SANTIDAD”. No vamos a hacernos cumplidos…
consideremos a los otros y consideremos los frutos de nuestro apostolado… Y también en las familias católicas
1, de buenas y santas familias católicas que germinan…

[Escuchemos una recapitulación sobre las Cuatro Notas] Estas señales no se encuentran ya en los otros [en la Iglesia Moderna]. No hay ya en ellos “LA UNIDAD DE LA FE”. Ahora bien: LA FE ES LA BASE DE TODA LA VISIBILIDAD DE LA IGLESIA. La Catolicidad es la Fe en el espacio. La Apostolicidad es la Fe en el tiempo. La Santidad es el fruto de la Fe, que se concreta en las almas por la gracia del buen Dios, por la gracia de los Sacramentos… NO SOMOS NOSOTROS, SINO LOS MODERNISTAS QUIENES SALEN DE LA IGLESIA… (Conferencia dada a los sacerdotes por Mons. Lefebvre, en el Seminario de Ecône, el 9 de septiembre de 1988, después de un retiro sacerdotal; amplios extractos de esta conferencia fueron publicados en la Revista “Fideliter” Nº 66, noviembre-diciembre de 1988). “Es increíble que se pueda hablar de IGLESIA VISIBLE en la relación a la iglesia conciliar [en relación a la Iglesia Moderna], y en oposición a la Iglesia Católica… la unidad, la catolicidad, la apostolicidad, la santidad. ES ESO LO QUE CONSTITUYE LA IGLESIA VISIBLE… Obviamente estamos en contra de la iglesia “conciliar” [la del Concilio Vaticano II], que es prácticamente cismática, incluso si no lo aceptan. En la práctica es una iglesia virtualmente excomulgada, porque es una iglesia modernista…” (revista “Fideliter” nº 70, julio-agosto de 1989).

(Conclusión)

Hemos querido entonces en este domingo, para “dar buenos pastos”, el recordarles uno de los tantos aspectos que se pueden decir para argumentar que la “Iglesia Moderna” no es la Iglesia Católica, pues no tiene ni conserva las famosas cuatro notas, las Notas de la Iglesia Católica, todas las cuales, las cuatro, dependen de la Fe, de la Unidad de la Fe (la nota “una”).

Para conservar la Fe, la Fe Católica, el Catolicismo, uno no se debe aceptar los errores y herejías de la Iglesia Moderna, de esa falsificación y adulteración que han hecho del Catolicismo, engañando –como decíamos- a millones de almas en el mundo entero. Y si uno puede, debe hacer apostolado, tratando de mostrar e ilustrar a los seres queridos, a la familia, a los amigos, etc, sobre esta falsificación: El cambio en la Doctrina, en decir que todas las religiones son buenas, en intentar la mezcla de todas las religiones, en decir que no es necesario convertir a las otras personas hacia el Catolicismo, en los cambios en los siete Sacramentos, en la misa moderna, en aceptar o al menos fomentar desviaciones morales (anticoncepción, planificación, divorcio, homosexualidad), etc.
Siempre hemos creído que esa falsa iglesia, la Iglesia del Concilio Vaticano II, será finalmente la Iglesia del Falso Profeta y del Anticristo, la Iglesia y Religión “de la Humanidad” (siempre con términos grandilocuentes).

Frente a estas cosas: Solución humana no hay. Solamente Dios Nuestro Señor Jesucristo puedo arreglar esto, y lo hará con su Segunda Venida en gloria y majestad, la cual se ve y se vislumbra muy próxima (quiera Dios; porque esto no se podrá aguantar mucho más: si los tiempos no se abrevian…). A nosotros nos toca “aguantar”, soportar, tratar de ser buenos católicos, tratar de santificarnos, no pecar, hacer el bien al prójimo, tratar –si podemos- de convertir almas. Y Él pondrá orden, y –como dice el Evangelio de hoy- “fiet unum ovile et unus pastor: se hará un solo rebaño y un solo pastor”.

AVE MARÍA PURÍSIMA.

1 Allí decía “cristianas” pero como el término hoy en día confunde con las sectas protestantes (las cuales se llaman “cristianas”), hemos usado y usaremos en casos similares la palabra “católica” pues ésta no confunde.